Pedro Mellado Rodríguez

Morena debe defenestrar a los traidores

"Bien haría algunos en escuchar con atención la sentencia popular que advierte que a toda capillita se le llega su fiestecita. O en todo caso, escuchar con cuidado el adagio que advierte: cuándo veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar, porque, sobre aviso, no hay engaño".

Pedro Mellado Rodríguez

07/03/2025 - 12:04 am

La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha estado muy atareada en las últimas semanas atendiendo las impertinencias del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y capoteando las groserías del impredecible mandatario estadounidense, con la dignidad y la inteligencia suficientes para no sucumbir a sus vulgares provocaciones. Pero igual debe haber tomado nota de lo que sucedió en las cámaras de diputados y senadores, donde su iniciativa para prohibir el nepotismo electoral fue diferida del 2027 al 2030, lo que favorecerá a algunos cacicazgos dentro de Morena y del partido presumiblemente aliado de su proyecto, el Partido Verde Ecologista de México.

Siempre que se planta a negociar con Donald Trump, la Presidenta Sheinbaum Pardo insiste en que lo hace a nombre del pueblo de México, al que ella representa y el cual le dio el respaldo de casi 36 millones de votos cuando la eligió para el máximo cargo de la República.

Y en su momento, eso tendrán que entender también quienes en estas semanas se sintieron con los ánimos para enmendarle la plana a Sheinbaum Pardo, sin considerar que las iniciativas de la Presidenta son para cumplirle a los millones de ciudadanos que la apoyaron y que en nombre de ellos fue que propuso que la prohibición del nepotismo empezara a aplicarse desde el 2027, porque a la gente le molesta muchísimo que los cargos públicos se hereden entre esposos, concubinos, amantes o familiares, como podría suceder con las gubernaturas de Zacatecas, Guerrero y San Luis Potosí.

También con el respaldo de esos 35 millones 924 mil 519 ciudadanos que le apoyaron en los comicios del domingo 2 de junio del 2024, la Presidenta tendrá que pedirles cuentas a los coordinadores de las bancadas de su partido en el Senado de la República y en la Cámara de Diputados, que desestimaron su iniciativa con respecto a los plazos para prohibir el nepotismo, algo que podría ser considerado como una traición al pueblo que apoya el proyecto de la Cuarta Transformación.

Cuando las aguas se tranquilicen un poco, en medio de la tormenta, Sheinbaum Pardo tendrá que llamar a cuentas a Adán Augusto López Hernández, coordinador de los senadores morenistas y a Ricardo Monreal Ávila, quien pastorea a los diputados federales de su partido, para que expliquen qué negociaciones hicieron, y en razón de qué intereses, con sus presuntos aliados del Partido Verde Ecologista de México, para diferir del 2027 al 2030 la aplicación de la prohibición constitucional del nepotismo electoral.

Y por supuesto, la Presidenta tendrá que poner en el debate y replantear, hacia el interior de Morena, sus alianzas con el Partido Verde Ecologista de México, pues el Senador Manuel Velasco Coello, coordinador de la fracción de ese partido en la Cámara Alta, encabezó la rebelión de los presuntos aliados de Morena para que la prohibición del nepotismo no entrada en vigor en el 2027, con lo que dejó abierta la puerta para que en San Luis Potosí, donde gobierna su partido, el actual mandatario Ricardo Gallardo Cardona pueda heredarle el cargo a su esposa, la senadora Ruth González Silva.

El Partido Verde Ecologista de México es una organización canalla y el negocio de una cúpula privilegiada, que se acomoda a la conveniencia de los tiempos y traiciona a sus socios políticos cuando ya no le son útiles, cuando ya no les puede sacar más jugo: fue aliado del PAN en la disputa de la Presidencia de la República en el año 2000, cuando le vendió su amor a Vicente Fox Quesada; en el 2006 se acurrucó en el cariño de Roberto Madrazo Pintado, como socio político del PRI; en el 2012 continuó su romance con el tricolor y caminó del brazo de Enrique Peña Nieto, y en el 2018 profundizó su romance con el candidato presidencial tricolor José Antonio Meade Curibreña. Muy oportunista, cuando sus dos anteriores socios lucían muy disminuidos, flacos y casi sin carnes, se fue a buscar el cariño de Morena para los comicios del 2021.

