El actor Horacio García Rojas, quien le da voz al protagonista de la película “Batman Azteca: Choque de imperios”, Yohualli Coatl, habla sobre cómo este largometraje da la oportunidad de afrontar la conversación del racismo. Pero sobre todo, sentir orgullo del origen indígena y afrodescendiente de México.
Ciudad de México, 22 de agosto (SinEmbargo).- “Ya es momento de sentirnos orgullosos de ser lo que somos. Ya es momento de dejar de decir que ser indio, o lo que eso signifique, está feo. Al contrario, está bonito, está chido, es lo que nos hace ser México, hermanos. Eso es lo que nos da la magia. Eso ya no tiene que ser ofensivo, porque más bien es sinónimo de orgullo. Estamos entrando en ese momento”, destacó Horacio García Rojas, quien le da voz al protagonista de la película Batman Azteca: Choque de imperios, Yohualli Coatl.
En entrevista en A las Dos, el actor habló sobre cómo este largometraje da la oportunidad de afrontar la conversación sobre el racismo. Pero, sobre todo, de sentir orgullo por el origen indígena y afrodescendiente de México. Y es que, para García Rojas, el proyecto va mucho más allá de la fantasía y la animación: es una apuesta por transformar la manera en que nos miramos como mexicanos, cómo miramos nuestro color de piel, de sentir orgullo por nuestras raíces y, claro, de poner sobre la mesa los temas que históricamente se nos ha pedido callar.
“Entonces, yo creo que estas ficciones fantásticas nos permiten abordar muchos otros temas que es necesario dialogar. Si algo sucedió en estos últimos ocho años en la política mexicana es que comenzamos a hablar de temas que antes no se hablaban, y creo que justo ahí se circunscribe muy bien esta película, porque nos está permitiendo hablar y, al mismo tiempo, le estamos dando la posibilidad a chavitos y chavitas de verse representados en un héroe que tiene un color de piel como el suyo, que tiene un perfil, unos labios gruesos, una nariz gruesa, similares a los suyos. Y también estos son símbolos importantes porque nos ayudan a entender que la mirada en el espejo está todo bien; que aquello que nos dijeron que algún día teníamos que haber sentido vergüenza de ser, está todo bien. Y es más, es sinónimo de orgullo”, señaló.
Batman Azteca: Choque de imperios, la película de Warner Bros Animation, DC Studios y Ánima Studios, aún no se estrena, pero el tráiler ya causó el enojo de varias personas en España, quienes señalan que este largometraje es hispanofóbico, que alimenta la llamada “leyenda negra” sobre la invasión al territorio que ahora es México y que es violencia en su contra.
El 18 de septiembre se estrenará en México este largometraje basado en la estructura narrativa y los personajes de Batman, pero que cuenta la historia ficticia de Yohualli Coatl, un joven guerrero mexica, hijo del líder Toltecatzin. Tras el asesinato de su padre a manos de los invasores, Yohualli huye de su ciudad natal y encuentra refugio en el Templo de Tzinacán, el templo del dios murciélago.
Ahí, bajo la tutela del sabio Acatzin, se forja como guerrero dispuesto a luchar por la libertad de su pueblo. Y su odisea no puede suceder sin el apoyo de una Gatúbela que, en esta versión, es una guerrera jaguar.
Batman Azteca es una propuesta que confronta el relato tradicional eurocéntrico de la conquista y ofrece una resignificación de la resistencia indígena, pero que también da la oportunidad de actualizar las discusiones sobre la violencia, el racismo y el saqueo perpetrados en nombre del progreso o la civilización.
Aunque la película es parte del género de la fantasía, García Rojas insiste en que su valor es profundamente político. “Todo arte lo es, aunque no sea partidista. El cómic en Estados Unidos siempre ha contado lo que pasa en su sociedad. Este proyecto también nos está contando lo nuestro: nos invita a hablar de racismo, de identidad, de orgullo, de justicia colectiva. Ese es el poder del arte”.
Con esa convicción, el actor celebra que un héroe global adopte un rostro indígena y un contexto histórico doloroso. Porque, en el fondo, explica, lo que está en juego no es solo un filme de superhéroes, sino la posibilidad de narrarnos a nosotros mismos de frente, con raíces profundas y sin miedo a nombrar las heridas que aún arden.
“Sí es importante también el símbolo de ver a alguien que se parezca a ti […] Tener un héroe moreno, un héroe que al principio, ante la pérdida de su padre, el enojo lo lleva a querer vengarse y en algún momento dice: ‘No, espérate, la venganza no es el camino, es la justicia. Y la justicia no es para mí, la justicia es para el colectivo, para la colectividad’. Entonces, hay un chip que cambia en el personaje y ver ese personaje representado en nuestra piel a mí me parece un símbolo importante”, destaca.
Pero esto no le gustó a mucha gente en España. Por ejemplo, al rector del Instituto Beatriz Galindo, a quien, de verdad, le debe haber molestado mucho este relato, porque en un tuit intenta ofender con lenguaje machista y además llama a la civilización mexica “antropófaga caníbal” (aunque sea redundante). Es decir, repite la idea de que aquí la gente se la pasaba matándose y comiéndose, no como los imperios invasores, que “solo” mataban, violaban y torturaban. Eso, según ellos, sí es de gente civilizada.
Pero para algunas personas, como un usuario en Twitter identificado como David Lorao, periodista y escritor español, esto no es más que “basura infecta hispanofóbica que abraza las tesis probritánicas con el sello de Batman”. O Santiago Armesilla, rector del Instituto Beatriz Galindo - La Latina, una organización académica privada y en línea, quien asegura que la película alimenta la “leyenda negra”.
¿Qué es la “leyenda negra”? No, no es un relato falso, absurdo, falto de fuentes y bases reales de que en México había sacrificios masivos y que además nos comíamos entre nosotros. Un relato, por cierto, creado por la Corona española para justificar la invasión, el genocidio y la apropiación de territorio que no les pertenecía.
No obstante, García Rojas también abraza la polémica, pues destaca que es bueno abrir el debate y el diálogo.
“Qué bueno que se abra el diálogo. Pero no basta con decir que fueron chistes o que son exageraciones. Lo que sucedió hace 500 años sigue vivo. El sistema de castas nos enseñó que mientras más blanco eras, más valías como persona, y esas heridas siguen doliendo”.





