Óscar de la Borbolla

Estoy harto de mí

Óscar de la Borbolla

21/03/2016 - 12:04 am

Tengo los deseos, las dudas, los problemas, las facilidades, las convicciones... a causa de las circunstancias que rodearon mi vida y, en la mayoría de los casos ni siquiera ”yo soy yo y mi circunstancia" -como dice la frase emblemática de Ortega y Gasset- sino que el yo es prácticamente su circunstancia, un resultado de ésta. Foto: Especial.
Tengo los deseos, las dudas, los problemas, las facilidades, las convicciones... a causa de las circunstancias que rodearon mi vida y, en la mayoría de los casos ni siquiera ”yo soy yo y mi circunstancia" -como dice la frase emblemática de Ortega y Gasset- sino que el yo es prácticamente su circunstancia, un resultado de ésta. Foto: Especial.

Una vez le preguntaron a Mark Twain si había pensado en escribir la segunda parte de Tom Sawyer y respondió que sí, pero que no terminaba de decidirse si a Tom lo iba convertir en Presidente de Estados Unidos o si lo haría morir en el cadalso. Su respuesta causó azoro e indignación en el entrevistador y Twain agregó, lo que considero una lección: "Todo depende de las circunstancias". He sopesado muchas veces esa respuesta perturbadoramente lapidaria y escueta y me ha dejado convencido que no importa quién: todo depende de las circunstancias. Somos en buena medida un resultado de éstas y pocas veces nuestra intervención reorientan la cuasi fatalidad que implica estar en una circunstancia o en otra.

Pueden citarse docenas de ejemplos de personajes que logran escaparse de las circunstancias, que tuercen su trazo y hasta existe hoy una teoría que habla de los seres humanos con un término tomado de la metalurgia: la resiliencia; según la cual los resilientes no son dominados por las circunstancias. Pero a nivel estadístico, para el grueso, las circunstancias son destino. Uno como individuo puede cambiar o abandonar la religión que profesa su familia o su comunidad; pero en los grandes números quienes nacen en una comunidad musulmana terminan siendo musulmanes y lo mismo ocurre con los católicos o los judíos. Lo cual implica que son judíos, católicos o musulmanes por circunstancias, o dicho de otra manera, que cada judío si hubiera nacido en una contexto musulmán sería musulmán y viceversa.

Tengo los deseos, las dudas, los problemas, las facilidades, las convicciones... a causa de las circunstancias que rodearon mi vida y, en la mayoría de los casos ni siquiera ”yo soy yo y mi circunstancia" -como dice la frase emblemática de Ortega y Gasset- sino que el yo es prácticamente su circunstancia, un resultado de ésta. Y hay circunstancias duras por la que millones de personas son troqueladas. Es triste ver no digamos la escasa originalidad, sino siquiera una diversidad que haga menos monótono el paisaje: se visten igual, piensan igual, desean las mismas cosas. A ratos me asalta la impresión de que vivo en un hormiguero donde todos, incluyéndome, usan pantalones de mezclilla. O de pronto, todos, se ponen un piercing o se tatúan o se interesan por Harry Potter y luego por los vampiros y luego se mudan en masa al gusto por los zombis. Es entre simiesco y cómico observar a los comensales en un restaurante todos con su teléfono celular, o en los cines, antes de que comience la función, todos enviando o leyendo algún mensaje en la pantallita el celular. Y claro hay algunos que son distintos, pero es que vienen de otra circunstancia. Y claro que hay otros aún más distintos, pero es que vienen de otro coctel de circunstancias.

Todo lo que pienso, estoy seguro, no lo pensaría si hubiera nacido en otro país o en otro tiempo: en otra circunstancia. ¿Tendrán algún valor mis convicciones, mis penas, mis ambiciones, quiero decir, algún valor no circunstancial? Me dan ganas de hacer un viaje largo por lo dilatado de la distancia y por lo prolongado del tiempo, pues estoy convencido de que dejaría de preocuparme por lo que me preocupo y dejaría de pensar en lo que pienso. Indudablemente que necesito unas vacaciones de mi circunstancia.

@oscardelaborbol

Óscar de la Borbolla

Óscar de la Borbolla

Escritor y filósofo, es originario de la Ciudad de México, aunque, como dijo el poeta Fargue: ha soñado tanto, ha soñado tanto que ya no es de aquí. Entre sus libros destacan: Las vocales malditas, Filosofía para inconformes, La libertad de ser distinto, El futuro no será de nadie, La rebeldía de pensar, Instrucciones para destruir la realidad, La vida de un muerto, Asalto al infierno, Nada es para tanto y Todo está permitido. Ha sido profesor de Ontología en la FES Acatlán por décadas y, eventualmente, se le puede ver en programas culturales de televisión en los que arma divertidas polémicas. Su frase emblemática es: "Los locos no somos lo morboso, solo somos lo no ortodoxo... Los locos somos otro cosmos."

Lo dice el reportero