Economía Hoy

El dólar caro, recortes al presupuesto y el TPP amenazan al campo mexicano

08/03/2016 - 7:30 pm

El 60 por ciento del costo de la producción agrícola industrial en México depende de semillas, fertilizantes y plaguicidas que, en su mayoría, son importados. Además del dólar caro, la menor demanda de China y el TPP afectarán a los productores. El país tiene una asignatura pendiente en el campo, al que le retiró el 19.6 por ciento menos de presupuesto que el año pasado.

Foto: Cuartoscuro.
El 9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional depende del sector agrícola. Foto: Cuartoscuro.

Por Almudena Barragán

Ciudad de México, 8 de marzo (SinEmbargo/EconomíaHoy).–  El sector primario en México, históricamente, ha sido un factor clave en la economía del país, así como la base de impulso y crecimiento del desarrollo de la industria nacional y una fuente de trabajo para millones de personas que se dedican al cultivo de pequeñas extensiones de tierra. Según cifras del gobierno, las dos quintas partes de la población económicamente activa (PEA) en el país se dedica al sector agropecuario.

Oxfam México lo relaciona con un 25 por ciento de la población, es decir, unos 30 millones y medio de personas que dependen de lo que obtienen de la tierra. Con el paso de los años, el campo mexicano se ha ido especializando y tecnificando en algunas regiones, siendo una tarea pendiente todavía en muchos estados, en los que los productores poseen propiedades inferiores a 5 hectáreas, destinadas al monocultivo.

El 9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional depende del sector agrícola. Una pequeña parte de toda la producción en el país que, sin embargo, está fuertemente ligada a los núcleos de mayor pobreza, necesidad y depresión en México.

Según Oxfam México, “la difícil situación del campo mexicano trae cada día consecuencias para la población, sus territorios y comunidades. Cotidianamente, se afecta a la capacidad productiva de alimentos y de otros productos provenientes del campo. Desastres naturales y otros provocados por el cambio climático, así como una mala gestión de recursos naturales mantienen una crisis alimentaria, económica, social y ambiental en el país”, explica.

La ONG, retomando información del diario El Economista de México, afirmó ya en 2012 que “México padece un menoscabo en la dieta de su población” que está vinculado con el deterioro de sus recursos naturales y la pérdida de biodiversidad por la actividad humana.

Estos efectos no sólo dañan al productor, sino también al consumidor que ha visto cómo los productos de la canasta básica se han encarecido en los últimos meses -tortilla, maíz, frijol-.

El 60 por ciento del costo de la producción agrícola industrial en México depende de semillas, fertilizantes y plaguicidas que, en su mayoría, son importados. Estos elementos indispensables cotizan en dólares, por lo que el tipo de cambio ha afectado durante el último año a grandes y pequeños productores que han visto cómo la depreciación del peso pegaba de lleno a los precios finales de los insumos.

No sólo el campo mexicano se está viendo en apuros. Según las previsiones del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), en 2016 las materias primas agrícolas tendrán una caída en sus precios de un 1.4 por ciento, sobre todo en los países emergentes.

China, como viene siendo habitual, también afectará a la caída de precios agrícolas por la disminución de la demanda que, sumado a los fenómenos meteorológicos, como “La Niña”, pegarán de lleno a la producción de los países.

Tampoco parece que vaya a favorecer mucho a los productores el reciente Acuerdo Transpacífico (TPP) que abre la puerta al libre comercio de productos agrícolas y establece una base regulatoria común entre Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Vietnam, Canadá, México, Chile, Perú, Malasia, Brunei y Singapur.

Los agricultores mexicanos miran con recelo la competencia con países más tecnificados y ante los nuevos aranceles o cuotas de producción que se puedan imponer.

“Evidentemente, no es la condición que guarda 75 por ciento de los productores del país, quienes tienen menos de 10 hectáreas de tierra de labor y esquemas de producción de agricultura familiar. No se necesita imaginar mucho para adelantar los riesgos que esta amenaza representa para una economía agrícola como la nuestra”, comentaba Patricia Ortega en el editorial del diario El Financiero el 18 de febrero de 2016.

RECORTES Y BALANZA AGROPECUARIA

La balanza agropecuaria que durante 20 años fue deficitaria, en 2015 consiguió registrar mil 289 millones de dólares de superávit. Según la Secretaría de Agricultura (Sagarpa), el año pasado México exportó 26 mil 373 millones de dólares en productos agroalimentarios, mientras que importó 25 mil 084 millones.

Pese a ello, el campo mexicano sigue necesitando de la ayuda del gobierno para avanzar.

Los programas de desarrollo y apoyo a pequeños productores como los que mencionó el Presidente Enrique Peña Nieto durante la XXXIV Conferencia Regional de la FAO para América Latina y el Caribe.

“Estas cifras reflejan que en México se está consolidando un sector rural moderno y más productivo, que contribuye a generar desarrollo en las diversas regiones del país y a asegurar el pleno ejercicio del derecho humano a la alimentación”, expuso.

Pese a ello, el país tiene una asignatura pendiente en el campo, a la que se enfrenta con el 19.6 por ciento menos de presupuesto que el año pasado, unos 3 mil millones de pesos menos para Sagarpa que impactarán en varios programas como el de Fomento de la Agricultura, 650 millones de pesos menos; el de Comercialización y Desarrollo de Mercados, al que le han recortado mil 500 millones; el de Fomento Ganadero que se quedará con 400 millones de pesos menos respecto al año pasado; o el de Apoyo para Desarrollo Forestal al que le han restado 500 millones.

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