
Nota falsa de quien esto escribe
Hace poco tiempo fui invitado por un centro de estudios a escribir un texto donde reflexionara sobre las “fronteras”. No lo entregué. Por alguna u otra razón (luego de “el tiempo no me lo permitió”, ya sabemos “mis disculpas, las apretadas agendas”), el texto me siguió revoloteando entre las ideas. “¿No lo entregue porque no quise?”, me preguntaba. “¿Porque no marqué a mí mismo o a cosa ajena límites, es decir “fronteras” en varias cosas?”. Este es el texto que pude haber entregado en aquella oportunidad en que (entendí perfecto se trataba de un texto para formar un libro con otros textos, debía ser de ciertas dimensiones, no había honorarios por esto, cosa que entendemos, pero sí libros, la fecha de entrega y, sobre todo, entendí se pedía reflexionar sobre el concepto de “frontera” básicamente así: entre país y país, geopolíticamente, y por ello, sociológicamente, culturalmente hablando), comencé a preguntarme seriamente a ese respecto de las “fronteras”. Sobre qué escribiría yo porque en verdad pienso al respecto. Y bueno, apenas leo que escribí hace unas líneas “este es el texto que pude haber entregado”, pienso que debí haber escrito otra cosa como “este es justo un texto bien distinto al que pude haber entregado”, porque esto, en todo caso, va más de filosofar sobre “fronteras” que de otra cosa y, bueno, me doy cuenta de que ya estoy metido en el tema y que debo empezar a poner mis ideas desde ya, a partir de ahora. Propongo al lector un juego. Leer la primera parte de un jalón, luego tomarse un tiempo o un par de whiskys (un amigo me enseñó que el mundo se ve mejor sólo con un par de whiskys, ni más ni menos, ya sabe él de este guiño como primera frontera), y rematar la parte final luego de haber reflexionado sobre las estupideces que asumiré le he lanzado al amable lector en esta nota columna. De finalizar el lector con furia o cierta empatía, mero desdén, ya nos hablará mejor que nada sobre eso de las fronteras. AMCG
PRIMERA PARTE
No te pongas límites, Antonio, escribe sobre sin límites sobre las “fronteras”. Hace 2 días 12:22 a. m.
Estaba hace unos minutos, comentando con una querida pareja de vecinos, en nuestra casa de campo, sobre lo que pensamos sobre una nueva vecina. Acaba de llegar a vivir al vecindario (compartimos jardines y alberca y, pues, vida), y salió el tema de pronto. La vecina llamada, pongamos Rottermayerbullterrier, acaba de comprar un “chalet” de varios millones de pesos, sabiendo que los amigos conserjes, apoyadores y encargados del mantenimiento, tienen un par de perros como todos los vecinos. Rottermayerbullterrier, apenas licenciada como vecina, llegó con sus dos perros y prohibió la aparición de los perros de los conserjes estuviera o no ella en su casa de campo. Los dos perros de la raza “boxer” de estos amigos conserjes, viven ahora en un balcón, teniendo un jardín y una alberca y 120 árboles de más de 15 metros de altura para saber ver el cielo. Rottermayerbullterrier indicó algo así: “Tengo cámaras, y aunque no esté yo ahí, no quiero ver a esos perros retozar a las afueras”. Y en eso estamos. Los conserjes, los vecinos que esto platicamos, y lo sepan o no sus perros y los de todos. Los perros de todos quizá piensen: “¿Por qué nuestros dos amigos boxer estarán ahora presos? ¡Caray! ¿A quién le habrán robado su hueso?”. Fronteras.
Lo que haya pasado (y así puede verse, tanto entre las llamadas “naciones” como en cada uno de los individuos que las formaron, y ya luego vemos que es persona, ciudadano, natural, patria, territorio, gobierno, propiedad privada o pública y demás), no es cosa que haya ya pasado, sino que sigue, en muchos casos, sucediendo. La cultura es algo que va de lo que se va, pero también de lo que se queda. El que escribe esto es, supuestamente, un licenciado en Ciencias de la Cultura. El tiempo y el espacio, las formas puras de la sensibilidad de Kant, son una primera frontera. Invisible o no, como se quiera. ¿“Puedes pensar en alguien en ningún espacio y en ningún tiempo?’”, me preguntó algún profesor (que por cierto practicaba la espeleología), en mis tiempos de preparatoria. Fronteras.
