Este martes, los rebeldes ingresaron al cuartel general de Muamar Gadafi en Trípoli, el famoso complejo de Bab al Aziziya, desde donde el dictado gobernó Libia desde hace 42 años.
Eufóricos y con el grito de “Dios es grande… la victoria está aquí”, el recinto está inundado de banderas tricolores y de cientos de insurgentes que corren por los jardines; también se registra un intenso saqueo, en especial de material militar. Las armas personales de Gadafi se presumen como valiosos trofeos.
(Utilice las flechas de su teclado para avanzar o retroceder)Pero, sin duda, el más preciado de ellos es la estatua del puño aplastando un avión, que conmemoraba el bombardeo estadounidense de 1986 contra Bab el Aziziya, en el que murió una hija del dictador libio.
Esa estatua era el símbolo del régimen que estableció el entonces joven y desconocido coronel en 1969.
La caída de Bab al Aziziya es el último capítulo de una guerra civil que ha enfrentado a los libios desde el 17 de febrero pasado.
