Comunidad de Campeche preserva y exporta dulce artesanal de nance

01/03/2015 - 6:30 am

Campeche, 1 Mar (Notimex).- Disfrutar el dulce de nance, o nache como también se conoce, remonta en esta entidad a la época de los mayas y, en particular, al poblado de Tinún, considerado como el lugar de los dulces, donde lo elaboran de manera artesanal para preservar y exportar.

En Tinún, localidad perteneciente al municipio de Tenabo, una gran cantidad de hogares campechanos prepara esta golosina, cuyo consumo está arraigado en sus costumbres.

El dulce de nance es un producto netamente artesanal, que elaboran y venden las mujeres en sus propias casas, y que además ofertan en su anual Feria del Dulce.

El cronista de la alcaldía de Tenabo, Eudaldo Chávez Molina, señaló que la comunidad es productora de una variedad de frutas tropicales, a las que las mujeres les han dado un valor agregado, al elaborarlas de manera artesanal como dulces.

Debido a ello, los amantes del buen sabor y de la tradición que viajan hasta este lugar, ubicado a 70 minutos de la capital, para comprar no sólo el dulce de nance sino diversos productos tropicales.

Es ahí donde lugareños y visitantes pueden disfrutar del nance, ciricote, papaya, marañón, mango y cocoyol elaborados en almíbar y a base de alcohol.

Productos que, además de ser sabrosos, conservan su valor nutricional, pues son elaborados a baño maría sin el uso de conservadores; entre ellos está el chile habanero en escabeche, otro de los artículos que forman parte de esa tradición artesanal.

El nance o nanche es un fruto silvestre redondo y pulposo, muy apetecido por los pobladores de Yucatán, de la especie Byrsonima crassifolia, de color naranja, verde o amarillo fuerte en su punto de maduración y singular aroma.

Crece en árboles o arbustos que pueden llegar a medir hasta cinco metros los de cultivo de ornato o hasta 10 metros en su estado silvestre. Tiene forma variable y su tallo puede ser curvo o derecho.

Su forma redonda es como la de una canica, puede ser un poco chica o algo grande, lo hay en tonos verde y naranja, mientras que en color amarillo es cuando está su punto de maduración, y es entonces cuando se aprovecha para hacer el dulce en almíbar.

En la comunidad de Tinún, donde se celebra la Feria del Dulce, las mujeres se organizan en cooperativas para acceder a apoyos del gobierno y buscan colocar sus productos en supermercados, mercados y tiendas de artesanías e incluso los exportan a Europa.

De acuerdo con la receta que ellas mismas usan, según la tradición, se requieren dos kilogramos de la fruta, un kilogramo de azúcar para el jarabe y un litro de agua.

Se ponen a hervir los nances hasta que se parta la cáscara, se retira el recipiente del fuego y se les cambia dos veces el agua.

Después, se hierve el azúcar en un litro de agua para preparar el jarabe, se añaden los nances luego de exprimirlos ligeramente, se espera a que el almíbar tome punto de jarabe, se retira del fuego, se cubre el dulce con un lienzo húmedo y se deja reposar 24 horas antes de su degustación.

Chávez Molina atribuyó el gusto por la elaboración de dulces en la comunidad a los orígenes del municipio de Tenabo que apuntan a la llegada de los españoles cuando entonces formaba parte del cacicazgo maya de Ah Canul con el nombre de T´nab.

Esa palabra maya significa lugar donde se mide a palmos. Es un pueblo con profundas raíces mayas que se formó desde las primeras migraciones después de la destrucción del reino de Mayapán.

T´nab era una comunidad maya dedicada a la agricultura, así lo reflejaban los ritos y ceremonias religiosas ligadas al quehacer agrícola en la Conquista.

Fue el lugar de paso para los ejércitos comandados por los Montejo, pero después de consumado el poderío español sobre los indígenas en 1544 fue adjudicado al español Juan García de Llanes quien bajo su cargo lo llamó Tenabo.

En 1786, este sitio estaba bajo la custodia de doña Josefa Buendía, para entonces demográficamente había descendido por causas de las escasas tierras para el cultivo, por lo que muchos indígenas emigraron a la selva del sur de la península de Yucatán.

La población aumentó hacia el siglo XIX al fundarse varias haciendas a sus alrededores, tales como Orizaba, Sahcabmucuy, Santa Rosa, San Antonio Hoom, San Pedro, Vista Alegre y Chilib.

En esa comunidad se pueden encontrar dulces de mango, ciruela, marañón, papaya y ciricote, y para los que gustan de sabores más fuertes están también las frutas al licor como nance, ciruela y mango.

Además, las cremas de frutas son otra delicia que comienza a tener una buena demanda, según doña María Pech Cupul, una de las representantes de las mujeres productoras.

Por esa razón, comentó, se buscaron apoyos de la Secretaría de Desarrollo Industrial y Comercial (Sedico), con el objeto de colocar sus productos en otros mercados.

Abundó que otra conserva tradicional de esa tierra es el chile habanero en escabeche, así como la ciruela y el marañón pasa, como un nuevo producto a presentar en la siguiente feria a celebrarse en diciembre.

En cada feria, expuso, se trata de presentar un producto nuevo, se exhibe y se espera que sea del agrado de los visitantes, para iniciar su comercialización, pero las que tienen mayor demanda es el de nanche, ciricote y ciruela.

El secretario de Sedico, Enrique Escalante Arceo, refirió que con la promoción de los productos de Campeche se impulsa el consumo de artículos locales, con campañas de difusión de marcas individuales, de fortalecimiento del consumo local y de posicionamiento.

En México, el nace se consume y prepara de diversas maneras, crudo, con sal, con chile, como agua fresca, en helados o paletas e, incluso, curtido con aguardiente conocido como vino o licor de changunga, pero en Yucatán es de gran tradición en dulce.

Redacción/SinEmbargo

Redacción/SinEmbargo

Lo dice el reportero