
Ciudad de México, 8 de marzo (SinEmbargo).– Las incontables imágenes que circulan en la red sobre los enfrentamientos en Ucranias retratan de manera cruda una lucha de poderes sin cuartel que, a todas luces es impactante hasta extremos pirotécnicos. Sin embargo, también ponen en evidencia un desequilibro enorme entre la tecnología a la que acceden grupos formales organizados versus los grupos espontáneos sin respaldo de estados o corporaciones.
De esta manera, se aprecia una relación estética entre la ciencia ficción que se encuentra en el movimiento social de Ucrania, en particular con una corriente que, en síntesis, fusiona las tecnologías de vanguardia con las tecnologías de la era victoriana: el Steampunk.
Si se le da un vistazo a las imágenes captadas durante las batallas campales en la Plaza Maidan se destacan dos cuestionamientos que giran en torno a este genero literario.
¿Por que ciertas tecnologías aparecen cuando aparecen?
“Si los materiales para todo lo que existe en el mundo siempre estuvieron entre nosotros, la cuestión es reensamblarlos. Las energías que utilizamos siempre estuvieron con entre nosotros, aunque sea en estado latente”, publicó el suplemento cultural Revista Ñ, quien señaló esta analogía entre el subgénero de la ciencia ficción y la realidad a la que ahora enfrentan los ucranianos.
Tal afirmación puede sonar extraña, pero es realmente simple. Todo lo que el humano ha creado ha sido siempre una posibilidad. El ejemplo claro de esto es la combustión. Para poder recrear esta reacción química se requiere de tecnología que antes no existía, pero esto no quiere decir que dicha tecnología fuera imposible de llegar a desarrollarse algún día, simplemente el humano aún no sabía como llegar a ella.
La siguiente cuestión que se hace es: ¿La cultura humana crea la tecnología o es al revés?
De acuerdo con Kevin Kelly, fundador y director de la revista Wired, “somos los órganos sexuales de la tecnología.” Esto quiere decir que el el acceso a la tecnología trae consigo un inherente sentido de poder.
El Steampunk, por su parte, tiene una estética muy precisa y un tiempo/espacio bastante determinado. El contexto tiene que ver con qué hubiera pasado si en vez de que la humanidad haya seguido la corriente tecnológica actual de circuitos y combustibles fósiles, las maquinas de vapor (de donde obtiene el prefijo “Steam“) hubieran dominado las fábricas y maquinarias de los siglos pasados hasta nuestros días, publicó el sitio especializado The Lazercast.
En el caso particular del conflicto que se vive actualmente en Ucrania, si se observan las diferencias entre el ejercito del régimen y el del pueblo, la yuxtaposición de antiguo y viejo es bastante clara.
Por otra parte, hay que enfatizar que las imágenes de las protestas en Ucrania no corresponden exactamente al Steampunk ortodoxo. Sin embargo, su característica principal es esta dicotomía entre el pasado y el futuro, en lo que se refiere a artefactos, y costumbres, que es uno de los pilares del steampunk. No obstante, aunque en este caso el término es usado de una manera un tanto libre, aún así es bastante válida la analogía que se hace al respecto.
Finalmente, hay que admitir que una persona que no sabe nada de la protesta pero que mira las imágenes que circulan en la red al respecto tiene que percibir que en estas ocurre algo lúdico dentro de la tragedia y, por otra parte, que los fotógrafos están encontrando (y buscando) una extraña y dramática belleza en medio del caos.










