Cómo lograr que un gato y un perro vivan pacíficamente bajo el mismo techo

15/09/2014 - 12:00 am

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Especialistas recomiendan que perros y gatos estén juntos desde que son pequeños para garantizar una convivencia en armonía. Foto: Shutterstock

Ciudad de México, 15 de septiembre (SinEmbargo).-Lograr que un gato y perro convivan en armonía en el mismo hogar no es imposible, se trata de adecuar las condiciones para que ambas especies se sientan cómodas en el mismo sitio, así lo señalan expertos en el cuidado de las mascotas.

Médicos veterinarios explican que para que haya una perfecta relación entre un perro y un gato se debe tener a estos animales juntos desde que son pequeños, pues al igual que los humanos, la convivencia constante hará que se acostumbren uno al otro, pero no hay que dejar de lado las características que los definen por naturaleza.

Sin embargo no siempre es posible mantenerlos bajo el mismo techo desde una edad temprana, por ello, los especialistas aconsejan una serie pasos para lograr esta adaptación.

De acuerdo con el sitio Uncomo Animales, portal dedicado al cuidado las en mascotas, “los pequeños son curiosos y aventureros y se esforzarán por relacionarse uno con el otro, por su parte, el adulto sentirá de alguna forma el instinto de cuidar y juguetear con el nuevo animal”.

También hay que tomar en cuenta que cada uno necesita su propio espacio para comer y dormir, esto evitará confrontaciones de tipo territorial, además es necesario procurar que el perro no alcance la comida del gato o viceversa.

El sitio detalla que “los espacios personales de la mascota que tiene más tiempo en el hogar no deben ser alterados, de lo contrario ésta podría sentirse amenazada y drenaría esa molestia contra el animal que ha invadido su territorio”.

Otro consejo es no dejar de prestarle atención a la mascota que llegó primero a la casa, de este modo no sentirá desplazado por su nuevo compañero, porque “los animales también llegan a sentir celos”, explica.

Los expertos de Uncomo agregan que es importante crear espacios en los que ambos animales jueguen y compartan juntos, “ponlos a tu alrededor, por ejemplo, acarícialos, has que interactúen, funciona como una especie de moderador de la relación y verás que es posible que se lleven bien”, recomiendan.

Cada especie tiene distintas formas de comportamiento, el dueño de las mascotas debe saber qué es lo que le irrita a cada uno para evitar en medida de lo posible que alguno se sienta incómodo, por lo que es importante también “tenerles paciencia”.

Asimismo, la Fundación Eroski Consumer, revista española, dice que "el perro y el gato son distintos y es recomendable conocer las características y necesidades de cada uno para cuidarles mejor y ayudarles en su adaptación".

La publicación agrega que “el gato es un animal independiente, que necesita su propio espacio y no requiere paseos diarios para hacer sus necesidades o practicar ejercicio. Sí requiere un lugar donde afilarse las uñas y una bandeja donde hacer sus deposiciones. En cuanto al perro, es mucho más sociable, necesita mucho contacto con sus dueños y pasear tres veces al día, como mínimo”.

LA PRESENTACIÓN

Los expertos de mascotas indican que una forma para que ambas especies puedan “comenzar con el pie derecho”, deben ser “presentados”, y no introducidos al hogar forzadamente y de forma espontánea .

De acuerdo con el portal Servicios Generales para Mascotas lo primero que se debe evitar es que el canino esté muy cerca del gato para olerlo, pues explica que “aunque el perro no tenga una actitud agresiva o fuerte delante del gato, a los gatos no les gusta que se les tomen muchas confianzas al principio e inmediatamente intentará evitarlo, esta actitud suele incentivar el instinto de persecución del perro y esta puede terminar mal”.

Si se va a adoptar un perro, “el instinto curioso del gato hará que se sienta rápidamente atraído por el perro”, pero el dueño debe hacer lo posible por acercarlo, aunque si éste decide huir, no es recomendable forzar a ninguna de las mascotas, ya que es mejor ellas lo hagan por sí solas.

Para favorecer la convivencia entre un canino y un felino también se recomienda premiarlos cada vez que interactúen de forma positiva,  pues esto incentivará a ambos a llevarse mejor.

LA DISPUTA POR EL TERRITORIO

De acuerdo con los especialistas, el principal problema entre perros y gatos comienza por la territorialidad que expresa cada uno conforme a su propia especie, por ello, es conveniente que los humanos entiendan la naturaleza de ambos y la forma en que defienden su espacio.

La fundación española detalla que “La territorialidad consiste en el afán de un animal por defender con celo su espacio”, y explica que los animales pueden expresar posesión con alguno de los miembros de la familia y no sólo con los espacios o su comida, por lo que puede haber de intentos de agresión cuando el otro animal se acerca a esa persona.

En ese sentido, el sitio experto en mascotas dice que esa defensa “se traduce en un mero gruñido o una exhibición de colmillos para avisar al otro animal, que se dará por aludido rápido”.

Los especialistas afirman que “si con el tiempo todo va bien, tanto el perro como el gato estarán dispuestos a compartirlo todo: juguetes, cama e, incluso, comida. Son numerosas las relaciones de amistad incondicional entre canes y felinos, sobre todo, si son de diferente sexo, porque de esta manera se descarta la territorialidad”.

Redacción/SinEmbargo

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