Susy Fang y el caso del novio tóxico es una obra que fusiona el misterio, el terror paranormal y la literatura de crecimiento. El autor Jaime Alfonso Sandoval explicó en entrevista que el libro trata sobre una chica gótica que enfrenta a su exnovio sumamente tóxico que regresa de la muerte, sirviendo como una analogía del amor que se ha podrido y la dificultad de cerrar ciclos. Mediante una narrativa de género híbrido que incorpora elementos de la novela negra (un whodunit), el autor utiliza lo sobrenatural para externalizar los verdaderos desafíos de la juventud, lo que él llama el "terror adolescente" .
Ciudad de México, 27 de noviembre (SinEmbargo).– Jaime Alfonso Sandoval, autor de Susy Fang y el caso del novio tóxico (Montena), ha explorado el poder del género de terror no solo para relatar historias paranormales, sino como una herramienta para abordar y exteriorizar las ansiedades y desafíos que enfrentan los adolescentes en la vida cotidiana.
“Eso es lo que permite el género del terror: externar. Cuando aparece un fantasma, el fantasma es normalmente la representación de una herida emocional que quedó en un personaje. Por eso el género de terror se presta muy bien para hablar de terrores reales”, comentó el autor en entrevista.
Susy Fang y el caso del novio tóxico, una obra que mezcla elementos paranormales, de misterio y de romance, se centra en Susana Farfán, mejor conocida como Susy Fang, la chica gótica del Instituto Burgoa, quien es una gran lectora pero tiene pésima suerte en el amor. La historia comienza con su novio más tóxico, Nino, un joven narcisista y patán, cuya desaparición de la escuela (marcada por un grito y una gran mancha de sangre en un laboratorio) desencadena la trama. A pesar de que Susy había roto con él, la historia arranca cuando Nino regresa después de la muerte, buscándola.
Sandoval explicó en ese sentido su enfoque en la creación de esta historia híbrida que entrelaza lo sobrenatural con el drama personal. "En esta historia trenzo dos elementos de terror —comentó el autor— el terror paranormal: El terror de los seres, de la magia, cosas muy extrañas que están sucediendo y el terror adolescente (el terror real): Que es la baja autoestima, las relaciones tóxicas, tener padres que te descalifican, crecer, recibir bullying, y la búsqueda de su lugar en el mundo y en sociedad."
Para el autor, el potencial simbólico del género es inmenso pues los monstruos y los fantasmas sirven como analogías para heridas emocionales y problemas sociales. "Las cuestiones de terror tienen muchos elementos simbólicos. Cuando tocas un Frankenstein o un vampiro, puedes hablar de la paternidad, del duelo, etcétera," señaló.
Esta visión es central en su novela. Por ejemplo, el personaje de Nino, el novio tóxico que regresa de entre los muertos, es una metáfora literal de una relación que se niega a morir. "Representa un amor que se empieza a echar a perder, por eso es un chico zombi, un chico revivido. Susy Fang es la representación de un amor que se pudrió, que se echó a perder," describe.
La novela también aborda las dinámicas tóxicas con una terminología particular, como el concepto de "clonobios" o "clonobias", que las protagonistas utilizan para clasificar las alertas en las relaciones. "Esto es cuando te metes a una relación y te borras para complacer a la otra persona... clonándote con esa persona y al mismo tiempo borrándote a ti misma," puntualizó el autor.
Al final, el objetivo de la narrativa de terror, desde la óptica de Sandoval, es generar una identificación con el lector al tocar "los temas de ese terror adolescente que nunca van a pasar de moda," haciendo de lo macabro y lo misterioso una puerta de entrada para la reflexión personal y la búsqueda de pertenencia.





