Se trata de un proyecto que no sólo abarca a los ríos, sino que es multidisciplinario y que busca cambiar la cara y el fondo de la capital de forma radical.
Ciudad de México, 7 de junio (SinEmbargo).– “De no contar con nuevas políticas para el agua”, pronosticaba en 2013 el reconocido arquitecto y urbanista Jorge Legorreta, “la Ciudad [de México] se encamina hacia una riesgosa vulnerabilidad hidráulica, donde se prevé —en el actual escenario del cambio climático—, desastres mayores por hundimientos, más escasez y disputas violentas por el líquido e inundaciones severas”.
Eso ha pasado ya este año en el comienzo de la temporada de lluvias en la Ciudad de México.
A principios de semana, una tromba pegó con intensidad no sólo en la capital sino también en el Estado de México. En pocas horas cayeron más de 10 millones de metros cúbicos de agua, reportó la UNAM, provocando la suspensión del servicio en dos líneas del Metro (la 8 y la A), más de 50 puntos de inundación, incluida una gran fuga en el Viaducto, de las principales arterias urbanas, y afectaciones en más de 600 viviendas.
Ante esta situación, resurgieron propuestas que buscan enfrentar estas crisis cada vez más comunes –que ya han provocado inundaciones devastadoras en los últimos años; por ejemplo, en Valle de Chalco– con proyectos regenerativos, enfocados en la restauración de la ciudad tal y como era: una llena de ríos, que atraviesan prácticamente toda su extensión, a lo largo y ancho de lo que hoy son avenidas, paseos y calles pavimentadas.

Una de ellas es la propuesta de Taller13, un estudio de arquitectura, diseño, investigación y consultoría de proyectos regenerativos mediante un aprendizaje mutuo, y la organización civil “Cuatro al cubo”, que proponen “regenerar los sistemas vivos” creando “conectores biológicos y parques lineales”.
Su plan de “revivir” los ríos de la urbe al aire libre y no entubados como lo han sido a partir sobre todo de los últimos 200 años, es de cuatro acciones-resultados: cambio de hábitos por medio de comunicación y cultura, legislación con visión de cuenca, presupuestos sostenibles y transparentes; e infraestructura verde.
La propuesta data de 2017 y propone invertir 137 mil millones de pesos en una “infraestructura verde”: reciclar aguas industriales, sanear presas para potabilización, frenar la expansión urbana, retener y filtrar 25 por ciento de agua de lluvia, renovar sistemas de distribución equitativos, crear centro de abastecimiento de agua pluvial potabilizada, construir recolectores y, por último y más importante, sanear los lagos para almacenar y potabilizar aguas pluviales, que llevaría unos 60 mil mdp.
Este plan contrasta con la “infraestructura gris” para entonces actual, con un gasto total de 158 mil mdp, incluso por encima de la propuesta. Los mismos 60 mil mdp para sanear los lagos se usaban en 2017 para las construcciones de los túneles Emisor Oriente y Canal General. Resaltan que unos 30 mil mdp se van en la reparación de fugas.

También propone un sistema de obtención de agua para la CdMx que obtendría 434.2 millones de milímetros cúbicos, con reservorios y lagunas de regulación en la urbe misma, por encima de los 255 millones de milímetros cúbicos que se obtienen de las presas Cutzamala y Lerma.
Busca una captación de lluvias anual de 61.8 millones de Mm cúbicos, de los 36 millones que se captaban en 2017; también propone la conversión de lagunas en reservorios que darían un total de 62 Mm cúbicos. Además, se usarían las lagunas de Casa Colorada (74 Mm cúbicos), San Gregorio Xochimilco (123 Mm cúbicos), el Lago Tláhuac Xico (110 Mm cúbicos) y el de San Lucas (3.4 Mm cúbicos).
Uno de los apartados propone alianzas con negocios, marcas y Gobierno, para la captación pluvial y potabilización; el tratamiento y la recolecta y reuso de aceites. También busca que las infraestructuras verdes se consigan con la “mejora barrial táctica”, con parques de bolsillo y la “adopción de un espacio” para cuidar en comunidad. Y para enfrentar la contaminación: evitar desechables, como popotes, bolsas, empaques y botellas de agua. Sustitución por biodegradables o reusables. Compra de insumos a productores locales. Energía propia. Prácticas de cero desperdicio, como el manejo de residuos, composta y reciclados.
Uno de los proyectos concretos dentro de este gran plan propone un Parque Lineal sobre Viaducto, precisamente una de las avenidas que colapsó el lunes pasado por las intensas lluvias y que dejó varios autos bajo el agua.

