México, 2 Mar. (Notimex).- Las algas epilíticas que cubren monumentos arqueológicos de roca calcárea en las regiones tropicales de México, no producen biodeterioro, como los líquenes, hongos, musgos, helechos y plantas vasculares.
Al no ser especies perforantes, las variedades que Eberto Novelo Maldonado, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, ha encontrado en Chiapas, sólo producen mucílagos, que estabilizan las partículas sueltas del material intemperizado.
Tras ocho años de trabajo en Palenque, Bonampak y Yaxchilán, tiene la certeza de que las algas conservan los muros y escalinatas de los monumentos mayas, pues tienen una función protectora al adoptar la forma del substrato donde crecen, agregó el coordinador del Proyecto Ecología de Algas Epilíticas en Monumentos Arqueológicos, con apoyo del PAPIIT- UNAM.
"No penetran activamente en la roca, ni la destruyen, pues los cristales de calcio se mantienen consolidados. Tampoco producen ácidos orgánicos que disuelvan el carbonato de calcio.
"Todos los cambios son previos al crecimiento de algas. Líquenes, helechos y otras plantas sí deterioran la roca calcárea como la de Palenque, al introducirse en fisuras y romper las estructuras de los edificios", señaló en un comunicado.
Por eso fue cerrada la tumba de Pakal. Una filtración previa de agua disolvió el carbonato de los estucos y formó escurrimientos donde crecieron algas. Eso, más los focos del recinto, la temperatura de Palenque y el flujo de visitantes, la convirtieron en una cámara de cultivo, expuso.
"Primero fue el líquido y luego estos organismos. Al quitar la luz y controlar la humedad, estos desaparecieron y se controló la disolución del carbonato".
¿Qué hacer con los monumentos arqueológicos manchados con el naranja, morado o negro intensos que producen las colonias de algas epilíticas? ¿Cómo conservarlas y, al mismo tiempo, mantener una apariencia atractiva para el turismo?
Uno de los fines del proyecto es conservar ambas: primero, la biodiversidad y, después, la estructura del monumento. Para eso, propone podar y controlar el crecimiento en vez de eliminarlo por medios drásticos.
Un ejemplo es el Palacio de las Inscripciones, al que ya no se puede ingresar. Subía tanta gente, que el tránsito desgastó los escalones. Así como ahora se restringe el paso, hay que controlar el crecimiento de cualquier otro organismo, algas incluidas.
También propone limpiar si crecen en otro lado. En el caso de un mural valioso, es preciso tomar una muestra, cultivarla, buscar si tiene otro hábitat y tener la certeza de que no desaparecerá una especie que vive sólo ahí.
Al respecto, insiste en que es necesario conservar las algas. "Todas las especies merecen respeto, no sólo porque éstas llegaron antes al planeta que el humano y proporcionan oxígeno, sino porque son un recurso desconocido desde el punto de vista químico, bioquímico, biotecnológico y alimentario".




