ENTREVISTA ¬ Eduardo Galeano “dibujaba con las palabras”, expone Román Cortazar

06/04/2025 - 12:05 am

Román Cortazar expuso que en Galeano su pasión por la pintura supongo que le dejó una honda marca. “No sé si se da cuenta o decide no tenerlo, el talento para pintar, entonces, se dedica a la Literatura, pero ciertamente dibuja con palabras”, compartió en entrevista con SinEmbargo.

Ciudad de México, 6 de abril (SinEmbargo).– “Todavía recuerdo la primera vez que me asombró Galeano. Fue con el Siglo del viento, cuando habla del Che Guevara y decía que murió acribillado por las balas y ahora era acribillado por los flashes. Ahí sentí que era una forma de escribir con la que me sentía plenamente identificado”, platicó el escritor y poeta Román Cortazar, quien publica Eduardo Galeano. Las orillas del silencio (Siglo XXI Editores, UDELAR y UNAM), un texto basado en sus múltiples búsquedas, lecturas e investigaciones, en sus encuentros y entrevistas con el propio Galeano.

Román Cortazar comentó en entrevista cómo cuando se dio a la tarea de hacer este libro, tenía en la mente, en la cabeza, otro libro. “Afortunadamente esos muchos libros que antecedieron a este murieron, felizmente murieron, y traté ahora, en esta última versión, de ponerme en los zapatos del lector, pensar yo al escribir, no que estaba escribiendo, sino que querría leer. Y me parece que en alguien como Galeano, que es tan conocido, uno se pregunta por qué nos gusta, por qué me gusta leerlo, y creo que esa forma enjuta de carnes, como escribe él, esa prosa casi a dieta permanente, es la que valdría la pena escudriñar y en esta investigación de muchos años, más de 10 años, lo que pude saber, o lo que pude averiguar, es que hay un Galeano que empieza a escribir desde muy joven a los 15 años y ya cuando publica Las venas abiertas de América Latina es un escritor, digamos, maduro”.

“Entonces, me puse en los zapatos de lector, ¿qué nos gustaría, qué me gustaría a mí leer de Galeano? Y pensé en los textos de juventud, en los que me imaginé que habría indicios de cómo llegó Eduardo Hughes Galeano a convertirse en Eduardo Galeano. Lo más sorprendente de esa tarea que me llevó, insisto, a muchos años, fue el encontrar en los textos juveniles que están sobrados de palabras, que a veces no sabe cómo terminar, encontrar huellas de Eduardo Galeano, es decir, uno uno ve los textos de los 14, 15, 16 años y hay momentos en los que sabe uno que está leyendo Eduardo Galeano y eso no deja de ser asombroso porque es un chiquitín que está probando, apenas haciendo sus pininos con la pluma”. 

Román Cortazar expuso que en Galeano su pasión por la pintura supongo que le dejó una honda marca. “Yo mismo, antes de dedicarme a la escritura, un poco extraña analogía o extraña comunidad, quería ser pintor. Yo quería ser pintor. Entonces creo que entiendo, yo no me dediqué la pintura por falta de imaginación visual, era muy bueno copiando, pero era muy malo frente al lienzo en blanco y creo que entonces de alguna manera que no entiendo, lo entiendo, cuando dice que él se dio cuenta de que no estaba hecho para ser pintor, que le faltaba, él quería ser pintor, era muy buen dibujante, de eso dan cuenta sus cartones en el Sol y en Marcha. Pero él decide que no tiene el talento para… no sé si se da cuenta o decide no tenerlo, el talento para pintar, entonces, se dedica a la Literatura, pero ciertamente dibuja con palabras”. 

—¿Qué tan diferente es ese Galeano que vas descubriendo en su obra con el que tú conociste?

—​​Cuando me preguntan algo así siempre digo que no había un divorcio entre la persona y el personaje, en lo público como en lo privado, Galeano era exactamente igual, contaba los mismos chistes, era un gran contador, no paraba de hablar, pero, además, a uno se le caía la baba porque tenía una memoria prodigiosa, pero, además, contaba todo como en las grandes salas que siempre llenó. En el comedor de su casa era como la Sala Nezahualcóyotl. Entonces, no había ese divorcio. Octavio Paz alguna vez señaló que el poeta y la persona son dos personajes distintos, incluso que el poema es una falsa memoria. Entonces, al final es un personaje inventado por la persona, el propio escritor, Octavio Paz era un personaje inventado por un tipo que se llama Octavio Paz. A veces uno se lleva muchas desilusiones cuando conoce a la persona. Suele pasar. Con Eduardo era al revés, era coherente en ese sentido y fue coherente toda su vida, no nada más en lo político, también en lo sentimental, sus amigos de la juventud socialista, Gloria de Alessandro, Carlos Machado, Raúl Sendic, toda esta gente fue su amigo, Guillermo Chifle, fueron sus amigos hasta el final de sus días, de ellos o de él. Hubo una fe en abrazar las mismas ideas y los mismos amores. Entonces, era muy lindo platicar con él porque no había este divorcio.

Obed Rosas

Obed Rosas

Obed Rosas es editor de la Unidad de Investigación y encargado de la sección de Libros de SinEmbargo, en donde también se ha desempeñado como Jefe de Mesa y Editor de Redes. Es conductor de Close UP y Co-conductor, junto a Álvaro Delgado, de Siete Días, programas de SinEmbargo Al Aire. Ha trabajado en otros medios como Expansión, Newsweek en Español y Revista Zócalo. Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM y estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la misma casa de estudios.

Lo dice el reportero