Este parque “consiste en la conformación de una nueva infraestructura peatonal, con mejoras en la imagen urbana, con recuperación de espacio público e implementación de infraestructuras verdes sobre el ‘cajón’ superior (río entubado) sección central de Viaducto Miguel Alemán”.
Busca la integración de infraestructuras verdes para saneamiento de aguas negras, mediante biodigestores y humedales para riego de las áreas rehabilitadas; una intervención que representa un nuevo equipamiento para el disfrute, convivencia y conectividad para la ciudadanía en una zona estratégica actualmente subutilizada.
El Parque Lineal tendría “andador peatonal, accesos, diseño de paisaje, acabados en pisos, mobiliaria urbano e iluminación ambiental, y se contempla la rehabilitación y alineación de banquetas; la incorporación de ciclovía en carril derecho de las laterales; la reforestación y saneamiento de arbolado; y el mejoramiento puntual de asfaltos. Los costos serían de unos 80 mdp, incluido el proyecto integral y la supervisión, con tres meses de ejecución.
Taller13 ya impulsó proyectos parecidos, aunque menos ambiciosos en su alcance, en los últimos años. Por ejemplo, paralelo al proyecto Parque Lineal Ecoducto Río de la Piedad, se promovió la regeneración de ríos y espacios verdes sobre el Río de la Piedad. "Sobre el centro del Viaducto se han desarrollado diferentes actividades de organizaciones sociales como la que comprende Cuatro al Cubo, la cual convoca e involucra a la sociedad a realizar picnics sobre este espacio, con el fin de promover su uso como espacio de recreación y convivencia ciudadana", explican en su página web.

El proyecto consistió en la conformación de una nueva infraestructura peatonal para mejorar la imagen urbana. "Pone a disposición de los usuarios equipamiento e infraestructura verde y azul para el disfrute, convivencia y esparcimiento de los visitantes", presumen. Esto ocurrió en septiembre de 2017.
Pero la propuesta no solamente es cosmética: la organizaciones ponen en el centro el "primero y más notorio de los beneficios ambientales" al emplear la infraestructura verde de los biodigestores y humedales artificiales, que es "la capacidad de tratar el agua negra residual del Río Viaducto y obtener agua de buena calidad para poder suministrar agua para riego".
Se trata de una propuesta no solamente para que la ciudad "se vea mejor", sino para precisamente enfrentar los problemas que hace varias décadas, expertos y urbanistas como Legorreta han advertido: no es sólo las inundaciones cada año que hacen recordar que la primera ciudad fundada aquí, México-Tenochtitlan, se hizo sobre un lago, y a la par de sus grandes avenidas pasaban los causes, acueductos, canales y otras variantes.
Y los resultados fueron evidentes. "Se decidió dejar de dar mantenimiento a las plantas para que las especies resistentes y que se encontraran en el suelo aparecieran y poblaran los espacios. Pasaron de existir tres a 99 especies", detalla Taller13. La biodiversidad de la zona aumentó, debido a las 96 especies nuevas que se introdujeron y salieron. "Atrae y fomenta el incremento de fauna. Aumenta la captura de carbono en el espacio ecoducto", resaltaron.
Todo ello apenas en una parte de Viaducto que se usó para este proyecto. "La Ciudad de México esta localizada sobre una cuenca donde fluyen ríos provenientes de las montañas y las aguas pluviales que en ella se precipitan y se acumulan en su interior sin desembocadura en el mar", concluyen, es por eso que en lugar de luchar contra la naturaleza, lo mejor es aprender a vivir de forma sana en coexistencia.
Se trata de un proyecto multidisciplinario y que busca cambiar la cara y el fondo de la capital de forma radical, ya que estas modificaciones contemplan también un impulso del transporte público para fortalecerlo frente al uso del automóvil, que además es uno de los principales generadores de contaminación en la CdMx, y por lo tanto, de la mala calidad de aire que también, en diferentes épocas del año, tiene su peor momento con docenas de contingencias ambientales.
Por último, entre las actividades que se pueden tomar en comunidad o de forma individual, también proponen la creación de huertos urbanos, que a su manera también combaten la contaminación, captan carbono contaminante y "limpian" la ciudad, además de generar rendimiento al sembrar hortalizas y evitar el uso de agroquímicos e incluso de detergentes de ropa, uno de los principales enemigos del medio ambiente.





