#GenteAsí ¬ Pasajeros ven golpiza al chofer y no hacen nada; conductor sigue en coma

03/06/2025 - 8:36 pm

La golpiza a chofer no despertó la intervención de pasajeros. Este caso quizá revela las fracturas del tejido social.

Ciudad de México, 3 de junio (SinEmbargo).- Los pasajeros vieron la golpiza al chofer, algunos lo vieron desvanecerse. Pero se marcharon. El 15 de mayo, un autobús de la ruta que va de Jardín del Tulipán a Plaza Cordilleras, en Guadalajara se averió. Daniel, el conductor le pidió a la gente que bajara y que se pasaran al autobús que venía cerca.

Pero un hombre se molestó mucho por esta situación. En el video se observa cómo le reclama al chofer, lo patea y lo golpea en la cabeza con la mano. Mientras trata de explicarle, el conductor se encoge en su asiento, acorralado por los golpes. El pasajero saca un termo metálico de su mochila y golpea a Daniel en la cabeza.

En seguida pierde el conocimiento y queda suspendido del cinturón de seguridad. Daniel, de 43 años, se encuentra en estado de coma en un hospital del IMSS.

Hay muchos puntos aquí. Uno de ellos es que quienes viajamos en transporte público y concesionado, como los microbuses, las combis o los autobuses, hemos padecido agresiones de choferes. Por ejemplo, su trato hacia los pasajeros, su impaciencia con las personas adultas mayores, su forma de conducir a alta velocidad y frenar bruscamente.

¿Este acto de violencia extrema es acaso un reflejo de la frustración cotidiana? ¿Lo justifica?

Luego, algunos trabajadores de empresas o de particulares que tienen la concesión del transporte colectivo laboran hasta 16 horas diarias. Es el caso de la ruta Troncal 11B, donde trabaja Daniel.

Uno de sus compañeros le relató a un reportero de N + en Guadalajara que por esas largas jornadas terminan “entumidos”. Por esa razón, explicó, Daniel no pudo reaccionar. Además de que lo describen como una persona súper tranquila.

El transporte público es el principal medio de movilidad de la clase trabajadora. El agresor, según los reportes, es empleado de una empresa de seguridad privada, otro sector caracterizado por la sobreexplotación, bajos sueldos y escasa protección laboral. Ambos comparten un contexto de precariedad, estrés y falta de reconocimiento social. Así que el transporte público termina siendo un espacio de encuentro y conflicto obrero.

Y el último punto y con lo que comenzamos este video: la indiferencia de las personas que presenciaron la agresión. El video generó una ola de indignación y exigencia de justicia en redes sociales. Pero una vez más, pasa después del hecho, y desde la comodidad de nuestras pantallas.

Hace varios años que en México vivimos episodios de violencia relacionada con grandes grupos delictivos. Pero la situación ha sido peor en zonas como el occidente, en Jalisco, específicamente.

La estrategia de combate frontal al narcotráfico y la presencia constante de violencia criminal generaron una fragmentación del tejido social y una desconfianza entre las personas y hacia las instituciones.

Esta desconfianza se traduce en una menor disposición a actuar o a intervenir por miedo a represalias. El miedo a convertirse en víctima inhibe la solidaridad y fomenta la indiferencia.

Así que aunque este caso parece aislado y hay un aparente victimario, la exigencia de justicia también pasa por pedir a los gobiernos transporte público digno, empleos dignos y una vida digna sin violencia.

Blanca Juárez

Blanca Juárez

Periodista egresada de la UNAM. Cubre temas políticos, laborales, sociales y culturales con perspectiva feminista.

Lo dice el reportero