El periodista Andy Robinson habló sobre su más reciente libro, una crítica profunda al turismo del siglo XXI pospandémico y su cara más oscura. Se trata de 10 crónicas de viaje por América, para descubrir la cara oscura del turismo en la que grandes monopolios nacionales y multinacionales controlan hoteles, aerolíneas, cadenas de restaurantes o de entretenimiento, dejando a las comunidades locales al margen.
Ciudad de México, 4 de septiembre (SinEmbargo).- Cancún, Los Cabos, Cartagena de Indias, Las Vegas, Miami, Machu Picchu, Bariloche, Disneyworld, la Amazonia. Todos son lugares idílicos, paradisíacos, a los que los turistas van en una búsqueda desesperada de ocio y placer exóticos. Sin embargo, cada uno de estos lugares carga con una cara oscura que esconde historias de desplazamiento y gentrificación que ahonda el periodista Andy Robinson mediante 10 crónicas de viaje tituladas Turismo de terror (Grijalbo).
“En una industria turística globalizada, según pautas neoliberales, que está generando miles de millones de dólares para grandes empresas hoteleras y gestores de parques temáticos, empresas como Airbnb, fondos de inversión están destruyendo los centros de las ciudades, cascos antiguos de ciudades como Barcelona, como Cartagena de Indias, cuyos vecinos están siendo desplazados para crear espacio para millones de turistas”, expuso el autor en entrevista.
Andy Robinson comentó que bajo la idea de no solo hacer una denuncia de eso, sino una serie de reflexiones, escribió esta serie de crónicas desde la visión de “un periodista que viaja mucho, pero que está empezando a ver la sostenibilidad e incluso la falta de lógica y sentido en tantos viajes de larga distancia en busca de la playa maravillosa, cuando igual tienes una playa suficientemente agradable al lado de tu casa”.
De esta manera recorre, por ejemplo, Cancún, en donde habla cómo las grandes cadenas multinacionales hoteleras están construyendo hoteles de lujo a expensas de los trabajadores que son migrantes, la mayoría de estados muy pobres, desde Tabasco, Guerrero, Yucatán, Chiapas, y quienes, aseguró, se convierten en carne de cañón de los grupos delincuenciales en la entidad.
Al respecto, habla del caso de un trabajador electricista que fue asesinado en la construcción de un hotel de lujo, Hotel Catalonia. “Moisés fue un electricista que murió en la construcción del hotel y traté, puesto que estaba yo en España, hacer hincapié en la responsabilidad de las cadenas hoteleras, porque claro, no son solo los españoles, tienes ahí las españolas como RIU, como Meliá, Catalonia pero también las americanas y canadienses, Planet Hollywood, Hard Rock, todos esos hoteles que pertenecen a grupos multinacionales que sacan beneficios muy elevados de sus inversiones en Cancún, han sido escenas de actos de terror”.
“Entonces, ese capítulo del libro trata de ser una denuncia muy clara y muy a lo a lo antiguo de periodismo de denuncia de estas cadenas. Es el único capítulo título que es una denuncia tan fuerte, el resto son la cara oscura del turismo, pero más en un sentido quizá más sutil y más insidioso”, apuntó.

En otro capítulo habla sobre el turismo en Cartagena, en la ciudad amurallada convertida en una especie de parque temático inspirado en el realismo mágico, que genera todo un proceso de gentrificación turística, en la que se venden muchos edificios a Airbnb o a fondos de inversión que luego lo alquilan a través de Airbnb y otras plataformas. “También gente de dinero de Europa, de Estados Unidos, de América Latina compran segundas residencias ahí porque es muy bonito y porque tiene caché, etcétera. Y la población, digamos, los vecinos de toda la vida tienen que irse, muchos de ellos afrocolombianos”.
“Hay una parte de ese capítulo sobre dos nuevas urbanizaciones enormes:, uno que es Barcelona de Indias, supuestamente una réplica de Barcelona, una cosa de totalmente descabellada cerca de la costa y que junto con una serie de hoteles están desplazando las históricas comunidades pesqueras, y esos son todos afrocolombianos, y ellos poco a poco se van”, ahondó.
En ese sentido, dijo que si hay un hilo conductor ese puede ser el desplazamiento. Como en la Patagonia donde indígenas mapuches están siendo desplazados por el turismo de la nieve o Miami, donde comunidades antiguas de trabajadores y hispanos y afroamericanos son desplazados por una nueva gentrificación por el peligro de inundación debido a las subidas del nivel del mar.
“Antes en Miami los ricos querían vivir cerca de la playa, ahora con el peligro de inundación se van a barrios más altos, donde antes vivían los haitianos, los otros hispanos y ellos ahora tienen que irse ellos a las zonas más bajas, que es realmente grotesco”.
Finalmente, expuso, en el último capítulo regresa a Madrid y empiezo a ver que está pasando exactamente lo mismo. “La realidad del desplazamiento forzado ha sido muy inmediata en América Latina y en México. Pero lo estamos viendo incluso en barrios de ciudades europeas, quizás tiene una buena faceta en el sentido de que nos estamos dando cuenta en Madrid de lo que los latinoamericanos han vivido constantemente”.





