“Seguir viviendo sin tu amor”: 365 días sin el músico argentino Luis Alberto Spinetta, "El Flaco"

08/02/2013 - 12:00 am

Foto: Archivo

Ciudad de México, 8 feb (SinEmbargo).- Hoy hace un año de la muerte en Buenos Aires, a los 62 años, del músico argentino Luis Alberto Spinetta. No suena exagerado: para muchos de sus seguidores y amigos han sido 365 días sin el enorme “Flaco”, contadas las jornadas una a una, como 365 mazazos destinados a la resignación, a saber que ya no está entre nosotros.

Como nunca, ese monumento al lirismo que es su canción de la madurez “Seguir viviendo sin tu amor” se aplica a la ausencia inesperada de un artista de dimensiones extraordinarias, cuya partida ha causado un desconsuelo que no cesa.

“Y hoy que enloquecido vuelvo, buscando tu querer; no queda más que viento” canta Spinetta con su voz pequeña y dulce, como de pájaro ansioso.  Su eco es eso que te hace un nudo en la garganta y detiene por segundos la actividad cotidiana.

Pero sí. Todo este preámbulo resulta exagerado. Es cierto. El dolor a veces es exagerado y la muerte, como diría Ángeles Mastretta, es una verdadera canallada.

No se trata de creer que el líder de Almendra, Invisible, Pescado Rabioso, Spinetta Jade, Los Socios del Desierto y el timonero de una fructífera carrera en solitario que lo ha convertido en un artista perenne, de catálogo, tenía por ello calidad de inmortal. Nadie pensaba en su país de origen que el Flaco no iba a morirse nunca.

Solo que nadie pensaba que iba a morirse “ahora”. Poco tiempo después de que se muriera Mercedes Sosa, de que Gustavo Cerati tuviera su terrible accidente cerebrovascular, que fuera asesinado Facundo Cabral, que Sandro dejara de respirar, que falleciera el gran bandoneonista Rubén Juárez.

“No es un año bueno para nadie si se mueren Luis Alberto Spinetta y Leonardo Favio”, escribió un usuario en Facebook, haciendo referencia a la partida también del mejor cineasta de ese país, que dejó este mundo a fines del 2012.

Y como siempre, un verso del Flaco resumió cabalmente la situación: “Si esto sigue así como así, ni una triste sombra quedará”.

LUIS ALBERTO SPINETTA, ETERNAMENTE JOVEN

Era Flaco, magro, alto y agudo como pocos. "Si vas a copiar, no le copies a Shakira, copiale a Bill Evans", solía decir.

Era de River. No era de Boca. Eso, para los amantes del futbol, dice mucho.

No abrevaba de las negras aguas del fanatismo absurdo, de donde se nutren los espíritus incendiarios del que suelen hacer gala, demasiada gala, los nativos de Argentina.

Más bien era amante de tablón, de una buena finta futbolística, esas magias extraordinarias del mejor balompié: una chilena al vuelo como las que solía hacer el uruguayo Enzo Francescoli para el club de sus amores. Porque en la vida no siempre importa ganar, también hay que jugar bien, ser elegante, ser sutil, quemarse como Ícaro en las alas de una pasión.

Decía “básicamente”, como una muletilla. Fumaba mucho y cuando hablaba movía desquiciadamente las manos. Pergeñó versos inolvidables en sus canciones, a pesar de que lo atacaban bastante por lo que muchos consideraban hermetismo excesivo, “pajería intelectual”…si hasta Mercedes Sosa llegó a decir “no entiendo su poesía”.

Sin embargo, como bien dice el argentino Yayo González, líder del grupo mexicano Paté de Fua, “el Flaco era un planeta, el Planeta Spinetta” y los que entraron a ese universo, saben que hay que reír “porque llorar trae tanto frío”, cuando se enamoraron susurraron “Ven a mí, con tu dulce voz”, cuando crecieron comenzaron a buscarse en el umbral y cuando se quedaron sin amor se preguntaron cómo iban a hacer para “seguir viviendo sin tu amor”.

Y no es la admiración a un músico solamente. Luis Alberto Spinetta no es sólo un póster en la pared, sino el gran constructor de la memoria emotiva y el abono intelectual de varias generaciones de gente de fe, gente con hambre de un mundo con mayor sentido, que supo entenderlo y valorarlo, un hecho que él consideraba milagroso, aunque no se sintiera especial por lo mismo.

“En donde te crees dos cosas, te subiste a una moto y te fuiste al carajo. No lográs nada. Por eso yo me siento tan responsable: para tratar de devolver tanto amor, lo que implica tratar de componer las mejores canciones posibles. Eso se torna ya un compromiso heart to heart: de corazón a corazón, de frente. Vos vas a saber que vas a encontrar en mis discos lo que esperabas. Y en ese sentido, jamás pienso en la importancia de una obra, sino en lo importante que tiene que ser para mí que la canción sea buenísima y que yo sea feliz mientras la estoy haciendo. Si no están dadas esas condiciones, obviamente que no tendría trascendencia lo que hago”.

