El Papa Francisco dejó una carta de renuncia firmada en 2013 para ser utilizada en caso de que su salud le impida continuar con sus funciones. La medida asegura la continuidad de la iglesia ante cualquier eventualidad.
Ciudad de México, 19 de febrero (SinEmbargo).- El Papa Francisco firmó una carta de renuncia que entraría en vigor en caso de que su salud le impidiera continuar con sus funciones.
La misiva, suscrita al inicio de su pontificado en 2013, quedó resguardada en la Secretaría de Estado del Vaticano y se activaría en caso de que el Papa sufriera un impedimento físico grave.
En su libro Esperanza, el Papa Francisco explicó que consideraba el Ministerio petrino como ad vitam, es decir, para toda la vida.
Sin embargo, dejó la carta de renuncia como una medida de previsión en caso de incapacidad severa, aunque la Oficina de Prensa de la Santa Sede compartió por la tarde en un comunicado en el que aseguró que el Papa Francisco se encuentra "estable".
The Holy See Press Office released an update on Pope Francis' health on Wednesday evening. It described the Holy Father's condition as "stable." pic.twitter.com/lIjtZX8yXv
— Vatican News (@VaticanNews) February 19, 2025
Actualmente, el Pontífice se encuentra internado en el hospital Gemelli de Roma debido a una neumonía bilateral, lo que ha reavivado las preocupaciones sobre su estado de salud.
De activarse su renuncia, se seguiría el protocolo de Sede Vacante, durante el cual el Colegio de Cardenales asumiría la administración temporal de la iglesia y convocaría un cónclave para elegir a un nuevo Papa.
Este procedimiento ya se vivió en 2013 con la renuncia del Papa Benedicto XVI, quien fue el primer Pontífice en dimitir en más de 700 años.
Os agradezco el cariño, la oración y la cercanía con la que me estáis acompañando en estos días.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) February 16, 2025
El Papa Francisco reiteró que no tenía intención de dejar su liderazgo en el corto plazo, pero la existencia de su carta de renuncia permite al Vaticano estar preparado ante cualquier suceso.
La medida asegura que la iglesia pueda continuar su misión sin interrupciones, incluso en situaciones críticas de salud del pontífice.
