
El encargado de investigar este asesinato es Abel Corona, cuyo profesionalismo lo lleva hasta tocar fondo y enfrentarse a todo sin importar las consecuencias: “En el crimen de los hermanos Suárez los malos parecen buenos y los buenos, malos, los odios entre mortales son inmortales”.
Siguiendo la línea de las grandes novelas policiacas, Rogelio Guedea (Premio Interamericano de Literatura Carlos Montemayor, 2012; premio en la Semana Negra de Guijón, 2009) conduce al lector a través de las investigaciones de Abel Corona, quien devela las corruptelas de las autoridades de un pueblo en donde es mejor quedarse callado o huir.
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