Si Moisés partió el mar en dos o no, eso yo no lo vi, si sea mentira o no, pero sí que sé que uno se cuenta y cree sus mentiras, y que esto que pienso lo pienso sentado en “El Danubio”, mientras leo esto en una servilleta enmarcada en la pared: “Yo a lo tuyo”. La firma Gabriel García Márquez. Una pareja discute mientras bebo mi copa de vino. “Lo único que espero es que, cuando yo muera, yo no sé, no sé si nos hicimos la guerra, pero quiero que estemos en paz, y yo te agradezco todo lo que hiciste para hacerme vivir y que yo no haya podido hacer lo mismo contigo, yo que más hubiera querido Yo qué más quisiera”. Eso es lo que recuerdo se dijeron.
Pienso en el título “En busca del tiempo perdido” como una frontera. Un retruécano de los más brillantes. Buscar el tiempo perdido por esta persona o entidad, lo que se entienda, ¿se está moviendo en esa búsqueda? ¿Sus ideas se mueven, al menos, en esa búsqueda? ¿Lo que se fue, se fue? ¿La tierra es de quien la trabaja? ¿Seguimos perdiendo más tiempo en búsqueda de eso, perdemos más el piso en ello? ¿No así lo alejamos? ¿Por qué cuando un alma o espíritu o conciencia buscan no encuentran nada y luego encuentran lo que ni buscaban? Me imagino a Emiliano Zapata hablando con Pablo Picasso en un parque, un domingo, bebiendo tranquilos. Y luego que les caiga María Zambrano, y Carl Jung. Y jueguen a la pirinola en el tema de las fronteras. Y se les sume un niño carpintero de nombre José.
Claro que hay fronteras. Si te vas con la playera del América al estadio de Tigres, la final del futbol “nacional” puede ser también la de tu vida. O no. Irte de minifalda al Ministerio Público es igual tu derecho y para eso debería ser bueno pusieras o derribaras como quieras verlo, una frontera.
Frontera. Sabes bien por donde deberías comenzar a presentarle la familia a tu prometida. El tío ojete, la prima sufretodo al triple y más de la mitad es mentira, el primo ratero como sea pero a leguas, el/la/lo que sea para ella o él quiera ser para todos o cada uno de nosotros, me refiero al ser del paliacate de los Patriots, con 20 anillos, con botas vaqueras, ese ser que luego, sabes, huyó te tu vida (como se dice, así como se dice, no nos hagamos, no pongamos fronteras donde no las hay, porque se dice y no se puede dudar de ello y no se debe decir esté bien o mal sólo porque yo lo diga, como las “chachas”), tus hermanos mismos que ya luego dieron su verdadero color. Uno sabe bien de fronteras. ¿Cuánto miden? Desde que alguien se empezó a masturbar hasta que lo supieron “sus papás”. Cuando abortaste. Cuando deseaste matar a alguien y no te atreviste ni siquiera a decírtelo a tu misma alma. Ahora bien, andar diciendo que la Schutzstaffel no fue una organización paramilitar, policial, política y nada de penitenciaria o de seguridad sino aniquiladora al servicio de Adolf Hitler y del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, hubo muchos Hitlercitos, es una maldita aberración que merece mandarles esa Schutzstaffel, que no fue una organización, para nada. No existieron “los cosos”, decían en los ochenta, que decidimos no ver nacer frente a nosotros como frontera. Pero eso sí, si uno acepta que es alcohólico, otro que fue cocainómano, otro u otra lo que el lector de esto o lectora quieran, aceptemos que entre pensar que “Nace una estrella” es cosa de Gaga, “Cabo de Miedo” cosa de de Palma, que todo nació en los ochenta, justo es cosa muy de los ochenta, y que en verdad no se fue ni en los noventa. ¿Hubo fronteras?
De las fronteras, tanto como nada. Porque las fronteras no sirven salvo para hacernos entender que hay que quitarlas o ponerlas. No puedes decir sí o no sólo porque sí o no, taxativamente a algo, pero en ocasiones, como se dicen, debes de poner el pie en el suelo. Hay que ver que para decir cosas como “dependiendo el sapo la pedrada”, como decir “a río revuelto, ganancia de pescadores”, o “de lo perdido lo ganado”, “hasta no ver no creer”, requerirá, casuísticamente o no, ya “iremos viendo”, “ya nos vamos poniendo de acuerdo”, de poner o no límites, fronteras. Tal y como uno u otros lo hagan según quieran, puedan, deban.
