La decisión de Netanyahu de iniciar ataques militares directos contra Irán marcó la culminación de décadas de advertencias y maniobras políticas. Ante la reticencia de los presidentes estadounidenses anteriores a respaldar tales medidas "preventivas", Netanyahu aprovechó lo que consideró una oportunidad con Donald Trump.
Ciudad de México, 28 de junio (SinEmbargo).- El Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, lleva 30 años advirtiendo que las armas nucleares de Irán son "inminentes".
Una de las primeras ocasiones ocurrió cuando era miembro del parlamento israelí. En un discurso ante la Knéset en 1992, sostuvo: “Podemos asumir que en un plazo entre tres a cinco años Irán tendrá la suficiente autonomía para desarrollar y producir una bomba nuclear". Tres años después, en su libro, "Combatiendo el Terrorismo", argumentó que las intenciones nucleares de Irán representaban un grave desafío para la seguridad global.
Para 2002, cuando testificó ante el Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, respaldó una acción militar en Irak, al tiempo que vinculó los presuntos programas de armas de Bagdad con los de Teherán. Estados Unidos invadió Irak al año siguiente, y al final nunca se encontraron evidencia de armas de destrucción masiva como reportaron incluso medios como The New York Times se disculparon por reportar la existencia de este arsenal del que nunca hubo pruebas.
En 2009, Netanyahu insistió en el tema al declarar frente a legisladores estadounidenses que Irán estaba a sólo uno o dos años de construir un dispositivo nuclear. Sus declaraciones fueron reveladas en un cable diplomático clasificado hecho público por WikiLeaks. Su pronóstico, como los anteriores, falló.S
Sin embargo, uno de los momentos más recordados se produjo en 2012, cuando se dirigió a la Asamblea General de las Naciones Unidas con una simple ilustración: un dibujo de una bomba cruzada con una línea roja. "La próxima primavera, como mucho el próximo verano habrán completado el enriquecimiento medio y pasarán a la fase final", dijo en ese entonces.
Tres años después, en 2015, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) concluyó que Teherán llevó a cabo entre finales de 1980 y 2003 "una serie de actividades relevantes para el desarrollo de un artefacto nuclear explosivo". Aunque en ese mismo informe subrayaba que, a partir de 2009, con Irán ya severamente sancionado, no encontró "ninguna señal creíble" de que esas actividades hubieran continuado.
Ese mismo año, EU e Irán llegaron a un acuerdo para restringir el programa nuclear iraní. No obstante, Netanyahu operó contra este pacto al convencer a Donald Trump, en su primer gobierno, para que rompiera el acuerdo.
Lo cierto es que Netanyahu ha continuado con sus advertencias sobre la capacidad nuclear de Irán.
Hace unas semanas volvió a sostener que Irán podría construir un arma en cuestión de meses, o incluso semanas, si no se interrumpe su progreso nuclear. Posteriormente se dio el ataque a Irán bajo el argumento de Netanyahu de evitar "un holocausto nuclear", según declaró a Fox News en donde afirmó que su gobierno tenía información de inteligencia de que Irán estaba a meses de desarrollar un arma nuclear inicial.
"Tuvimos que actuar", dijo Netanyahu a la Fox. "Era la hora 12 y actuamos. Para salvarnos a nosotros mismos, pero también... para proteger al mundo de este régimen incendiario".
La decisión de Netanyahu de iniciar ataques militares directos contra Irán marcó la culminación de décadas de advertencias y maniobras políticas. En Israel, se ha visto un doble propósito de esta guerra: desvió la atención pública de las investigaciones sobre corrupción y el genocidio en Gaza, a la vez que permitió a Netanyahu presentarse una vez más como el líder indispensable de la seguridad israelí.
President Trump and I often say: ‘Peace through strength.’
First comes strength, then comes peace.
And tonight, @realDonaldTrump and the United States acted with a lot of strength. pic.twitter.com/7lTWCZkgw7
— Benjamin Netanyahu - בנימין נתניהו (@netanyahu) June 22, 2025
En entrevista con SinEmbargo, la ensayista, escritora e investigadora Gardi Emmelhainz señaló que Irán representaba para Medio Oriente el punto de resistencia ante Israel y Netanyahu.
