A principios de los años noventa, Diego García era poeta. Amaba el fuego de los versos, la realidad alterada, a su grupo de amigos y a Valeria, la mesera adolescente del bar Zafiro.
Diez años después sus obligaciones lo confrontan. Visto desde fuera, su vida parece resuelta: un trabajo bien pagado en un corporativo, un departamento amplio y bien ubicado, un auto nuevo de lujo, una esposa perfecta y alguna amante eventual. A pesar de todo esto, los escenarios de su vida comienzan a maquinar en contra suya, en su oficina lo culpan de un posible fraude; Rocío, su esposa, desaparece tras una pelea en que los celos son el pretexto de su pleito; y comienza a padecer extraños desdoblamientos temporales entre su pasado y los presentes alternos.
Estos acontecimientos lo llevan de la autosuficiencia a la desesperación. Su vida comienza a cambiar y se descarna la indefensión humana, el frágil andamiaje de la “realidad” que nos sostiene.
Felipe Soto Viterbo