Para cuando haya que quitarlas, es para que nos paremos delante de esa “frontera” y nos demos cuenta que vivimos muchos de nosotros cercados en territorio o tiempo por esa “frontera”, y nos hubiera gustado otra cosa. En eso todos los humanos, creemos, coincidimos: que luego de haber hecho esto o lo otro: que de haber sufrido o creado ciertas fronteras, nos iremos por apostar al otro lado.
Tengo unas fronteras más cercanas que otras, no veo ni las cosas más cerca o lejos de manera permanente sino cambiante, aunque sé que debo decidirme por una u otra para avanzar. Eso me queda muy claro, en verdad, pero claro es luego lo que nunca queda. Nunca te he dado, me he dado, igual tú, lo que me pido pensar para ser o estar. No me atrevo. Esta es una de las más fuertes, si se quiere, puede, conviene, nos es permitido, aceptar como una frontera.
Una frontera blanda, flexible, pero no una cosa que nunca vayamos a terminar de definir. ¿Qué es un archipiélago?, por ejemplo. ¿Un continente que se hizo a la mar, una isla que quiso, de pronto, volverse en otra cosa, una cosa grande, no como la patria o una oración, un “texto wow periodístico”, un sueño de Unamuno, matatena entre José, niño carpintero, José el viejo carpintero luego de que haya entendido lo que haya entendido, Dios Santo? Un par de perros de la raza boxer, ¿no son capaces de entender que uno los dejó o no por ir a dizque partir un mar en dos?
Maestra, buenos días, me presento, me llamo José, o Kissinger, o Bono eso no importa, soy un asteroide apenas, una de las tantas consagraciones de energía que hay. ¿Qué, qué, qué tiene que ver esto con esto otro que es decir maskking? Frontera.
Uno pierde a sus hijos no por un accidente, necesariamente. Luego resulta que sí. Pero también porque no vio lo importante y lo perdió. Frontera: uno es un cometa, no te puedo dar los cinco porque no hay cinco sentidos, y lo más interesante es saber que si alguien dice “lo más interesante” es no importante. No hay que hablar de ello.
Si llegamos o no de la tierra a la luna, a la luna desde la tierra, y quisiéramos pensar como verdad esto, veamos como una posibilidad, impresionantemente bella, que hubiera sido así. Ahora bien, una frontera o no, imaginar si llegamos o no, es lo mismo un paso para no para el hombre, no para la humanidad, sino para los selenitas.
Pecho tierra no se asimilé a bajo tierra / Chicos, paren la música, quiero subrayarles algo y me da igual: no es uno, automáticamente, humano. / Missing Cerebro: la última vez que se le vio, vestía de playera color de otros, pantalones pantomima, se le halló hablando en vulgar. Servicio a la comunidad: parecía que padece de sus facultades verdaderas, entiéndase, mentales. / Para todo lo demás existe Mastercard. ¿Pero, quién la pone? En vía de mientras: me drogo. / ¿La gallina cruzó el camino? ¡Claro que no! No hay ya ni gallinas. / Lo que pasó al levantar el acta sobre ese tal caso de la gallina fue que seguimos hablando de eso. / No hay nada como estar con los pies en la tierra. Pero, ¿y para darse cuenta? / ¿Te hicieron llorar? ¿Quién a quien primero? / Saldré con los pies por delante, dices. Pero eso desde que naciste. / Estoy dispuesto a todo, pero de poquito a poco y a mi manera. / La última y nos vamos… Pero a morir. / ¿Ya te llegó la hora? ¿Sigue atrasado tu reloj? / Me jugaré el pellejo dijo el robot que amas. / Si no puedes vivir con o sin ella, alcanza a vivir con ella, si el o ella así lo quisieran. / Por cierto, tu huella de abandono ya debió de haberse taponado hace años. / Veleta: ni le va ni le viene nada. Y con eso del viento, Juárez ya se murió, pero el viento vaya que sigue. Todos fuimos Barba y Jacob o Porfirio: una llama al viento que el viento apagó. / Metempsicosis, Patafísica de Necronomicón y bien adentro de la maldita