“The Grandmaster”: la película sobre kung fu que en manos de Wong Kar-Wai se convierte en poesía pura

04/01/2014 - 12:00 am

Quiero hacer películas buenas, no lindas. Foto: corazonfilms
Quiero hacer películas buenas, no lindas. Foto: corazonfilms

Ciudad de México, 4 enero (SinEmbargo).- Un filme sobre artes marciales donde está involucrado Bruce Lee: carne fresca para los fanáticos de una subcultura que tiene códigos precisos, claves propias. Eso es con todo derecho The Grandmaster, la nueva aventura del maestro chino Wong Kar-Wai.

Sin embargo, la película que se estrena el 10 de enero próximo en nuestro país, se convierte también en poesía pura, al caer en las manos de uno de los directores de cine más admirados del mundo contemporáneo, conocido por filmes de registros muy distintos como In the Mood for Love y Happy together, entre otros.

Efectivamente, The Grandmaster no es sólo una película de patadas. Es también un filme sobre el honor y la justicia, una parábola sobre el tiempo que se detiene en un gesto de batalla milenaria, para contar la historia de Wing Chun, el maestro Ip Man -personaje encarnado por Tony Leung- que formó a Bruce Lee.

El kung fu como actividad que pueden dominar las mujeres se expresa en el filme a través de la guerrera Gong Er, un rol que juega la bella actriz  Ziyi Zhang -recordada por su protagónico en Camino a casa, de Zhang Yimou y en Memoria de una geisha, de Rob Marshall-,  que busca vengar la muerte de su padre, un maestro de artes marciales de estilo distinto al de Ip Man.

Imágenes poderosas de la nieve, la danza del kung fu que dibuja coreografías limpias y exquisitas en el aire, son captadas en forma magistral por el fotógrafo francés Philippe le Sourd, quien conoció al cineasta chino en 2009 y terminó compartiendo dos años de trabajo intenso con él, mucho más tiempo de los seis meses para los que había sido convocado inicialmente.

Una versión acotada de 108 minutos es la que veremos en las carteleras convencionales, pero hay que saber que la película original dura cuatro horas y que la edición para los espectadores europeos y asiáticos abarca 130 minutos.

The Grandmaster transcurre en lo que se conoce como el periodo republicano en China, una etapa de grandes convulsiones sociales y políticas y de contiendas como la Segunda Guerra Sino-Japonesa y, a partir de 1945, la Guerra Civil entre el Kuomintang, el partido político que dominaba las instituciones de la República, bajo el mando de Chiang Kai-shek, y el Partido Comunista de China.

VOLVER A LAS TRADICIONES

Wong Kar-Wai, nacido en Shanghái el 17 de julio de 1958, intenta con su nuevo filme recuperar los valores tradicionales que China ha olvidado en los últimos 30 años.

“Para mí, la llamada modernización de China es simplemente adoptar los valores occidentales. Y es hora de que regresemos a nuestras raíces, descubrir parte de nuestro patrimonio, especialmente las artes marciales chinas”, dijo el cineasta a la agencia AP.

Por otro lado, es el mismo cineasta el que relativiza el aspecto estético de sus películas, un elemento que nunca se cansa de destacar la crítica y que no hace justicia a su deseo de hacer películas buenas más que lindas.

“Lo fundamental está en la épica. Mi cine trata acerca de mi curiosidad por saber a dónde van los amores no consumados, donde está la energía concreta del legado, dónde la cotidianidad. Inclusive la cotidianidad de un maestro marcial está marcada por sus ausencias, por aquello que no define a su talento sino que lo erosiona, en la medida que uno sepa ver dónde está esa erosión”, ha dicho al periodista Juan Manuel Domínguez del suplemento literario Radar.

“Muchos dirán que mis films son acerca de la belleza de ciertas tragedias internas, que solo nosotros y los personajes entendemos que pasaron por ese lugar y los alteró para siempre. Cierto. Pero, ya lo dije, no creo que sea sobre el recuerdo, sino acerca de la curiosidad”, insiste.

Muy aficionado a la literatura latinoamericana del siglo XX, sobre todo la escrita por el colombiano Gabriel García Márquez y el argentino Manuel Puig, quien le sirvió de inspiración para Happy Together, aprendió de sus autores admirados que “el tema no es lo único importante”. }

“Los personajes y las formas en que éstos llegan a la historia o se relacionan con ella están tan profundamente relacionados en su literatura, y resultan tan apasionantes, que posiblemente mi forma de contar las películas sea culpa suya. Esa narrativa me parece mucho más interesante, está más cerca de la vida y de cómo la vivo yo”, explicó al periódico español El Mundo.

“Si se tratara sólo de contar una historia, todo sería más sencillo, pero entiendo que una película es como un viaje que no se sabe muy bien a dónde te va a llevar. Y si nadie me restringe el camino, yo seguiría caminando eternamente. Llega un punto en el que debes decir: bueno, la película ya está aquí, ¡se acabó!, porque de lo contrario seguiría viajando sin parar”, agregó.

Mónica Maristain

Mónica Maristain

Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.

Lo dice el reportero