"Los iraníes son en todo Medio Oriente, recordemos que se firmaron hace muy poquitos años los acuerdos de Abraham en los cuales se normalizaron las relaciones entre Israel y otros países árabes, e Irán ha funcionado como el único bastión de apoyo de los refugiados y de la resistencia a Israel. Entonces, es el punto de vista de Netanyahu pues Irán es el enemigo, el nuevo enemigo como Sadam Husein, a quien hay que perseguir y que supuestamente tiene un programa de armas nuclear y está fabricando terroristas, lo cual son verdades falsas completamente".
Emmelhainz mencionó que a pesar sus acciones, Netanyahu cuenta con un gran respaldo a nivel mundial lo que le permite seguir operando sin ningún tipo de consecuencia en su contra.
"Hay otro aspecto que es la aceptación de Netanyahu a nivel global, que él cuenta con el apoyo de la derecha cristiana republicana en Estados Unidos y de los nacionalistas hindús, él es el arquetipo del líder demagogo etnonacionalista del siglo XXI. Y bueno, pues esto nos está llevando al colapso del orden mundial que se construyó después y en base a la reacción de los crímenes nazis, en el orden establecido por la declaración de los derechos humanos internacionales, etcétera. Lo que representa Netanyahu es la validación de que un pueblo puede sobrevivir vivir a expensas de otro. Después de lo 1945 lo que se trató de cultivar a nivel internacional era tolerar las creencias y formas de vida distinta y expresar solidaridad ante el sufrimiento humano, que son precisamente las lecciones derivadas de la Shoá. Pero pues están inmersos los israelíes y los judíos fuera de Israel en esta psicosis sobrevibalistaque vira en el etnonacionalismo genocida del cual Israel no es no es único".
El genocidio en Gaza
El pasado 21 de noviembre, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto contra el Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant por cargos que incluirían crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos durante la conflagración entre Israel y Hamas iniciada el 7 de octubre de 2023.
La Corte determinó que existen motivos razonables para creer que ambos individuos privaron intencional y conscientemente a la población civil de Gaza de bienes indispensables para su supervivencia, como alimentos, agua, medicamentos y suministros médicos, así como combustible y electricidad, desde al menos el 8 de octubre de 2023 hasta el 20 de mayo de 2024.
La conclusión se basó en el papel de Netanyahu y Gallant al obstaculizar la ayuda humanitaria a Gaza y en su incapacidad para facilitar la ayuda por todos los medios a su disposición. Estas restricciones junto con el corte de electricidad y la reducción del suministro de combustible, también tuvieron un grave impacto en la disponibilidad de agua en Gaza y en la capacidad de los hospitales para brindar atención médica.
La Sala de Cuestiones Preliminares de la Corte Penal Internacional indicó que la falta de alimentos, agua, electricidad, combustible y suministros médicos creó condiciones provocaron la destrucción de parte de la población civil de Gaza, lo que resultó en la muerte de civiles, incluidos niños, por desnutrición y deshidratación.
Al limitar o impedir intencionalmente la entrada de suministros médicos y medicamentos a Gaza, los médicos fueron obligados a operar a personas heridas y realizar amputaciones, incluso en niños, sin anestesia, o a utilizar medios inadecuados e inseguros para sedar a los pacientes, causándoles dolor y sufrimiento extremos. Esto constituye un crimen de lesa humanidad entre otros actos inhumanos.
Ciertamente Netanyahu tiene años gestionando e instigando un conflicto regional para consolidar su posición como líder absoluto. A eso se suma su creencia de que “Un Estado palestino es una recompensa por el terrorismo”.
De hecho, en sus memorias, tituladas Bibi, como se le apoda, él sostiene:
“No son los judíos quienes usurpan la tierra de los árabes, sino los árabes quienes usurpan la tierra de los judíos. La propaganda antiisraelí lo presenta al revés. La verdad es simple:Los judíos son los nativos originales, los árabes los Colonialistas”.
Para muchos, parte de su pensamiento y la decisión de involucrarse en la política proviene de su historia familiar.
Su padre Benzion Netanyahu, por ejemplo, difundió las ideas de Ze’ev Jabotinsky, líder del movimiento revisionista de derecha. Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, Jabotinsky "consideraba al liderazgo palestino como una continuación de los nazis, la encarnación del mal", explicó Adi Armon, estudioso de la historia judía y autor de ensayos sobre Netanyahu padre, publicados en Haaretz, al New York Times.