Tradición, pero cosa del día a día, esto de vivir como Dios manda: ¡Cómo Diablos entendemos eso! / Debiste de haber comenzado así, te dijo tu Ouroboro en Finsterre. / Le atiendo yo personalmente, soy el azar, tenga la bondad de seguirme. / Oiga, señor, que la viene a buscar alguien que viene de parte de no sé quién, una muchacha con su papá, muy simpáticos, que lo viene a invitar a un baile. / Usted dirá, dice el tío Destino. / No se ha vuelto a saber nada de él, y hemos hecho todo lo que estuvo a nuestro alcance, el omiso lleva el nombre de Dignidad Molino de la Mancha. / Y lo que hay es esa ciega manera de quererte. Y vaya que sé eso no se da en “El Globo”, acaso en Francisco de Goya, se daría mejor en un buen tango que escribamos y bailemos entre todos, que se titulara algo así como “Renazco” o “Muero de nuevo”, ya se verá. / ¡Oiga, pero yo vengo de paso! Pues que no importa, considérese contratada. ¿Por? Su belleza y su silencio. Le aseguro que mis amigos más ojetes estarán recontentos al verla. / Oiga, siéntase en su casa, pero, ojo. Tenemos cámaras. / ¿Sería usted tan amable de dedicarme esta pieza? No tema, es por amor que al mundo yo le hago frente, ya verá que sólo vengo a demostrarle que soy espíritu noble. / Gracias por invitarme a la fiesta, traigo mis prejuicios conmigo, claro, mi mala leche, todos los cuchillos bien guardaditos para lo que salga, en fin, también la clásica bolsita de papitas con cacahuates y bombones. / Oye, ¿amor mío? Creo que, como nunca advertiste todas las consecuencias a las que llevarían tus actos, una y otra vez, eres un hombre en serio. Con toda la experiencia del mundo. Y yo merezco un caballero de verdad, bello, fino, complaciente. Poderoso caballero ya que eres. Yo entiendo eso de que el poderoso caballero es don dinero, pero no es lo que yo busco, en verdad. En todo caso, la fortuna es la que tendrán todos los candidatos al tenerme. Y bueno, pues, mi fortuna de ser lo que soy, se la daré al mero bueno. / Decía un vecino a cada rato eso de para qué más que la verdad. / Y una tía decía infinidad de veces eso de qué más da. / No me iré antes de decirle todo y con todas sus letras, ya verás. Pero el audio de la sala no escuchó muy bien lo que siguió. / Quién iba a pensar que detrás de esa carita de ángel del tendero se escondería tal maldad. Y al dos por uno. / Oye, en verdad, ¿yo que te voy a decir? / Como yo me habría atrevido a quedarme cruzado de brazos, si yo contigo para siempre, y fallarte nunca jamás, por cierto, lánzate por un seis. / Oye, ¿no seas así? Porque me pusiste este cuatro. ¿Por qué me pones encima todo esto? Porque te amo. Pero ya relájate. Te veo a las 8 para cenar con mi jefa. Y te vas arregladito. / Haz lo que más te convenga, dice para que el otro haga todo lo contrario. / Me duele el estómago, dijo para siempre Prometeo. / Por lo que veo, dijo el mundo miope. / Es como si el destino lo hubiera preparado todo para conocernos, le dijo la oveja al lobo. / Ahora vengo, voy por unos cigarros, dijo la justicia. / Tal y como lo oyes, le dijo el juez al sordo. / Ya que no nos quieren hacer caso, tomaremos medidas, dijeron los que nos dieron siempre la luz del mundo. / Pinche borrachote, alcoholicazo. / Antes fue fuego, pero, ahora es helado mi deseo de saber. Parece que se van a deshacer mis razones. Y luego tú me vienes con tu falda, tus hombros y tu mirada. Cómo caraja, puta madre de mierda habría yo de saber qué putas carajos hacer. I wanna be sedated. Ramones caen del árbol. / Regocijo mejor que el maná, practicar la deserción. / No te confundas. A mí no me mueven los ideales, no te equivoques, yo lo que quiero es status, plata. Pero, ¿por quién me tomas? Soy actor y modelo, no me pegues en la cara. / Ahora que digo me anime, caigo en cama. / No, yo nunca lo dije así. No. / La