En México, sobre todo en la CdMx, se discrimina por el tono de piel y no se reconoce

12/07/2025 - 3:30 pm

Hace unos días, se hizo viral el video de la agresión de una mujer contra un policía en la Condesa, en Ciudad de México. Fue un claro ejemplo de racismo en el país. Sin embargo, pese a la indignación que ha causado, no es un hecho aislado, pues 26.5 por ciento de la población que se autoidentifica con tonos de piel oscuros, ha sufrido discriminación.

Ciudad de México, 12 de julio (SinEmbargo).- En México existe el racismo y es un problema profundo, estructural y muchas veces negado. También es contradictorio porque, por un lado, desde las instituciones el país se define como mestizo y diverso, pero en la práctica persisten formas arraigadas de discriminación basadas en el tono de piel, origen étnico, idioma, clase social y lugar de origen.

Hace unos días, se hizo viral el video de la agresión racista de una mujer contra un policía en la colonia Condesa de la Ciudad de México (CdMx). El agente se aproximó al vehículo para poner el inmovilizador porque estaba mal estacionado y no había pagado el parquímetro, algo rutinario y parte su trabajo.

En respuesta y para evitar la infracción, la dueña del auto empujó al policía y comenzó a agredirlo: “No me estés insultando pinche negro”, grita. “Hasta racista eres”, contesta el policía. “A huevo, odio a los negros como tú, los odio, por nacos”.

Pese a la indignación que ha causado esta agresión racista, lo que se ve en el video no es un hecho aislado en México.

Según la última Encuesta Nacional Sobre Discriminación (Enadis) del Instituto Nacional de Estadística (Inegi), de 2022, la discriminación va en aumento pues creció 3.5 puntos porcentuales. El porcentaje de personas que dijeron haber padecido actos discriminatorios pasó del 20.2 por ciento al 23.7 por ciento entre 2017 y 2022.

El racismo se identifica con las siguientes cifras pues 28.2 por ciento de las personas indígenas, 35.7 por ciento de las afrodescendientes, 28.5 por ciento de las migrantes y 26.5 por ciento de quienes se autoidentificaron con tonos de piel oscuros, manifestaron haber sido víctimas de discriminación, la mayoría de ellos por su forma de vestir y su tono de piel.

Casi el 40 por ciento de estas poblaciones considera que en el país sus derechos “se respetan poco”; y el 20 por ciento, por ejemplo, señaló que se le había negado la oportunidad de trabajar por su pertenencia a un grupo indígena, que muchas veces también tiene relación con el tono de piel.

La Ciudad de México, según la Enadis 2022, es el centro de esta discriminación pues se convirtió, sólo por detrás de Yucatán, Querétaro y Puebla, en el lugar donde más personas afirman haber sufrido discriminación, al pasar de 23.7 a 29.6 por ciento entre 2017 y 2022. En el caso de las mujeres el incremento fue mayor al pasar del 20.1 al 24.5 por ciento en ese mismo periodo.

En la capital, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México reportó que atendió en 2024, mil 802 casos relacionados a discriminación (142 expedientes), siendo la discriminación por embarazo, salud y discapacidad los principales motivos.

Además, el Inegi registró que entre las causas más comunes del racismo se encuentran la forma de vestir o arreglo personal (tatuajes, ropa, forma de peinarse, perforaciones) con un 30.6 por ciento; por ser mujer, 23.7 por ciento; clase social, 16.5 por ciento; lugar donde vive, 15.7 por ciento; tono de piel, 13.1 por ciento; y ser persona indígena o afrodescendiente, 4.9 por ciento. Todos los factores anteriores están atravesados por el tono de piel, una interseccionalidad que no puede quedar fuera para reconocer el problema del racismo en México.

El negacionismo al racismo

De acuerdo con Racismo MX, el racismo en México es un sistema que organiza las relaciones de poder entre las personas, en donde aquellas con tono de piel más claro y fenotipo europeo se ubican en la parte más alta de la escala social y aquellas con tono de piel más oscuro y fenotipo indígena en la parte más baja. Y que la muestra de que el sistema funciona está en todos lados, desde la publicidad, empleos y el lenguaje.

