El Alcalde de Uruapan propone "abatir" sin juicio, repitiendo la lógica bélica de Felipe Calderón que desató una crisis de derechos humanos.
Ciudad de México, 26 de mayo (SinEmbargo).- El Alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Alberto Manzo Rodríguez, dio la orden a los policías de la localidad de "abatir" a presuntos delincuentes si “ven que están disparando”. En un video difundido en redes sociales se le escucha decir a los uniformados que “no hay que tener ninguna consideración con esos lacras de la sociedad”.
La política de “mano dura” no es nueva. En México hay antecedentes muy recientes en nuestra historia. En 2006, Felipe Calderón Hinojosa, quien llegó a la Presidencia en medio de acusaciones de fraude electoral, comenzó con una estrategia supuestamente para combatir al narcotráfico a la que llamó “guerra”.
Verdaderamente ese fue un punto de inflexión y sus consecuencias y los resabios de la retórica bélica son algo que seguimos padeciendo en México. En los discursos del Gobierno de Calderón, de 2006 a 2012, “abatir” y “daño colateral” se pronunciaban tanto como cualquier preposición.
Sin embargo, “la guerra contra drogas” o “contra el narcotráfico” dejó a centenares de o quizá de miles de personas inocentes en prisión o “abatidas”, a miles de personas desaparecidas y a miles de personas que presuntamente cometieron delitos sin un debido proceso y quizá también miles de ejecuciones, por parte del Estado, extrajudiciales.
De acuerdo con el Instituto Transnacional, un organismo internacional de investigación, el principio de la proporcionalidad, que debería ser básico, “se perdió con el proceso de intensificación de la guerra contra las drogas”.
Este principio indica que todas las personas implicadas en el mercado ilícito de las drogas, ya sean campesinas, comerciantes o usuarias, deben estar plenamente amparadas por los derechos humanos.
Las declaraciones, pero, sobre todo, las intenciones del Alcalde de Uruapan, que fue postulado por el Partido Morena, reflejan esta misma lógica bélica y contraria a la legalidad. No es algo menor el hecho de que pida expresamente matar a una persona sin juicio alguno.
Para él parece que no existen tres Poderes: el Ejecutivo, que él representa en un nivel municipal; el Legislativo que hizo leyes para castigar los delitos; y el Judicial, que es el encargado de sentencia.
Es decir, el Alcalde pretende sustituir a todos esos poderes y llamar a que los policías también lo hagan y abusen de su poder. Estas actitudes autoritarias, ya vimos, no han ayudado.
Pero siempre hay gente así, que no aprendió nada de la historia reciente… o peor aún, que sí la aprendió, pero quiere repetirla.