razón la tengo yo. No, no, la razón la tengo yo. / No tengas cuidado, si hay UNO mejor que yo, acaba con este asunto de una vez por todas, dice el deseo. / Ya te caigo, dijo la vida. / ¿Todo listo para el último viaje, chicos? ¡Anda ya! Ahora les caigo. Mientras llega mi taxi no sean malos, háganse pendejos los unos a los otros, díganse entre ustedes que corten con todo y todos, dense. / Palabra de Dios que este es el día más importante de mi vida, pedimos la caminera. Dos dobles y la cuenta, por favor. / Te veo un poco nervioso. ¿Ha pasado algo? ¡Cómo crees! / ERES EN VERDAD UN VERDADERO HIJODEPUTA / Así te querría agarrar, culero, como te agarra la puta ansiedad ahora. / Con la cerilla de todos los cirios pascuales de la historia, pero te juro que soy todo oídos. / Nadando de muertito, poquito a poquito, chipichipi que llueve mi alma, y es que perdóname, pero eso del golpe a golpe, verso a verso sólo de oídas nomás, ya sabes lo, como se dice, no hay bronca, hay que aceptarlo, lo naquita de mi alma (y por eso, ni te quejes, que por ser así bien que me amas, no te enojes), yo sólo te digo una cosa… / No me mate, yo sólo cumplo órdenes, le juro que le daré todo lo que tengo. Y lo mataron por pinche marro, macana, culero. Y eso que le pedían sólo quisiera a su mujer igual que a los amigos. / Leí la Insoportable Levedad del Ser y decidí ponerme tetas, y luego me metí a un plan hormonal, y luego de CEOCOACH de ALcachofaFILMS, editora, bueno, quiero decir editor de INstagraM Hipergamia, Conductismo Intermitente, Maquillaje sobre Agendas, leí luego el Tarot para este lugar que se llama, ahorita te digo, caray se me fue. / Perdóname/ Nunca supiste lo que yo sentía en mi interior. Y tu nunca sentiste lo que mi afuera debía, reclamaba, te suplicaba saber. A cada paso que doy en la caminadora, me doy cuenta de que vales para pura verga. Soy tu chica de humo. La bolita que te sube y baja cuando digas. Y luego que borra el comentario. Puto macho. Y al día siguiente me calme, me dijo que me amaba como mujer u hombre y cogimos de lo lindo hasta que llego el camión de la basura. / La imponente seguridad que nos da el decir seguramente. / Oiga, que se murió Dios. Un momento, por favor. / Me entregué, quiero decir, tienes razón, me entregaré, gracias, sí que tienes razón, corrijo, me entregaré, en cuerpo y alma, pero a mi manera. / Dicen de algo que es de interés nacional. ¡Ja! / Lo global, dicen. Pero ni jota en verdad que valga. / Vivos olvidados en vida y por ello muertos, contra muertos que deberíamos olvidar, pero ya sabemos, por las diosas Chana Guayaba y Juana, Tostada, idolatrados desde su monumentito. / Usted me parece una mujer inteligente, es más, le digo, se llama usted Libertad, ¿no es así? Usted me encanta, por cierto, ¿a qué se debe su visita en este lupanar? / Usted es un macho-paria, ha maltratado a cualquier cantidad de pajaritos y jaguares y toritos y almas lindas de aquí hasta donde se quiera. / Pero bueno, deme un apretón de manos con lo que le pedí, ya sabe que hay que tratar aún varios pormenores, letras chiquitas, pero eso de quitar todo esto y poner todo lo que quiera, estamos claros. / Tu amor ahí y que te dice su hombre, el amor de su vida y le dices, mira, ya ni me acordaba. / Y luego todos los hijos odian a sus padres y los padres odian a los hijos, pero se hacen como que les habla la fiesta que sigue. / Oye, ¿me avisas al llegar? ¿Oye? ¿Ya llegaste? Perdón, amor, acabo de llegar, pero me metí corriendo al baño. La epifanía le dijo a cualquier natural. / Hice de todas las navidades papel picado. Y eso juro lo hicimos todos. ¿Levanten las manos? / ¿Oye? ¿Podemos hablar? ¿Pero qué tiene que ver esto con esto, esto otro con esto otro? Eres un tipo de mierda. No se diga más, hablemos ahora. ¡Caray! Se cortó. Estoy