Doom: The Dark Ages luce impecable a nivel gráfico, y es que cada uno de los niveles que exploramos, combinado con la estupenda música de Finishing Move Inc, brindan una gran experiencia.
Ciudad de México, 18 de mayo (SinEmbargo).- En diciembre de 1993, un solo título revolucionaría a la industria de los videojuegos y específicamente al género FPS con una propuesta que no sólo sería la base para muchas otras franquicias, sino, también un símbolo que evolucionaría generación tras generación para, 32 años después, recordarnos por qué la saga de DOOM ha inmortalizado su legado en cada entrega.
DOOM: The Dark Ages es una precuela de DOOM (20016) y DOOM Eternal (2020), los más recientes lanzamientos que hemos visto en la saga y que revivieron a la franquicia tras un largo descanso -desde la última entrega canónica de la serie, DOOM 3 en 2004-, sin embargo, la misión de Bethesda Softworks en conjunto con id Software ha sido clara desde 2016: regresar toda su gloria a la franquicia y vaya que con cada lanzamiento, han logrado superarse a sí mismos.

Historia
En esta ocasión, la historia, al ser una precuela de lo que conocemos, nos da una introducción de nuestro flamante protagonista: el Slayer, el cómo ha llegado a lo que hemos visto en otro juego; algo que funciona increíble, se brinda más importancia en la historia.
Destaca lo bien diseñadas que están las cinemáticas que tenemos entre cada episodio que explican el conflicto entre los Maykr y el infierno, además del cómo el Slayer, se ha convertido en una máquina de guerra, pero al mismo tiempo, cómo está luchando para dejar de ser este esclavo que usan a gusto y placer, para revelarse y tener un libre albedrío.
Gameplay
Por otro lado, está la parte del gameplay, que en ciertos aspectos hace un guiño a sus orígenes al buscar simplificar a nuestro personaje y en muchos sentidos esto es perfecto, ya que, sumado a los movimientos clásicos que hemos tenido a lo largo de cada entrega como disparar, correr, golpear; en esta ocasión, sumamos un escudo que le da un significado diferente a la frase “el mejor ataque es una buena defensa”.
El escudo es una maravillosa adición al estilo de combate del Slayer, debido a que no sólo puedes bloquear ataques o disparos, también puedes lanzar tu escudo como una sierra, hacer ciertos “shoulder charges” contra enemigos, alcanzar nuevas alturas apuntan al sitio correcto o rebotar ataques específicos de enemigos que le dan una nueva dinámica al combate, donde no todo es disparar.

Tenemos también la brutalidad de cada una de las armas, desde la clásica “Combat Shotgun” a la “Super Shotgun” u otras como la “Accelerator”, “Pulverizer”, entre otras. Del lado del combate cuerpo a cuerpo, tenemos la adición de nuevas armas además de nuestro “Power Gauntlet”, como el “Flail”, que es un Mayal medieval y el “Dreadmace”, un mazo gigantesco. Todas y cada una de nuestras armas pueden sufrir bastantes mejoras, para esto tendremos que recolectar oro a través de cada nivel, encontrar objetos para nuestras mejoras como gemas y elegir lo que mejor nos convenga.
Eso no es todo, ya que, en ciertos momentos podremos tener acceso a un robot gigante o un dragón que cambian por completo la experiencia de juego y la hace sentir en un nuevo nivel de brutalidad y diversión.
Nivel gráfico y diseño de niveles
El diseño de niveles se siente como un salto clásico en el juego: avanzar y disparar, aunque en ciertos momentos, para adentrarnos en algunas zonas ocultas, tendremos que resolver ciertos “acertijos” -que realmente no son tan difíciles-, pero que sí requieren que prestemos un poco de atención a nuestro alrededor, principalmente en estos lugares encontraremos coleccionables que podremos obtener en cada uno de los 22 capítulos.
A nivel gráfico, luce impecable, el juego corriendo en un PlayStation 5 normal, hace un estupendo trabajo y es que cada uno de los niveles que exploramos, combinado con la estupenda música de Finishing Move Inc -que han sabido llenar el espacio que dejó Mick Gordon-, hacen que la atmósfera sea la adecuada para correr y disparar.
El diseño de personajes y el diseño de enemigos que lucen aterradores, además de los ataques especiales que hacen que en algún momento la pantalla se llene de tanta acción que no puedes percibir que está pasando, sólo quieres sobrevivir a ese momento.
Genuinamente hace mucho tiempo que no disfrutaba tanto un FPS que te llene de emoción, pero que al mismo tiempo no se tome tan en serio todo o me llene de menús para configurar todo mi armamento. Doom: The Dark Ages es simple, pero maravilloso.