SPINETTA Y LAS BANDAS ETERNAS: BIENVENIDOS A SPINETTALANDIA

Lo último que hizo Spinetta fue un show de dimensiones extraordinarias, rearmando  las bandas con las que tocó a lo largo de su extensa trayectoria: Almendra, Pescado Rabioso, Invisible, Spinetta Jade y Los Socios del Desierto.

“Es un sueño de la vida que me quiero dar. Es una entrega total, es devolver el amor que la gente les puso a estas bandas y que perduró en el tiempo. Acá no hay réditos, el único rédito es la música y estoy decidido a disfrutar del show”, dijo al anunciar el concierto Spinetta y las bandas eternas, que ofreció el 4 de diciembre de 2009, en el estadio de Vélez Sarsfield.

Así, Spinetta se reencontró con sus ex socios y eternamente amigos como Rodolfo García, Emilio del Guercio, Edelmiro Molinari, Pomo, Machi, Mono Fontana, Black Amaya, David Lebón, Javier Malosetti y Marcelo Torres, entre otros.

“En enero cumplo 60 años y mi idea es poder ver este ciclo tan hermoso, donde el cariño que recibí es interminable. La música es tan eterna que es como la edad astronómica en relación con la edad de los años, pero ahora me siento firme para hacerlo, en diez años no sé”.

No pasarían diez años, como sabemos. Y a pesar de que ya estaba muy enfermo, aguantó vara en un concierto de casi tres horas en un estadio lleno, donde ya no cabía ni un alma.

Luis Alberto Spinetta murió el 8 de febrero de 2012, a los 62 años.

Tenía cáncer de pulmón, una enfermedad que hubiera preferido mantener en secreto, pero que a raíz de filtraciones en la prensa sensacionalista, tuvo que salir a explicar públicamente.

Lo hizo en una carta inolvidable, donde habló de la buena atención médica que recibía y con la que, de una manera casi surrealista, consolaba él a sus seguidores, como pidiendo disculpas por el dolor que causaba.

En octubre pasado tuvo lugar en Buenos Aires una muestra en torno a la figura del músico fallecido, curada por su mejor amigo, el fotógrafo Eduardo “Dylan” Martí y que abarcó canciones, letras, dibujos y la biblioteca del artista.

No fue la primera muestra en torno al querido Flaco Spinetta, pues a principios de agosto, a seis meses de su desaparición física, se llevó a cabo la muestra Contra todos los males de este mundo, organizada por los asistentes al Centro Cultural Padre Mugica, en la localidad bonaerense de Banfield.

La muestra se trató de 30 trabajos realizados por jóvenes artistas, quienes tomaron algún tema de Pescado Rabioso, Almendra o Invisible y elaboraron obras pictóricas y sonoras a partir de ellos.

DANTE SPINETTA, EL HIJO, EL HEREDERO

Contra lo que pudiera pensarse, para el músico Dante Spinetta (Buenos Aires, 1976) no fue difícil ser hijo de Luis Alberto.

Por el contrario, el primogénito en una familia conformada por padre, madre y cuatro hijos, siempre estimó la valiosa ayuda que le dio su famoso progenitor cuando, junto a su amigo de la infancia, Emmanuel Horvilleur, formó la banda Illya Kuryaki and the Valderramas.

Poca gente sabe que el Flaco Spinetta, que cada vez que su hijo daba un concierto solía sentarse en primera fila, tocó casi todas las guitarras en Fabrico cuero, el primer disco de IKV.

“Crecí escuchando y aprendiendo de mi viejo y de un montón de personas que estaban con él”, dijo Dante, un muchacho cuyo nacimiento fue de dominio público al punto de que todos los conciertos de Invisible de ese año, realizados a sala llena y que anunciaban la separación de la agrupación, fueron a él dedicados.

Para él también fue escrita la hermosa “Canción para todos los días de la vida”, en una muestra clara de lo que siempre decía Luis Alberto Spinetta: “Mis hijos me dieron una energía diferente y transformaron mi arte”.

El pasado 23 de enero, dia del cumpleaños del Flaco, su famoso hijo tuiteó: "Hoy cumplirías 63. Papá, te amo siempre y por siempre, no hay un día que no te extrañe y recuerde tu sabia mirada. Te siento cerca. TE AMO" @dantespinetta.

"Esta canción la compuso para mí cuando nací. TE AMO PA".

Talentoso, vivaz, inteligente y extrovertido, el hijo mayor del Flaco supo hacerse un nombre por sí mismo, consagrándose fundamentalmente al hip hop latino, un estilo que si bien está bastante alejado de la música de su progenitor, siempre obtuvo el apoyo de Spinetta.

“Mi viejo es música, es luz. Su cuerpo no dio más, pero su mente y su alma está brillando, es el mejor, es inmortal. Así que le agradezco a la gente todo el amor que nos hace llegar a la familia. Gracias por estar en este momento tan duro para nosotros”, dijo cuando murió su padre.

En la reunión de IKV, Emma y Dante compusieron “Águila amarilla”. Ya saben para quién.

Mónica Maristain

Mónica Maristain

Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.

Lo dice el reportero