Pese a esto, un problema principal en el país es que muchas personas no reconocen que exista el racismo y mucho menos sus violencias racistas, al justificar acciones discriminatorias como "bromas", "tradición" o "costumbre".

Gisela Carlos Fregoso, profesora en la Universidad de Guadalajara y especialista en racismo y antirracismo, explicó en un artículo de la Gaceta de dicha institución que desde 2017 se ha hablado más abiertamente de racismo, pero sigue sin tomarse con la seriedad necesaria.

Y es que en 2017 un estudio del Colegio de México evidenció la relación entre el color de piel y la desigualdad, lo que ayudó a visibilizar el problema, demostrando que las personas con piel más oscura tienen menores probabilidades de mejorar su nivel socioeconómico, lo que perpetúa un círculo de desigualdad.

“El racismo afecta la salud mental de quienes lo experimentan, influye directamente en el acceso a la educación, el empleo y otras oportunidades. Muchas personas racializadas (aquellas a las que la sociedad ha asignado una categoría racial que determina un trato opresivo) no identifican las prácticas discriminatorias que sufren, lo que genera sentimientos de inferioridad, ansiedad y culpa”, escribió Fregoso.

Además de que este racismo no sólo proviene de sectores de poder, sino también de la sociedad en general, donde persisten ideas como que en México todos somos “mestizos” y que, por lo tanto, no hay desigualdades basadas en la raza.

Sobre esto, Eugenia Iturriaga, de la Universidad Autónoma de Yucatán, compartió para un artículo de la UNAM: “¿por qué nos negamos a asumirnos racistas? Ello tiene que ver con la idea del mestizaje, con la manera en que México se construyó como nación a mediados del siglo XIX y, después, con cómo el proyecto de posrevolucionario explicó al mexicano como producto de dos sangres: la española y la indígena. Por ello aún nos seguimos preguntando, ¿cómo podemos practicar el racismo si abrevamos de dos raíces?”.

Sofía Ramírez, coordinadora de proyectos en Racismo MX, describe a este tipo de discriminación así: “Desde las miradas incómodas en el metro hasta la falta de políticas públicas que protejan a estas comunidades. No es solo la ausencia de servicios, es la idea de que estas personas ‘no pertenecen’ a ciertos espacios urbanos”.

Lo anterior deja claro que el racismo es estructural y va más allá de agresiones verbales o físicas, como lo de la Condena, porque también se esconde en prácticas, políticas y discursos que normalizan la exclusión de estas comunidades en el ámbito laboral, educativo, político y cultural.

Qué se está haciendo contra el racismo en México

Para abordar esta realidad, Racismo MX propone medidas concretas para mejorar la representación, proteger los derechos y visibilizar las violencias específicas que enfrentan las comunidades racializadas en México.

Por ejemplo, mejorar la recolección y análisis de datos étnico-raciales para crear políticas públicas eficientes, pues de lo contrario seguirán sin reconocer las realidades diferenciadas que viven estas comunidades.

También se propone la creación de un Observatorio Nacional contra el Racismo para monitorear y evaluar el progreso en la implementación de políticas antirracistas en todo el país. Capacitación en diversidad y antirracismo, e integrar una perspectiva antirracista en el sistema educativo desde la educación básica.

Actualmente, se están realizando varias acciones para combatir el racismo. El Copred CdMx ha lanzado campañas como #EsRacismo y un Decálogo para personas servidoras públicas, así como talleres para policías sobre perfilamiento racial.

Otro sector importante es el de los medios de comunicación pues por mucho tiempo, los cánones de belleza no han reflejado a la población mexicana, sino una idea de belleza europea aspiracional, por lo que se debe reconocer que los medios han jugado un papel nocivo contra la identidad mexicana. Sobre esto, en 2022, la Unesco y Racismo MX organizaron el taller “Descolonizando narrativas”, dirigido a periodistas indígenas y medios nacionales, para fomentar un periodismo antirracista.

Un avance en la representación institucional de los sectores de la población históricamente en desventaja por su tono de piel es la llegada de Hugo Aguilar, abogado mixteco, a la presidencia de la Suprema Corte en septiembre de 2025. Su designación y uso de toga con símbolos indígenas son un ejemplo más de los prejuicios racistas.

Redacción/SinEmbargo

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