"Bienvenidos a la tierra del Quetzal" es una muestra fotográfica de Pedro Valtierra, la cual se inauguró hace 42 años, y que hoy hace su retorno como "Volver a la tierra del Quetzal" gracias al Centro de la Imagen.
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Bienvenidos a la tierra del Quetzal se exhibió originalmente en la Casa de la Fotografía, el 11 de octubre de 1983. Integra tres reportajes que se llevaron a cabo para el periódico Unomásuno, fundado por Manuel Becerra Acosta, y fueron publicados entre 1980 y 1982.
El primero aborda la llegada de miles de refugiados de origen maya que huían de los kaibiles, militares de élite del ejército de Guatemala y que, bajo las órdenes el gobierno de Efraín Ríos Montt, realizaron operaciones de contrainsurgencia que dejaron unas cien mil personas asesinadas, entre niños, niñas, mujeres, viejos y especialmente jóvenes. Algunos escapaban por la selva del Petén con apenas lo que alcanzaban a llevarse, poco o nada, en busca de que se les diera asilo en territorio mexicano. Ese recorrido por la selva se prolongó durante semanas, casi sin pausa. Unomásuno fue el primer medio —y el único— en realizar una cobertura de la crisis para recabar los testimonios de quienes cruzaban el río Usumacinta por Frontera Corozal (también llamada Frontera Echeverría), en Chiapas.
Para llegar a tiempo, unomásuno tuvo que rentar un helicóptero que voló de Tenosique, Tabasco, a Frontera Corozal, con un costo de cinco mil pesos. De otra manera nos tardábamos más de siete horas en alcanzar el punto donde la gente cruzaba el río. Así fue que pude sacar fotos, dos rollos en total, durante la hora que nos dio el piloto antes de volver a despegar. Después viajamos de regreso a Tenosique, luego a Villahermosa y de ahí rumbo a la Ciudad de México, a donde llegamos a la media noche. No había tiempo que perder. A esa hora don Manuel Becerra Acosta cambió la portada por los refugiados. Nos llevamos la exclusiva. Antes de retirarse de las oficinas del diario, don Manuel nos dijo: “¿Qué hacen aquí? Los refugiados los están esperando”. Así que al día siguiente abordamos el primer vuelo, y estuvimos durante una semana retratando a estos grupos de refugiados que huían de la represión.

Los otros dos reportajes son sobre la guerrilla guatemalteca —una de las más antiguas de América Latina, pues se inició en 1964 con Marco Antonio Yon Sosa—. El periódico unomásuno fue el único medio de comunicación que en esos años se aventuró a enviar corresponsales para informar al respecto de lo que sucedía en esa parte de la América Central rebelde. El siguiente de los reportajes se le dedicó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (far), comandadas por Pablo Monsanto, y el otro fue sobre la lucha de la Organización Revolucionaria del Pueblo en Armas (orpa), que dirigía Rodrigo Asturias, hijo de Miguel Ángel Asturias, Premio Nobel de Literatura. Uno de ellos lo hice al lado de Miguel Ángel Velázquez, y el otro acompañado por Víctor Avilés. Cada uno por su lado, nos adentramos en las montañas de Guatemala para convivir con los guerrilleros y así poder contar un poco de la vida de quienes entonces querían liberar a su país; tanto de la dictadura, como del atraso económico y social en que ésta tenía a su pueblo.
Unomásuno, diario que nació con el muy original diseño que propuso Pablo Rulfo, entonces con apenas veintiún años, integró a muchos jóvenes que recibimos la oportunidad de reportear y cultivar los diversos géneros del periodismo. Se caracterizó también por su apertura a la fotografía crítica, una constante que el director Manuel Becerra Acosta estimulaba. Nos decía: “unomásuno debe ser el espejo del país, con buenos reportajes y crónicas que nos cuenten todos los Méxicos, de cómo somos”. Así, inspirado en este principio, nos mandó a retratar y a escribir, a contar el país a nuestros lectores. Lo más importante siempre era el tema, y en su búsqueda viajamos a muchas regiones de México y del mundo. El director había sido un buen reportero y consiguió transmitir muy bien ese conocimiento a los jóvenes que trabajamos con él. Recuerdo con gusto que siempre estaba en el periódico revisando notas y fotos, sugiriendo y orientando a los que empezábamos.
Bienvenidos a la tierra del Quetzal es una muestra fotográfica que se inauguró hace 42 años, y que hoy hace su retorno como Volver a la tierra del Quetzal gracias al Centro de la Imagen, al que deseo expresar mi gratitud por permitirme una exposición así por primera vez. Son fotografías originales y de época, impresas en papel Kodabrome algunas, en Agfa y en Ilford otras. Todas son impresiones mías, pero advierto que no me considero un buen impresor.















*Los materiales que conforman esta publicación pertenecen al Fondo Consejo Mexicano de Fotografía, Acervo del Centro de la Imagen, salvo cuando se indique lo contrario.