Morena ha tenido que solapar al Partido Verde sólo porque necesita su membrete para postular candidatos a diputados federales, para sacarle la vuelta a la disposición constitucional que impide que un sólo partido, de manera individual, pueda tener más de 300 legisladores. Esto le impide a Morena sumar, de manera individual, la mayoría calificada de 334 diputados federales para poder aprobar reformas constitucionales, que debe completar postulando a algunos de sus militantes o simpatizantes al amparo de las siglas del PVEM. Pero, si no fuera por eso, el Partido Verde no le serviría de nada a Morena y no tendría los 62 legisladores que presume en San Lázaro y los 14 senadores en la Cámara Alta.

Morena tendría que replantear su alianza con el Partido Verde Ecologista de México, hacerlo a un lado en los comicios del 2027, donde podría ampliar su sociedad política con el Partido del Trabajo, dándole más juego en la postulación de candidatos a diputados federales. Y buscar de facto la colaboración de alguno de los nuevos partidos que logren su registro oficial en el 2026, para que en los comicios intermedios del 2027 le proporcione los espacios necesarios para que, por esa vía alterna, lleguen al Congreso los diputados y senadores que Morena necesite para completar la Mayoría Calificada en ambas cámaras. Los nuevos partidos no pueden hacer alianzas electorales en su primer proceso electoral, que correspondería a los comicios intermedios del 2027, pero nada podría impedirles que al amparo de su membrete Morena postulara algunos candidatos.

La Presidenta, por los imperativos morales y éticos que le impone representar a casi 36 millones de personas que apoyan el proyecto de la Cuarta Transformación, no debe quitar el dedo del renglón para exigir que en Guerrero no se concrete la barbaridad de que el Senador José Félix Salgado Macedonio releve en la gubernatura a su hija Evelyn Salgado Pineda. Igual cuidado deberá tener la mandataria para estar al pendiente que su partido cumpla lo que establece su Estatuto que rechaza el nepotismo electoral y no avale la posibilidad de que en Zacatecas el Senador Saúl Monreal Ávila releve en la gubernatura a
su hermano David, quien terminará su periodo en el 2027.

Es irónico que quienes tenían la responsabilidad de apoyar la iniciativa presidencial en las cámaras de Senadores y Diputados, en su carácter de coordinadores morenistas, Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal Ávila, ejerzan tanto poder cuando ambos llegaron por la vía plurinominal. El tabasqueño López Hernández fue cuota morenista en su Lista Nacional para el Senado de la República, nadie votó por él en forma directa. Igual es el caso del zacatecano Monreal Ávila, quien fue cuota en la lista de candidatos plurinominales de Morena por la Segunda Circunscripción Electoral, en la cual está
incluido el estado de Zacatecas, junto con Aguascalientes, Coahuila, Guanajuato, Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas. Y para colmo, el senador y coordinador de los legisladores del Partido Verde, Velasco Coello, también fue cuota partidista en la lista nacional de candidatos plurinominales de su partido.

La Presidenta afirma que representa a los casi 36 millones de mexicanos que votaron por ella. Asume que ella es la responsable del proyecto de la Cuarta Transformación. Por lo tanto, quienes ponen obstáculos a su gestión y a sus iniciativas de reformas constitucionales, están traicionando a la mayoría de los mexicanos que pusieron su confianza en la Presidenta. Bien haría algunos en escuchar con atención la sentencia popular que advierte que a toda capillita se le llega su fiestecita. O en todo caso, escuchar con cuidado el adagio que advierte: cuándo veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar, porque, sobre aviso, no hay engaño.

Pedro Mellado Rodríguez

Pedro Mellado Rodríguez

Periodista que durante cinco décadas ha sido un acucioso y crítico observador de la vida pública en el país. Ha cubierto todas las fuentes informativas y ha desempeñado todas las responsabilidades posibles en medios de comunicación. Ha trabajado en prensa, radio, televisión y medios digitales. Su columna Puntos y Contrapuntos se ha publicado desde hace cuatro décadas, en periódicos como El Occidental, Siglo 21 y Mural, en Guadalajara, Jalisco. Tiene estudios de derecho por la Universidad de Guadalajara y durante una década fue profesor de periodismo en el ITESO, la Universidad Jesuita de Guadalajara. Es autor del libro Las Naves Nodrizas de la Comunicación y el Periodismo (Taller Editorial La Casa del Mago, Guadalajara, 2022).

Lo dice el reportero