Sin embargo, el episodio trascendental se dio la noche de 1976, cuando se enteró de la muerte de Yoni, su hermano mayor, quien como Benjamin formaba parte de Sayeret Matkal, una unidad de élite de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Su muerte se dio en el marco de la Operación Thunderbolt, una misión de rescate de rehenes llevada a cabo en el Aeropuerto de Entebbe, en Uganda, días después de que una aeronave de Air France con 248 pasajeros fuera secuestrada por terroristas palestinos y alemanes. Yoni fue el único soldado israelí abatido durante la incursión junto con 3 rehenes, docenas de ugandeses y 6 terroristas palestinos.
De hecho Benjamin Netanyahu se unió a las Fuerzas de Defensa de Israel durante la guerra de los Seis Días en 1967 y se convirtió en jefe de una unidad de fuerzas especiales Sayeret Matkal. Alcanzó el grado de capitán antes de ser dado de baja.
Tras su muerte, la familia Netanyahu fundó un centro de estudios en nombre de Yoni, el Instituto Jonathan, para el estudio del terrorismo. El Times apunta que quienes conocieron a Netanyahu en aquel entonces afirman que, de no haber sido por la muerte de Yoni, dudan que él o sus padres hubieran regresado a vivir en Israel.
Para facilitar su incursión en la política, Netanyahu aceptó un trabajo como ejecutivo de marketing en uno de los mayores fabricantes de muebles de Israel, y de ahí dio el salto a la política. Sirvió como embajador de Israel ante las Naciones Unidas desde 1984 hasta 1988 y en 1993 se convirtió en líder del Likud y ganó las elecciones de 1996, convirtiéndose en el primer ministro más joven de la historia de Israel.
Al respecto, Gardi Emmelhainz afirmó que Netanyahu es una figura del arquetipo del líder populista del siglo XXI. Señaló que Israel lleva funcionando como un laboratorio de nacionalismo en los últimos 30 años, tiempo desde que este personaje llegó al poder.
"Él fue Primer Ministro de Israel del 96 al 99 y regresa en 2009.Y ya desde el 96 dejó claro que él quería liquidar los acuerdos de Oslo, seguir colonizando Cisjordania e impedir la creación de un estado palestino. Y en 2009 dio un discurso superfamoso y controvertido controvertido en la Universidad de Barilán, en el que proclamaba que Jerusalén era territorio israelí y que los palestinos tenían que reconocer a Israel como un estado judío con una Jerusalén sin divisiones. Tú sabes que uno de los reclamos de los palestinos es tener a Jerusalén como capital compartida porque es un lugar de culto importantísimo para los musulmanes y para los palestinos cristianos también".
La especialista señaló que Netanyahu es un sobrevibalista listo a exterminar al otro con tal de que su pueblo sobreviva.
"Al haber dicho esto Netanyahu oblitera la posibilidad del retorno de los refugiados palestinos exiliados, porque su regreso pone en cuestión la existencia de Israel como estado del pueblo judío. Podemos hablar de Netanyahu como un sobrevibalista listo a exterminar al otro con tal de que su pueblo sobreviva y así nos está dibujando él y a su pueblo la amenaza de los palestinos".
El negro legado de corrupción
Benjamín Netanyahu, se encuentra ahora en su sexto mandato como primer ministro. Ni siquiera el fundador del estado, David Ben-Gurión, se mantuvo en el poder durante más tiempo.
The New York Times lo describía hace un par de años como un laico y asquenazí, es decir de origen judío, que proviene de un entorno liberal en Jerusalén similar al de las élites sociales contra las que él y sus votantes despotrican. “Es erudito, minucioso, solitario y vengativo”, apuntaba este medio.
“Netanyahu se considera a sí mismo en términos churchillianos. Quisiera ser recordado como el líder que enfrentó la amenaza iraní, el salvador de Israel ante adversidades desastrosas para el pueblo judío”, señala el diario.
Lo cierto es que así como ha protagonizado críticas por el manejo de su política exterior, lo mismo ha sucedido al interior de su Gobierno con distintas causas por corrupción.
Netanyahu está siendo juzgado por tres casos de corrupción que se agruparon en una sola acusación en 2019, cargos que él niega. Aunque su esposa, Sara, no está acusada, dos de los casos la involucran. El caso se ha ido atrasando y se prevé que se prolongue aún unos meses más.
Según la ley israelí, Netanyahu no está obligado a dimitir a menos que sea condenado por el Tribunal Supremo, un proceso que podría durar varios meses. Netanyahu también enfrenta cargos por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, y la Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra él y el exministro de Defensa Yoav Gallant en noviembre de 2024 por las atrocidades cometidas en Gaza, donde más de 55 mil personas, en su mayoría mujeres y niños, han sido asesinadas desde el 7 de octubre de 2023.
