
Lo mejor es que todas convivan en la animación y dispersión de imprentas, librerías, editoriales, revistas, cafés, tertulias, salones, academias; teatros, grupos de músicos, cantantes y danzantes; galerías, talleres de arquitectos, pintores, escultores y orfebres; microempresas de discos, radio, cine y televisión; páginas web.
Las influencias dominantes del siglo XX (Marx, Freud, Einstein, Picasso, Stravinsky, Chaplin, Le Corbusier) nacieron de la libertad creadora de personas que trabajaban por su cuenta (en su casa, su consultorio, su estudio, su taller). Influyeron por la importancia de su obra, no por su posición como profesores, investigadores, clérigos, funcionarios o ejecutivos.
La cultura libre (anárquica, fragmentada, diversa y dispersa) no parece una institución, pero lo es. Desde el Renacimiento, su animación ha sido el centro sin centro de la cultura moderna. Merece público, aplausos y dinero.
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para que 40 años más tarde aparezca por su rigor y limpidez, como uno de los avatares más afortunados del clasicismo en la segunda mitad del siglo XX mexicano.
En Debolsillo ha publicado Reloj de sol, La poesía en la práctica, Leer poesía, Los demasiados libros, Cómo leer en bicicleta, El progreso improductivo, La economía presidencial y Empresarios oprimidos.





