El científico precisó que, como parte de la colaboración del ETH, los académicos de la UNAM han contribuido especialmente con el desarrollo del modelo para la generación de simulaciones, a fin de producir imágenes que unen las observaciones del telescopio y las reconstrucciones derivadas de modelos teóricos.
Ciudad de México, 17 de mayo (SinEmbargo).– Los agujeros negros son uno de los fenómenos más extraños, apasionantes y misteriosos de un ya de por sí inabarcable universo. Precisamente porque sabemos de ellos desde hace muy poco tiempo –apenas un poco más de un siglo– y que hemos captado uno de ellos en los últimos años para que los primeros ojos humanos lo vieran, todavía queda mucho por descubrirse y entender de ellos. Pero lo que sabemos ya es fascinante.
El doctor Alejandro Cruz Osorio, del Instituto de Astronomía de la UNAM, conversó sobre este tema con GALILEO, el programa de ciencia que se transmite en vivo todos los viernes a las 11:00 horas tiempo del centro de la República Mexicana.
El doctor explicó el origen teórico de los agujeros negros, la comprobación de su existencia, la captura de la famosa imagen y sobre todo de aquello que todavía nos desconcierta: lo que falta por entender y, sobre todo, la gran duda: es posible viajar a través de ellos o no.
Cruz Osorio, también colaborador del llamado Telescopio del Horizonte de Eventos (EHT, por sus siglas en inglés), expuso que hay un agujero negro, por ejemplo, que apunta en dirección opuesta a la Tierra, según confirmó su equipo de trabajo, y demostró que la turbulencia dentro del disco de acreción (gas que gira alrededor del agujero negro) desempeña un papel importante para explicar el cambio observado en el pico de brillo del anillo, en comparación con lo visto en 2017.
" Es decir, se estimó cómo se debía ver esa imagen, por eso decimos que estas observaciones son un parteaguas en la física, porque de 100 años de teoría y simulaciones se comprobó que aquello que predecíamos se observa y existe en la naturaleza. Reunir los dos cabos –la teoría y la realidad—es lo que da énfasis a este resultado", indicó.
"Este estudio abre una ventana al análisis multianual a escala del horizonte al aprovechar una nueva biblioteca de imágenes de simulación con más de 120 mil adicionales, respecto a lo presentado", completó.
El científico precisó que, como parte de la colaboración del ETH, los académicos de la UNAM han contribuido especialmente con el desarrollo del modelo para la generación de simulaciones, a fin de producir imágenes que unen las observaciones del telescopio y las reconstrucciones derivadas de modelos teóricos.