hablando con el dentista, digo Amazon, digo tal. ¿Y tú con tus dealers? Ya, listo. Amor, ¿me escuchas? Patán. Ya, venga. Pero si tú. ¡Siempre estas regañándome y eso significa que ya no estás! Cada quien a lo suyo. Nothing, menos LOVE, nos dividirá. Control. / No te creas que nos tragamos que eres tú el malo de la historia, pero se da que no podemos engullir nuestro orgullo. Ahora, que las de perder las tienes tú. El capitalismo al comunismo una y otra vez. / Que te quede claro: que ya se verá lo que tenga que venir, nos casemos por la iglesia o por el civil, ¿tú crees que esto es posible? Mi amor, perdóname. / Con la mano en la cintura no digas desde tu casota Aire Acondicionado lo que sufre quien da la cara al sol. / Mucho gusto, dijo el felón al becario. Y le dijo quiero conocerte, Salvador o Julio o Jesús. Y sí. Bíblicamente, vaya que lo conoció. / ¿Por cierto y nuestra foto? Se cayó. Yo digo que se calló. No, no digas eso, fue por los sismos, la inestabilidad de la república. / No tenía de otra dijo el yo-yo. Pero eso sí, se fue al putero. / Disculpe, le dijo el diario a pluma al Instagram de mármol. Y la policía al parecer, por lo menos esto según lo que ha llegado a esta redacción, hasta ahora (y es que nadie dice o sabe nada), ya se dio por todos, de común acuerdo, terminada la investigación. / Pero es que así me conociste. Pero has cambiado. Y eso de tus raras fiestas. Y las tuyas con pura alma de a tiro. NO te pases. Y pasa que al hecho no pecho.
Que no lo tengas claro es tu problema. No ver a tu criatura, no tener la patria potestad de alguien o alguna idea es tu problema. Que tú ni siquiera hubieras pensado, no era buena, no que pronto te arrepientes de todo y de pronto al revés, no, no aceptes nada, no debí ni nadie, no está bien, uno siempre tiene una carita, las moscas, por ejemplo, qué no hiciste, todo este fárrago, porque no pusiste o te pusieron unas fronteras.
Ciao es hola y adiós.
Que yo sea algo más de un ticket, una licencia, un pene literario, un puesto en alguna entidad federativa, un político distinguido o famosa feminista, estupenda gloria o cadalso. Para ir al arranque del Apocalipsis estamos aquí en vivo, no hay ángeles, es nuclear, Jacobo, la guerra es nuclear.
Veo a un par de perros boxer en un balcón y un jardín vacío, un jacuzzi y una alberca vacía, se cae el cielo, escucho a Michael Jackson y me pregunto si debo o no dejar de bailarlo por saber de todo lo que ya se comprobó que hizo. Mis vecinos comen pizza, yo como pasta, mientras seguimos pensando qué es lo que hay que ver como frontera.
Leo luego a Nietzsche, a Kant, luego más y más filosofía.
Luego les platico a mis vecinos que estaba yo por denunciar a la vecina Rottermayerbullterrier, pero que los queridos conserjes, digamos, dueños de los perros raza boxer, no me contestaban al teléfono. Y bueno, ya me habían dicho que no servían bien esos teléfonos, los cambiamos entre todos, luego resulta que hasta les pedimos a todos portaran esos teléfonos bien cerca, pero nada. Nada de nadar en nada.
Frontera: Si tu vecina que acaba de llegar al condominio, así porque sí, pone sus reglas, según ella, o en verdad, aunque no las haya puesto porque ni puede, pero eso a ti no te importa, sino que en verdad sientes que eso te quita paz, se te vuelve un problema, mira esto: el problema está en el cáncer, en que ese quien ames se te muera, o tú. Entonces, creo que debemos pensar en los nietos, en los recovecos de lo que creemos sabemos que algo saldrá en verdad. Manda a la mierda a tu vecina, a tus familiares cutres, y sigue adelante. Y bueno, con dos whiskys o dos malteadas, o dos de lo que quieras, dos carrujos de mariguana como se decía en los ochenta, bien par de semanas leyendo a Proust, lo que quieras para catapultarte o sumirte con tus fronteras.





