
Jorge Romero Herrera es el último panista “con vida” en el Distrito Federal. El ex guitarrista de la banda Necrosis tiene 33 años y es parte del Partido Acción Nacional desde 1994, año en que, después de escuchar a Diego Fernández de Cevallos en el debate presidencial, decidió sumarse a Acción Juvenil. Siete años después, en 2001, por invitación de Mauricio Tabe Echartea, se convirtió en Secretario Juvenil del Distrito Federal.
En julio de 2004, Romero contendió sin éxito por la Secretaría Nacional de Acción Juvenil del PAN. En aquella ocasión, el delegado enfrentó a Juan Carlos Mondragón Quintana, ligado con José Luis Luege Tamargo y Santigo Creel Miranda. A pesar de contar con el apoyo de los panistas ligados a Felipe Calderón Hinojosa, Romero Herrera tuvo que conformarse con el segundo lugar tras obtener el 45.2 por ciento de los votos, mientras que Mondragón se quedó con el 54.8 por ciento.
Dos años después de la derrota, en 2006, consiguió un lugar en el Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Gracias a su amistad con el entonces presidente del PAN-DF, Carlos Gelista González, Romero Herrera consiguió la presidencia de la Comisión de Juventud. Junto a su compañero Agustín Castilla, el panista propuso una reforma legal para destituir al titular de la SSP-DF en caso de que hubiese un alza global en los delitos durante tres años consecutivos. Además, votó, como otros legisladores panistas, en contra de la despenalización del aborto.
Desde entonces, Romero sueña con la Presidencia de la República. En diciembre de ese 2006, Romero Herrera reconoció en entrevista con el diario Reforma sus intenciones de luchar por convertirse en Presidente:
Me gustaría ser el mejor político de este país. ¿Cuál es el cargo del mejor político de este país? Pues ya lo sabes, y qué mediocre si no lo quisiera, o sea, yo quiero ser Presidente”.
A unos meses de su salida de la ALDF, buscó sin éxito una candidatura a una diputación federal. Incluso durante enero de 2009, su nombre sonó fuerte para convertirse en candidato del blanquiazul a la delegación Benito Juárez gracias a su relación sentimental con la entonces presidenta del PAN-DF, Mariana Gómez del Campo Gurza.
LAS MAÑAS DE ROMERO HERRERA
Ese mismo año logró con éxito imponer a Mario Alberto Palacios Acosta como candidato de Acción Nacional a la Jefatura Delegacional de Benito Juárez, por encima de otros aspirantes como Óscar Estrada Luna, Alfredo Vinalay Mora y Paula Soto Maldonado. Para pagar el favor, Palacios hizo una reestructuración al interior de la demarcación para pasar de siete a nueve direcciones, incluyendo una que funcionaría como “coordinación general” de las otras ocho. Jorge Romero fue nombrado así director general de la Coordinación de Gabinete y Proyectos Especiales.
Su periodo como coordinador de Gabinete no estuvo exento de escándalos. Raúl Rodríguez Cortés publicó el 12 de marzo de 2012 en su columna “Gran Angular” de El Gráfico, que durante la administración de Palacios, Romero se encargó de cobrar cuotas a los restauranteros con la finalidad de que su negocio operara sin problemas. Asimismo, el texto dice que Romero tiene junto con sus amigos una especie de fraternidad secreta con reuniones semanales en lugares como el salón Merlot del Club Libanés, el restaurante Mazurca (propiedad de Mario Palacios), o en el penthouse de Romero Herrera ubicado en Gabriel Mancera.
Además, los rumores de su supuesta intervención para inflar el padrón electoral del blanquiazul en el DF crecieron. Militantes panistas en la Benito Juárez acusaron en febrero de 2009 ante la dirigencia nacional del PAN a Romero Herrera como el autor intelectual de la afiliación masiva. Sin embargo, el fraude del ex legislador local no fue comprobado y, por tanto, no hubo castigo.
A mediados de febrero de 2012, Jorge Romero inició su camino rumbo a la Jefatura Delegación de Benito Juárez. En su el arranque de su precampaña, estuvo acompañado por Federico Döring, Mauricio Tabe, Federico Manzo y Fernando Rodríguez Doval. El precandidato la Jefatura Delegacional de Benito Juárez, buscó dejar fuera de la contienda a sus rivales Alfredo Vinalay y Fadlala Akabani, pero falló. El ex legislador ingresó ante la Comisión Nacional de Elecciones del PAN dos juicios en contra de sus adversarios por presumiblemente superar topes de gastos de precampaña y campañas negras. Sin embargo, las acusaciones no pudieron ser comprobadas de manera contundente, por ellos las quejas fueron declaradas improcedentes.
Las acusaciones en torno a una intervención de Romero Herrera para aumentar el padrón del blanquiazul en la Benito Juárez retomaron fuerza. Según una revisión del Registro Nacional de Miembros del PAN hecha por el diario Reforma, De mayo a agosto de 2011, en Benito Juárez el padrón de militantes pasó de 972 a 2,087. Algunos dicen que Romero no lo hizo sólo. El joven panista habría contado con el apoyo de Luis Mendoza Acevedo, ex colaborador cercano de Romero y que para entonces se desempeñaba como presidente del PAN en la Benito Juárez.
