Por Marian Rosado
Roma, 6 dic (EFE).- Los productos ibéricos desembarcan con fuerza en restaurantes y supermercados "gourmet" italianos que se rinden ante los inigualables sabores de la dehesa entre los que, como no podía ser de otra manera, el jamón pata negra es la estrella.
El aperitivo ibérico con jamón, chorizo, salchichón, lomo y otros derivados del cerdo junto al queso curado y un buen vino español se ha convertido en uno de los platos más demandados en los restaurantes de alto nivel de Roma.
Lo prueba el joven empresario español Diego Suárez, cuyo negocio "Ibérico", el único en Roma que ofrece los mejores productos de la dehesa, ha despegado de manera fulminante en tan sólo tres meses de apertura y ya cuenta con una cartera de clientes que incluye a diez cadenas de supermercados y veinte de los mejores restaurantes de la capital italiana.
"Los productos ibéricos se conocen desde hace mucho tiempo en Italia pero creo que el problema es que nunca lo hemos sabido vender bien", afirma Suárez en una entrevista con Efe.
Tal es su éxito que incluso varios restaurantes "populares" se han interesado por el jamón español, aunque en este caso sea el jamón serrano o el de cebo.
"Los italianos por fin han entendido que el 'prosciutto' -así se llama el jamón producido en Italia- y el 'ibérico' son dos productos diferentes y mientras el 'prosciutto' lo comen a diario, el 'ibérico' es para las ocasiones especiales", explica.
Este emprendedor madrileño, de 39 años, ha conseguido además reducir el precio de sus productos, gracias a que trata directamente con productores de las tres grandes denominaciones de ibérico en España: Dehesa de Extremadura, Jabugo y Guijuelo.
"Mis clientes comprenden que este es un producto de lujo pero se sorprenden por el hecho de que yo lo venda un treinta o cuarenta por ciento más barato. Supongo que será porque yo no tengo intermediarios, trato directamente con los propietarios de las fincas", afirma.
Suárez, que llegó a Roma por amor, se dio cuenta del vacío de mercado en productos ibéricos que existía en un país tan cercano como Italia y rápidamente vio un filón para abrir un nuevo negocio.
"Yo tenía tres locales en los que vendía coches y en uno de ellos, en el que el negocio no iba muy bien, decidí lanzarme y fundar 'Ibéricos'", rememora.
El suyo ha sido un trabajo de calle, de recorrer cada uno de los restaurantes y tiendas susceptibles de convertirse en clientela y dar a probar a los dueños su producto.
"Obviamente ya en el momento que huelen y prueban casi se convencen pero cuando les muestro la cartera de precios se rinden", manifiesta orgulloso.
Ante la buena acogida en Roma, Suárez ya tiene en mente expandir la distribución en la región del Lacio y, si fuera bien, a toda Italia.
"La verdad es que no me esperaba que fuera tan bien en tan poco tiempo, se puede decir que todavía estamos en la fase experimental del negocio pero qué duda cabe que nuestro objetivo es afianzar a nuestros clientes y conseguir otros", dice.
Un negocio que podría incluso traspasar las fronteras italianas y aterrizar en la fría estepa rusa.
"Mi cuñado, que es ruso, está informándose y averiguando trámites para exportar 'Ibéricos' a Rusia. Es más complicado al estar fuera de la Unión Europea pero tenemos esperanzas ya que a la clase pudiente rusa le vuelve loca el jamón... y a quién no", bromea. EFE




