Lula da Silva dobló a Trump en la disputa política y económica que mantenían debido a la detención del antecesor de Lula, Jair Bolsonaro, y la imposición de aranceles punitivos por parte de la administración Trump a Brasil. Hoy, Trump ha cedido mientras Lula es visto como uno de los líderes mundiales que ha vencido al inquilino de la Casa Blanca.
Ciudad de México, 24 de noviembre (SinEmbargo).– “Trump tiene que saber que somos un país soberano, que nuestra justicia decide y lo que se decide aquí está decidido", sostuvo este domingo el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, al ser cuestionado sobre posibles consecuencias en su relación con la Casa Blanca a raíz de la detención de su antecesor Jair Bolsonaro, quien utilizó un soldador para tratar de abrir el brazalete electrónico que le fue colocado en el tobillo para monitorear su ubicación durante su arresto domiciliario.
La Justicia brasileña procesó a Bolsonaro, un aliado de Trump y de la ultraderecha en la región, por organización criminal en el marco de la trama por intento de golpe de Estado tras las elecciones presidenciales de 2022, que dieron la victoria a Luiz Inácio Lula da Silva. En septiembre pasado, fue condenado a 27 años de prisión que iba a cumplir en arresto domiciliario, el cual buscó violar al tratar de abrir el brazalete que monitoreo su ubicación.
En julio pasado, Trump firmó una orden ejecutiva para aplicar un arancel adicional del 40 por ciento a Brasil, con lo que elevó el monto total hasta un 50 por ciento "para enfrentar las recientes políticas, prácticas y acciones" del Gobierno de Lula da Silva, las cuales "constituyen una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional, la política exterior y la economía" de su país.

En su orden ejecutiva, EU consideró “que la persecución, la intimidación, el acoso, la censura y el procesamiento por motivos políticos por parte del Gobierno de Brasil del expresidente brasileño Jair Bolsonaro y de miles de sus partidarios son graves abusos de los derechos humanos que han socavado el Estado de Derecho en Brasil".
Sin embargo, lo que inició como una medida de someter al gigante brasileñó terminó por ser contraproducente para Trump, quien reaccionó este sábado de una manera más mesurada ante el arresto de Bolsonaro.
“Qué lástima”, fue la respuesta de Trump el sábado cuando se enteró por los periodistas de que su aliado, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, acababa de ser arrestado.
—¿Tenía alguna idea?— le preguntó la prensa, como consigna The New York Times.
—No —respondió el Sr. Trump— Simplemente creo que es una lástima.
Apenas en junio pasado en una carta dirigida al Presidente Lula da Silva, Trump calificó la causa penal contra Bolsonaro de “vergüenza internacional” y la comparó con los cargos que pesaban en su contra. “Me pasó a mí, multiplicado por 10”, dijo. Y posteriormente lanzó el ultimátum arancelario que se cumplió y sobre el cual tuvo que recular ante las consecuencias que tuvo en EU.
“Trump prácticamente ha admitido su derrota”, señala Jack Nicas en The New York Times. “Bolsonaro, de 70 años, está en prisión, comenzando una condena de 27 años . Y Trump, tras una reunión amistosa con Lula, acaba de eliminar los aranceles más importantes contra Brasil”, refiere el medio estadounidense.
“El resultado resalta el sorprendente contraste entre los destinos de Trump y Bolsonaro después de que ambos intentaron aferrarse al poder tras perder una elección. También es un claro ejemplo de los límites de la capacidad de Trump para doblegar a gobiernos extranjeros a su voluntad y de su disposición a abandonar aliados y ponerse del lado de un rival cuando lo considera favorable a sus intereses”, ahonda Jack Nicas.
Reportes previos del New York Times apuntan cómo, por ejemplo, los precios del café aumentaron casi un 21 por ciento durante el año pasado, en parte debido a los aranceles castigadores del presidente Trump a Brasil y Vietnam.
“Una cafetería que ha subido sus precios recientemente es Corvo Coffee, en la ciudad de Nueva York. En una nota a los clientes explicando su decisión, mencionó el aumento de costos y aranceles”, ahonda el reporte del Times.
En respuesta, el viernes 14 de noviembre la administración Trump anunció el fin de aranceles sobre productos extranjeros, incluida la carne de res, los tomates, las bananas y el café, “en un esfuerzo por aliviar algunas de las presiones de precios que han enfrentado los consumidores desde que entraron en vigor sus gravámenes globales”, expuso la periodista del Times Ana Swanson.
Las exenciones se aplicaron a ciertos aranceles "recíprocos" que Trump anunció sobre las exportaciones de otros países en abril con lo cual se revirtieron una de las políticas emblemáticas del mandatario estadounidense: los aranceles radicales que ha suspendido, aumentado y reducido repentinamente en los últimos meses, causando caos para los socios comerciales y las empresas internacionales.
En ese sentido, Jack Nicas expone que la intervención de Trump en Brasil fue un intento extraordinario de influir en el caso legal más importante de un aliado en décadas, utilizando algunas de las herramientas más poderosas a su disposición como los aranceles. “La aparente capitulación de Trump demuestra que sus esfuerzos fueron básicamente en vano”.
“En todo caso, se podría argumentar que fueron contraproducentes. Los aranceles brasileños aumentaron los precios de la carne de res, el café y otros productos en Estados Unidos, justo cuando la Casa Blanca enfrenta una creciente presión para rebajar los precios a los estadounidenses. Lula —un líder de la izquierda latinoamericana— salió del conflicto con Washington aún más fortalecido políticamente que cuando asumió el cargo”, indicó.

“Cuando Trump intervino, Bolsonaro fue visto como un gran ganador. Ahora está claro que ningún otro involucrado ha perdido más”, apunta el diario.
A finales de octubre, Lula da Silva se reunió con Trump en Malasia, en el marco de una cumbre internacional. “Estoy convencido de que en pocos días tendremos una solución. No estoy pidiendo nada que no sea justo para Brasil”, dijo en ese entonces Lula al hablar sobre su demanda de eliminar los aranceles. “Sé cuándo ceder y cuándo no”, apuntó.
A su vez, Trump dijo a periodistas en el Air Force One: “La reunión fue muy bien. Tuvimos una buena reunión. Veremos qué pasa. No sé si va a pasar nada, ya veremos. A ellos les gustaría hacer un trato”.
Al final, tuvo que ceder.





