Con motivo del 129 aniversario del natalicio de José Clemente Orozco, quien se anticipó a las tendencias neo representativas de los años 60, la Dirección de Cultura del gobierno de Zapotlán El Grande, Jalisco, organiza el día de hoy un homenaje póstumo al llamado "Goya mexicano".
Orozco fue un muralista que dio fama a su tierra natal gracias a la calidad de su obra, misma que será recordada en el Columnario Personajes Ilustres del Jardín Principal de Zapotlán, donde se montará una muestra con los trabajos ganadores del festival "Arte Urbano José Clemente Orozco".
El homenaje al artista plástico dará inicio por la mañana, en el citado monumento donde se colocará una ofrenda floral y una guardia de honor, mientras que la muestra será inaugurada por la noche, a un costado del monumento erigido en su honor, en el citado jardín.
UNA PASIÓN PERSISTENTE
José Clemente Ángel Orozco Flores nació el 23 de noviembre de 1883, en Zapotlán el Grande, Jalisco. Tuvo tres hermanos, sus padres eran Irineo Orozco Vázquez y Rosa Juliana Flores Navarro. Su padre era dueño de una fábrica de jabón, tintas y colorantes, además del periódico "La Abeja". Mientras que su madre y su hermana Rosa pintaban y daban clases a las mujeres de la localidad.
En 1890 la familia se mudó a la ciudad de México. Orozco ingresó a la Escuela Anexa a la Normal de Maestros, que estaba cerca de la imprenta donde trabajaba José Guadalupe Posada, que despertó en él gran curiosidad e imaginación.
Después de entusiasmarse por el trabajo de Posada tomó clases de pintura en la Academia de San Carlos, aunque finalmente se graduó como perito agrícola en la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria de San Jacinto. No obstante su obsesión por la pintura lo hizo volver a la Academia de Bellas Artes, donde se mantuvo de 1906 a 1910.
Se desempeñó como dibujante de arquitectura y en el taller gráfico de "El Imparcial". En 1916, realizó su primera exposición individual en la librería Biblos, que fue mal comprendida. Para 1917, Orozco viajó a Estados Unidos, donde pintó cuadros como los de "Soldaderas", "Combate" y "El retrato de su madre". Con el renacimiento del mural en 1922, Orozco recibió un patrocinio estatal para pintar las paredes del patio grande de la Escuela Nacional Preparatoria.
En 1925, realizó "Omnisciencia", un mural en la Casa de los Azulejos, y en 1926, un mural sobre el periodo postrevolucionario en la Escuela Industrial de Orizaba. De 1927 a 1934, radicó en Estados Unidos y Nueva York pintó cuadros sobre el carácter deshumanizado de la metrópoli.
Su trabajó quedó plasmado en el Frary Hall del Pomona College, en Claremont, California; en la New School for Social Research de Nueva York, entre muchos otros lugares donde pintó acerca de la fraternidad y la revolución universales, la esclavitud y el trabajo, las artes y las ciencias.
Por lo que respecta a la temática de su obra, a diferencia de los otros dos grandes del muralismo mexicano (Diego Rivera y David Alfaro Aiqueiros), a pesar de ser un férreo defensor de los ideales revolucionarios y sociales, sus obras estén provistas de sátira mordaz junto a concretas referencias cargadas de clara crítica sociopolítica.
Las pinturas y murales de Orozco se mantienen de cierta manera al margen o dejan en un segundo plano las consignas ideológicas. No obstante, sin renunciar a ellas, están más matizadas que las de sus contemporáneos y a su vez fueron dotadas de extremas dosis de dramatismo y sordidez, razón por la cual era llamdo el "Goya mexicano".
REGRESO A MÉXICO
De regreso a México, realizó "La katharsis" (1934) en el Palacio de Bellas Artes, denominado así por Justino Fernández. Entre 1936 a 1939, en Guadalajara trabajó los muros del foro del paraninfo de la Universidad, la escalera del Palacio de Gobierno y la capilla del Hospicio Cabañas.
En 1940, decoró la Biblioteca Gabino Ortiz de Jiquilpan y el "Dive bomber" en el Museo de Arte Moderno que esta dividido en seis partes movibles e inició los frescos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. De 1942 a 1944, decoró la iglesia del Hospital de Jesús en México.
Hasta 1946, realizó pintura de caballete, retratos y decoraciones para ballet, pues poco a poco su estilo se simplificó y se torno en un carácter más dramático y violento, mucho más cercano al expresionismo.
FAMA POSTERGADA
En 1947, el arquitecto Mario Pani le ofreció pintar el exterior del recién edificio de la Escuela Nacional de Maestros, donde Orozco pintó los tableros de "El pueblo se acerca a las puertas de la escuela" y un año después trabajó para el Museo Nacional de Historia.
Su talento se extendió hasta en la cúpula de la Cámara de Diputados de Jalisco y el frontón interior del recinto.
Como reconocimiento a su vasta obra fue nombrado miembro Fundador de El Colegio Nacional el 15 de mayo de 1943, donde presentó seis exposiciones. Para 1946 fue galardonado con el Premio Nacional de Artes.
Orozco falleció en la Ciudad de México el 7 de septiembre de 1949, a causa de un paro cardiorrespiratorio. Fue velado en el Palacio de Bellas Artes y sepultado en la Rotonda de los Hombres Ilustres, convirtiéndose en el primer pintor mexicano en recibir dicho honor.
–Con información de Notimex









