La inagotable variedad de la vida es la materia de las obras literarias. (Sin amor no habría polvo enamorado). Pero lo contrario es igualmente cierto: la literatura alimenta nuestra vida, la modifica, la inventa. El lenguaje con el que contamos y cantamos también nos condiciona.
La prisión del amor y otros ensayos narrativos explora esta relación de ida y vuelta, y propone al lector un viaje por la condición humana a través de la revisión de algunas de las obras más destacadas de la literatura moderna.
El autor nos guía por el entramado de epifanías y erotismo de la obra Joyce, por la atribulada vida de Malcolm Lowry, por la estética del fracaso de F. Scott Fitzgerald, por las cercanas distopías Orwell y Huxley, así como por las desembocaduras literarias de Nietzsche. En el camino también aparecen Wilde, Faulkner, Hemingway, Stevenson y Proust, el divorcio entre ciencias y humanidades, la alianza entre alcohol y escritura.
Los ensayos de este libro son paseos, ejercicios de asombro. Constituyen una constelación de afinidades electivas, una galería de espejos donde el autor se reconoce y nos invita a encontrar los puentes secretos entre obras, escritores, motivos, palabras y cosas.
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Hernán Lara Zavala
Es cuentista, novelista, ensayista y profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en el área de Letras Inglesas. En Alfaguara ha publicado Península, Península. Su novela Charras será reeditada en Punto de Lectura. Dijo un día que era de origen peninsular, lo cual se interpretó como si se las estuviera dando de gachupín, cuando su intención fue sólo aclarar que su familia proviene de Yucatán. Le gusta caminar y viajar, ya sea en el campo o la ciudad, y cultiva la relectura de Shakespeare, El Quijote, Proust, los poetas y ensayistas ingleses del siglo XIX y los principales narradores ingleses, irlandeses y norteamericanos, afición que ha propiciado que se le acuse de padecer anglofilia.
Su director de cine es Visconti; sus dramaturgos, Chéjov, Wilde y Harold Pinter; sus actrices, Marilyn Monroe, Rita Hayworth, Natalie Wood y Christine Scott-Thomas; sus cantantes, Billie Holliday, Elvis Presley, Bob Dylan, Los Beatles, Leonard Cohen y Joaquín Sabina. Frecuenta la pintura, con particular interés por el arte simbolista y decadente. Le gusta dialogar con libros, amigos y mujeres, y considera la literatura, la amistad y el amor como valores supremos de la vida.