En las elecciones internas del 18 de marzo, Jorge Romero resultó electo tras obtener 698 votos, contra los 173 de Vinalay y los 147 de Akabani. Además, Romero consiguió quedarse con el distrito 17 en la Benito Juárez y dos candidaturas plurinominales ganadas por Santiago Taboada Cortina y Santiago Torreblanca Engell. Pero el conflicto no paró ahí. Alfredo Vinalay acusó a Romero de rebasar los gastos de campaña: “En sus eventos gastó, según las cotizaciones que tenemos, más de medio millón, sin embargo, la Comisión Nacional de Elecciones no ha resuelto ese juicio, metí una petición de que ese juicio se resuelva”, dijo Vinalay. Sin embargo, las impugnaciones no tuvieron éxito y Romero se quedó con la candidatura del blanquiazul.
Apenas a principios de esta semana, la publicación Libre en el Sur reveló que, según el panista Miguel Antonio Morales Zepeda, el padrón del blanquiazul en efecto fue manipulado por Romero Herrera, a través de un proyecto llamado “El H. Ejército Chino” y en el cual el mismo Morales participó. Según la publicación, con presupuesto de la ALDF y desde el módulo de Atención Ciudadana del entonces legislador, Romero Herrera hizo de todo con tal de conseguir la afiliación masiva y corporativa de militantes al blanquiazul. Una vez más, el delegado contó con el apoyo de un círculo cercano de colaboradores: Santiago Taboada, Andrés Atayde Rubiolo, Santiago Torreblanca, Mauricio Tabe, los hermanos Luis y Víctor Mendoza Acevedo, Emilio Javier Martínez Morales y Christian Von Roehrich, la mayoría de ellos con cargo en la Delegación Benito Juárez hoy.
LA ELECCIÓN DEL 1 DE JULIO
Tras salir ileso de los ataques de sus correligionarios, Romero volvió a ser protagonista de escándalos. Quizás el más sonado fue aquel que dio a conocer Libre en el Sur. La publicación reveló que durante su gestión como Director General de Coordinación de Gabinete y Proyectos Especiales, Romero Herrera firmó documentos oficiales ostentando el cargo de licenciado, sin serlo; un delito tipificado como “usurpación de profesión”. Y aunque el panista aseguró haber obtenido el grado de licenciatura de la Escuela Libre de Derecho, tiempo después tuvo que confesar y reconocer su error, pero no hubo ningún castigo.
El 1 de julio, con el blanquiazul fracturado, Romero Herrera enfrentó en las urnas a Leticia Varela Martínez, del PRD; a María Dolores Fuster, de la coalición PRI-PVEM, y a María Suad Tuachi Hurtado, del PANAL. Por un margen muy estrecho, los habitantes de la Benito Juárez, sede del panismo nacional, decidieron dar tres años más el poder al PAN –el blanquiazul sumará así 15 años ininterrumpidos de gobiernos panistas. Herrero obtuvo 95,022 votos (39.63%), mientras que la candidata perredista se quedó con 94,524 (39.42%). Y aunque la izquierda decidió impugnar la elección por el estrecho margen entre ambos candidatos, el Pleno del Tribunal Electoral del Distrito Federal ratificó el triunfo del blanquiazul el 3 de agosto.
Durante los primeros días de octubre, Romero asumió el cargo en medio de protestas de un grupo de vecinos de la Benito Juárez. “¡Jorge Romero, eres un ratero!, ¡Jorge, descarado, no eres licenciado! y ¡Romero no ganó, el Trife lo ayudó!”, fueron algunas de las consignas que se escucharon afuera del Gimnasio Juan de la Barrera. Frente a Miguel Ángel Mancera y a Gustavo Madero, Romero dijo: “Sé que no seremos un gobierno perfecto, pero daremos lo mejor de nuestra parte”.
El delegado repartió cargos entre sus amigos. Al frente de la Dirección General de Servicios Urbanos nombró a Agustín Torres Ibarrola, ex diputado federal y ex coordinador de redes sociales de Josefina Vázquez Mota; como titular de la Dirección General de Desarrollo Delegacional, Sergio Israel Eguren Cornejo; la ex diputada Margarita María Martínez Fisher, con quien Romero se opuso a la despenalización del aborto, está al frente de la Dirección General de Desarrollo Social; Emilio Javier Martínez Morales, ex director de Desarrollo Social, es ahora cabeza de la Dirección General de Administración; y Luis Alberto Mendoza Acevedo, ocupa la Dirección General de Coordinación de Gabinete y Proyectos Especiales.
El primer mes de gestión de Romero Herrera ha sido bastante accidentado. Dos miembros del gabinete de Romero Herrera ya fueron denunciados ante la Contraloría de Benito Juárez: el director Jurídico y de Gobierno, Luis Vizcaíno Carmona, y el Director de Desarrollo Urbano, Ramón Díaz Jiménez, por omisiones en la modificación de una casa catalogada por el INBA, ubicada en el número 4 de Charco Azul, en la Colonia Mixcoac.
Además, la diputada perredista Dinorah Pizano Osorio presentó ante la ALDF un punto de acuerdo por el cual solicita al delegado información sobre el número de construcciones otorgadas a inmobiliarias y particulares desde 2009 y hasta la fecha. Y es que el problema de las construcciones se ha agudizado en la demarcación y los estándares previstos en el Programa Delegacional de Desarrollo Urbano ya han sido rebasados. Además, la legisladora exigió al titular de la Seduvi información sobre las modificaciones al uso de suelo que se han otorgado a las inmobiliarias.
Pero parece que el delegado no tiene miedo. Y es que Romero podría ganar más poder si es que Mauricio Tabe gana la elección y se convierte así en presidente del PAN capitalino. Se espera que la votación se lleve a cabo durante los primeros días de diciembre y podría ser un gran empujón para la carrera de Romero Herrera, el joven que abandonó el rock para ir tras la Presidencia de México.
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