Las acusaciones sobre sus negocios, y los de su hijo mayor, Yair, involucran un suministro constante de champán, puros y joyas caras; exigencias de una cobertura de prensa aduladora; interferencia flagrante en asuntos de nombramientos y política.
Muchas de las acusaciones involucran a su tercera esposa Sara, quien en una grabación de 2002, publicada por la emisora pública Kan, arremete contra quienes han criticado a su marido: "¡Bibi es más grande que este país!", declara. "¿La gente de aquí quiere ser masacrada y quemada? ¿Por qué debería molestarse siquiera? Nos mudaremos al extranjero, y todo el país puede arder".
The Washington Post que afirmaban que solía llevar maletas con ropa sucia en los vuelos oficiales de su esposo a Washington para disfrutar de los servicios gratuitos de tintorería que se ofrecían a los invitados oficiales de la Casa Blanca. Netanyahu ha negado todas estas acusaciones.
La fiscalía estatal afirma que, de 2011 a 2016, Netanyahu aceptó un suministro constante de puros, cajas de champán y joyas de Arnon Milchan, un productor de cine israelí en Hollywood, y James Packer, un multimillonario australiano. El valor total de estos regalos ronda los 200.000 dólares
A cambio de estos regalos, la fiscalía afirma que Netanyahu presionó a funcionarios estadounidenses para que ayudaran a Milchan a renovar su visa estadounidense e intentó aliviar su carga fiscal en Israel.
Un exportavoz de Netanyahu, según señala el NY Times, quien se convirtió en testigo del estado en 2018, declaró a la fiscalía que había descubierto "un método, digamos, según el cual, en cada visita al extranjero, la familia Netanyahu estaba vinculada a una tarjeta de crédito ambulante", es decir, a benefactores locales.
Conocido en Israel como Caso 4000, este detalla las acusaciones de que, a cambio de otorgarle beneficios regulatorios al propietario del sitio web de noticias Walla, propiedad de Shaul Elovitch. Netanyahu había buscado una cobertura favorable para él y su familia, afirmaciones que los acusados han negado. Muchas de las exigencias, según la acusación, estaban relacionadas con Sara. Walla, de hecho, publicó artículos sobre su «cambio de imagen a la moda, encender velas de Janucá con sobrevivientes del Holocausto y asistir a un concierto de Mariah Carey.
El fiscal general calculó que estos negocios ilícitos beneficiaron a Elovitch en quinientos millones de dólares.
En otra de las acusaciones, como apunta la revista Jacobin, los fiscales sostienen que Arnon Mozes, propietario de Yedioth Ahronoth, el diario más vendido de Israel, intentó sobornar a Netanyahu. Según las acusaciones, Netanyahu negoció con Mozes una mejor cobertura en el periódico para él y su familia a cambio de promover una legislación que inhibiera la circulación del mayor rival de Yedioth Ahronoth, un diario gratuito.
Como consecuencia del juicio por corrupción contra Netanyahu, recuerda CNN, en 2020 estallaron grandes protestas, que continuaron en 2021. Estas protestas ayudaron a movilizar a los votantes de centro-izquierda. Esto, junto con su desastrosa mala gestión de la crisis del COVID-19, llevó al primer ministro Netanyahu a perder las elecciones de marzo de 2021.
El período de Netanyahu fuera del poder duró muy poco: el 2 de noviembre de 2022, regresó al poder en donde se mantiene hasta la fecha.
Finalmente, Gardi Emmelhainz mencionó que los señalamientos y acusaciones de corrupción en contra de Netanyahu han quedado de lado debido a que es visto como el gran protector del Estado israelí.
"Le están condonando todo porque justamente es el gran protector del Estado israelí y por eso es que se ha librado de estos cargos de corrupción, de evasión de impuestos y de crímenes a nivel internacional".
Emmelhainz mencionó que a pesar de esto existe un pueblo inconforme con sus decisiones y que comienza a exigirle terminar con un conflicto que se ha extendido por muchos años.
"Hay una combinación de factores que lo están protegiendo, pero cuando ves las protestas en Israel en contra de la guerra son exigencias por liberar a los rehenes, pero hasta apenas vemos israelíes saliendo a las calles marchando con estas fotos de niños palestinos asesinados, pero eso acaba de empezar y lo cual nos habla de la aceptación de las políticas de Netanyahu como a muy alto nivel uno, o el miedo de la del terror de la gente de hablar".
