El Gobierno del Presidente Donald Trump se dispone a endurecer aún más la política antimigratoria al extender la prohibición de viajes a más de 30 países con "gobiernos inestables".
Por Evaristo Lara
Los Ángeles, 6 de diciembre (LaOpinión).- La política antinmigrante impulsada por el Presidente Donald Trump podría alcanzar a más de 30 países a cuyos ciudadanos se les prohibiría viajar a Estados Unidos.
Durante una entrevista concedida a la cadena de televisión Fox News, Kristi Lynn Arnold Noem, Secretaria de Seguridad Nacional, mencionó que el jefe de la Nación analiza extender la prohibición de ingresar al territorio estadounidense a personas provenientes de naciones con gobiernos inestables.
“No voy a ser específica sobre el número, pero son más de 30, y el Presidente continúa evaluando países. Escuche, si no tienen un gobierno estable allí, si no tienen un país que pueda sostenerse y decirnos quiénes son esos individuos y ayudarnos a investigarlos, ¿por qué deberíamos permitir que gente de ese país venga aquí a los Estados Unidos?”, indicó.
The Biden Administration let hundreds of thousands of Afghan nationals into our country during Operation Allies Welcome, many of them military-aged men, with zero front-end vetting.
Under President Trump, DHS is overhauling the vetting process for aliens. We are requiring the… pic.twitter.com/3zixR53OJF
— Secretary Kristi Noem (@Sec_Noem) December 5, 2025
A partir del incidente en que un afgano disparó en contra de dos miembros de la Guardia Nacional en Washington, a finales del mes pasado, ocasionando la muerte de Sarah Beckstrom, de 20 años, el malestar de Trump se volcó hacia los refugiados provenientes de países históricamente hostiles a Estados Unidos.
Al respecto, el republicano de 79 años prometió “suspender permanentemente la migración desde todos los países del tercer mundo”.
Por ello, los países restringidos por Trump fueron: Afganistán, Burundi, Chad, Cuba, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Laos, Libia, Myanmar, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Togo, Turkmenistán, Venezuela y Yemen.
Adicional a dicha prohibición, el mandatario estadounidense pretende deportar miles de refugiados cuyo acceso al país fue permitido por la administración encabezada por Joe Biden, lo cual considera un grave riesgo para la seguridad nacional.
“Debo actuar para proteger la seguridad nacional y los intereses nacionales de los Estados Unidos y de su pueblo. No los quiero en nuestro país, seré sincero con ustedes”, afirmó hace unos días durante una reunión del gabinete.
A nivel local, otro de los ajustes ordenados consistió en recortar la duración del permiso de trabajo brindado a refugiados, el cual pasó de cinco años a sólo 18 meses, una compleja situación que quizá obligue a muchos a salir por su propia voluntad de Estados Unidos al no tener los recursos necesarios para costear sus gastos.




