Ciudad de México, 15 de septiembre (SinEmbargo).- La búsqueda de sistemas computacionales cada vez más veloces ha conducido al desarrollo de algoritmos capaces de operar más rápido que cualquier ser humano del planeta. Sin embargo, dicho afán podría también afectar a los mercados financieros del mundo.
Recientemente, el mercado financiero global experimentó una serie de dificultades técnicas al grado de paralizarse completamente en los casos más graves. Por este motivo, un grupo de investigadores advierte del surgimiento de todo un “ecosistema” de “robots depredadores de mercados” que operan a una velocidad muy superior al tiempo mínimo de reacción de los seres humanos.
Neil Johnson, director del grupo de investigación interdisciplinario para procesos complejos de la Universidad de Miami (The U), comparó la situación con un ecosistema medioambiental.
De esta manera, los hallazgos sugieren que en escalas de tiempo menores a un segundo, el mundo financiero es capaz de llevar a cabo una repentina transformación hacia lo que también denominan como “ciberjungla” habitada por agrupaciones de agresivos algoritmos de comercio.
Según investigadores de The U, este ecosistema de algoritmos informáticos capaces de operar mucho más rápido que el tiempo de reacción de los humanos, es capaz de controlar los mercados en una fracción de segundo.
Para su estudio, los investigadores reunieron y analizaron las resoluciones de alto rendimiento adoptadas en un milisegundo dentro de la corriente de precios de múltiples acciones y cambios. De esta manera se encontró que en enero de 2006 y febrero de 2011, encontraron 18 mil 250 acciones extremas que sucedieron en menos de 1.5 segundos, entre las que se incluían alzas de precios y caídas financieras.
“Esos algoritmos pueden operar tan rápido que los humanos son incapaces de participar en tiempo real y, en su lugar, surge un ecosistema de robots ultrarrápidos para tomar el control”, dijo Johnson, autor del estudio.
Por su parte, la aparición de este "ecosistema de máquinas ultrarrápidas" fue documentada en el estudio titulado "Abruptrise of new machine ecologybeyond human response time" (El abrupto surgimiento de un nuevo ecosistema de máquinas con un tiempo de respuesta más allá del humano), recién publicado en Nature Scientific Reports.
“Nuestros descubrimientos muestran que, en este mundo de algoritmos robotizados ultrarrápidos, el mercado experimenta una transición abrupta y fundamental para convertirse en otro mundo donde las teorías del mercado convencional dejan de ser aplicables”, agregó el profesor de Física en el College of Arts and Sciences de dicha universidad.
La capacidad de reacción del ser humano cada vez se encuentra más por debajo que la velocidad que un sistema puede lograr. Mientras que lo más rápido que una persona puede reaccionar ante un peligro potencial es un segundo, los microchips que ya existen y se aplican al comercio pueden operar en menos de un milisegundo (0.001 segundos).
Los investigadores notaron en su estudio que, dado que la duración de estas operaciones extremadamente rápidas se situaba por debajo del tiempo de reacción humana, el número de alzas de precios y caídas financieras se incrementaba dramáticamente.
Por lo tanto, para entender este comportamiento crearon un modelo y llegaron a la conclusión de que los sucesos eran el producto de operaciones de mercado de computadoras ultrarrápidas, y que no eran atribuibles a factores, como regulaciones de mercado u operaciones erróneas.
“Mientras tienes la combinación normal de presas y depredadores, todo está equilibrado, pero si introduces depredadores que son demasiado rápidos, ellos generan sucesos extremos", agregó Johnson, haciendo alusión a la comparación de esta situación con un ecosistema.
"Lo que apreciamos con los nuevos algoritmos ultrarrápidos son operaciones de mercado depredadoras. En este caso, los depredadores actúan incluso antes de que sus víctimas sepan que se encuentran allí”, concluyó.
De esta manera, si se quieren regular estos algoritmos, es necesario comprender primero su comportamiento colectivo, aunque se trata de una tarea de inmensas proporciones.
Sin embargo, existe la ventaja de que esos algoritmos superveloces suelen ser relativamente sencillos, aunque es su simplicidad, precisamente, lo que permite que tengan un procesamiento más rápido.




