Londres, 17 Mar (Notimex).- Especialistas británicos desarrollaron una innovadora técnica para preservar el colon y el recto cuando sean removidos crecimientos anormales de tejido, cuya extracción puede causar daños al paciente con los procedimientos actuales.
El nuevo método, desarrollado por cirujanos del hospital London North West Healthcare NHS Trust, fue probado con éxito en un total de 20 pacientes con pólipos de diversa longitud, el mayor de los cuales medía hasta 18 centímetros.
El recto es propenso al crecimiento de pólipos, que no son necesariamente tumores, pero cuanto más grandes crecen es más probable que se vuelvan cancerosos y deben ser retirados para evitar que lleguen a una etapa mortal.
La técnica, puesta en marcha en el Hospital San Marcos, en la capital británica, consiste en pasar un tubo a través del ano hasta el recto y, con herramientas de laparoscopia y endoscopia, un médico tira del pólipo de la pared rectal y otro corta el tejido.
El procedimiento fue desarrollado por el cirujano Jinindra Warusavitarne y el gastroenterólogo Brian Saunders, quien destacó que con este método se reduce al mínimo el trauma en el área rectal que puede provocar una colostomía.
Explicó a la cadena pública de noticias BBC que con el procedimiento actual el paciente que tenía el pólipo de 18 centímetros no podría ni levantarse de la cama después de la operación, pero que tras la nueva técnica ahora está de regreso a su trabajo sin molestias.
Refirió el caso de un paciente de 53 años que tuvo molestias durante más de una década hasta que le fue descubierto un pólipo de siete centímetros, por lo que fue sometido al nuevo método y después de una cirugía de cinco horas su función rectal fue preservada.
Los especialistas indicaron que la técnica sería más adecuada para los pacientes que tienen pólipos grandes y estimaron que entre 300 y 400 personas podrían beneficiarse con ella cada año.
Por ahora se desconoce con precisión la razón por la cual el recto sufre de más pólipos que el resto del colon, pero se estima que podría deberse a que las heces pasan más tiempo allí por lo que hay más contacto con agentes carcinógenos potenciales.




