
Ciudad de México, 17 de octubre (SinEmbargo).- Tras la polémica que provocó un estudio realizado por Facebook en el que fomentaron sentimientos positivos y negativos, y después de una serie de disculpas y cuestionamientos, la red social más famosa del mundo anunció que tratará de cuidar mejor los límites éticos y la supervisión de estos estudios. Eso sí, jamás habló de renunciar a ellos.
"Estamos comprometidos con la investigación para mejorar Facebook, pero queremos hacerlo de la manera más responsable", dijo Mike Schroepfer, director de Tecnología de la red social.
Según el diario español El País, Facebook anunció un marco más riguroso en el planteamiento y desarrollo de estudios en los que sus usuarios sean ratas de laboratorio. De esta manera, ahora cualquier experimento deberá ser sometido a una revisión interna.
Que antes no se haya seguido dicho proceso resulta sorprendente, ya que la revisión podría parecer un filtro obvio, pero no era así. Sin embargo, la verdad es que, hasta ahora, prácticamente cualquiera podía ensayar nuevos desarrollos con los usuarios sin mayores dificultades.
De modo que ahora la red social creó un equipo multidisciplinario conformado principalmente por abogados e investigadores que se encargará de ver que los experimentos sean los más adecuados. Por otra parte, los nuevos ingenieros deberán tomar un curso de seis semanas en el que se les educará en estas directrices que deberán seguir para realizar investigaciones con los usuarios. Así mismo, Facebook ha lanzado un espacio concreto en el que irá publicando todos estos estudios para mantener a los interesados al tanto de sus trabajos, que abarcan desde la difusión de chismorreos hasta la lucha contra el abstencionismo en las elecciones.

"Es importante comprometerse con la comunidad académica y publicar en revistas revisadas por pares, para compartir las innovaciones tecnológicas y porque servicios en línea como Facebook pueden ayudar a entender más acerca de cómo funciona el mundo", defiende Schroepfer.
Antes de eso, los temieron que se dejara de realizar estos estudios en colaboración con el mundo académico para difundirlo en revistas científicas, ya que afirman que no es posible dejar de hacer experimentos, ya que son necesarios para seguir "mejorando" la red social. Sin embargo, el hecho de que se trate de investigaciones realizadas sin el consentimiento expreso de los usuarios es lo que mantiene la incomodidad en vilo.
Hace dos años, Facebook sometió a casi 700 mil de sus usuarios a un experimento para comprobar si las emociones son contagiosas en las redes sociales. Sin embargo, cuando en junio de este año se dio a conocer este estudio a través de una revista científica, se dio pie a una controversia sobre los límites éticos de este tipo de experimentos, esencialmente porque los sujetos de estudio no sabían que lo eran.
De acuerdo con el informe, el experimento consistió en provocar que algunos internautas vieran en su timeline de Facebook más publicaciones tristes y que otros vieran más noticias positivas que publicaban sus amigos. El resultado de esto fue que los usuarios se contagiaron (mínimamente) por estos sentimientos, usando más palabras negativas o positivas en sus propias publicaciones dependiendo de aquello a lo que estaban más expuestos.




