Gastón García Marinozzi habló con SinEmbargo sobre Instrucciones para matar al padre, un libro fragmentado donde expone un conjunto de las lecturas de otros escritores que han hablado sobre las relaciones entre padres e hijos.
Ciudad de México, 10 de julio (SinEmbargo).– El acto freudiano de “matar al padre te convierte de alguna manera en un par de ese padre, te convierte también en una persona que puede hablar con mayor libertad con ese padre”, planteó en entrevista el escritor argentino Gastón García Marinozzi.
García Marinozzi publica Instrucciones para matar al padre (Alfagura) un libro que recurre a distintos géneros narrativos para trazar un recorrido literario por todo tipo de paternidades, de orfandades, de emigraciones. “Son unas instrucciones que responden a ese mandato freudiano de matar, de sacrificar al padre, como quien sacrifica a un Dios, como quien sacrifica a ese tótem que puede regir sobre nuestras vidas”.
“Freud recomienda muy acertadamente en algún momento de la vida, en cierta edad, avanzar hacia cierta madurez y la toma de decisiones para una vida de autodeterminación, por así decirlo,y matar al padre. Es una muy buena recomendación. El padre seguirá vivo y coleando al lado nuestro, pero uno tendrá una circunstancia de vida muy diferente”, comentó.
En esta exploración sobre el tema y en este libro fragmentado, “híbrido de géneros”, como lo expresa García Marinozzi hay un conjunto de las lecturas de otros escritores que han hablado antes de este tema: Philip Roth, Georges Perec, Paul Auster, Isaac Bashevis Singer, Karl Ove Knausgård, Truman Capote, Hanif Kureishi, Salman Rushdie, Milán Kundera, Orhan Pramuk, Vladímir Nabokov, Malcolm Lowry.
“Todos prácticamente son del siglo XX, distintas geografías y distintos momentos del siglo XX y son autores que han tratado en sus textos autobiográficos, que es lo que me concentro en este libro, de la relación con sus padres, con la muerte de éste, con su condición de huérfano, y en ese en esa disquisición, encontramos estas preguntas sobre la paternidad: ¿Qué es ser padre? ¿Qué es ser padre desde un punto de vista más sensible, desde un punto de vista más presente?”, apuntó García Marinozzi.
El autor de Instrucciones para matar al padre rememoró, por ejemplo, cómo Lowry hablaba de su padre como un ser maldito, como una persona castrante. “Decía lo peor de su papá, pero al final de su vida reconoció que no era así, era todo lo contrario, era un padre bondadoso, que lo había cuidado. De hecho, lo había estado manteniendo toda la vida, toda su su etapa mexicana, en Estados Unidos, gran parte de su adultez, el padre le seguía mandando dinero mes con mes para que este joven pudiera seguir su vocación. Pero él necesitó hacer ese personaje de que era sí mismo ese personaje de un hijo, de un padre maldito, víctima de una situación. Me parece un personaje casi típico de sus propias novelas”.
Por otro lado, señaló que Nabokov tenía una adoración profunda por su papá. “Cuando escribe Nabokov esta hermosa autobiografía que se llama Habla, memoria, parece que lo hace para fijar en la memoria las maravillas de su padre. Cuenta cosas de su padre con un amor profundo, su padre fue asesinado, pero fue su adoración de niño, cuenta cómo salían a cazar mariposas, a cazar animales, lo que hacía y no hacía su padre, todo un registro constante de ese padre, que ese niño y ese hombre ya adulto seguía adorando profundamente”.
Luego, expone, recorre la relación con una serie de padres grises como el papá de Paul Auster o el padre de Philip Roth. “Paul Auster escribiendo La invención de la soledad, tal vez el libro más importante de todos los que nombro sobre el tema de la paternidad, fijándose en los detalles de su vida, en los detalles del acto del duelo, de limpiar la casa del muerto, de ir a tirar las corbatas del padre, bueno, ese tipo de reflexión, ese tipo de cosas”.
“Georges Perec también tiene un padre que muere en la Segunda Guerra Mundial, su madre también, ambos son asesinados por los nazis, pero con el padre tiene el registro de un par de fotografías nada más, que están ahí cuando él es niño y sobre eso ya en su adultez escribe en el estilo de Georges Perec cómo era ese padre”.
También menciona el caso de Capota, quien pasa la vida huyendo de su padre, que lo abandona cuando es muy niño y que va preso por otras razones. “A los 18 o 20 años en la vuelta de una esquina en New Orleans se lo encuentra. Él había huido de New Orleans, se había ido a Nueva York, ya había empezado su vida de escritor, de periodista y él lo único que quería era escapar de ese padre y pum, se lo encuentra de tope y de casualidad en una esquina cualquiera justamente mientras escapaba de él”.
“Estas relaciones me parecen muy interesantes de haberlas leído. A mí me me significaron cierta importancia como lector, me significaron cierta importancia como escritor y me ayudaron a entender este amplio abanico de las de las paternidades y las relaciones y las emociones con cada uno de ellos”, apuntó.





