Chamanismo en México: silencio, obscuridad y espíritus

21/09/2025 - 6:30 am

En México, el chamanismo está presente tanto en las comunidades indígenas como en las mestizas. Muchos de sus aspectos son compartidos por diversos pueblos del mundo. Sin embargo, cada uno tiene su manera de vivirlo, su especificidad en cuanto a sus creencias y rituales.

Por Angélica González

Ciudad de México, 21 de septiembre (SinEmbargo).- El chamanismo es un elemento de la historia cultural y espiritual mexicana que está presente en las comunidades indígenas y mestizas. Trascendió con el paso del tiempo y sigue presente hasta el día de hoy. Un chamán puede encargarse de los problemas físicos y espirituales de las personas. La revista-libro no. 118 Chamanismo de la editorial Artes de México le permite al lector descubrir este mundo mediante un recorrido a los distintos Estados de la República para tener una visión más amplia sobre las prácticas chamánicas de nuestro territorio.

Las manifestaciones que se pueden leer a lo largo de estas páginas tienen tres constantes: el silencio, la obscuridad y la noche, aunque debemos tomar en cuenta que las prácticas chamánicas son distintas en cada lugar, por ejemplo, en Chiapas quienes realizan estos actos tienen cantos especiales para detener las emociones contaminantes –biktal ch’ab– y otros cantos que tienen el propósito de sofocar el mundo de los espíritus para prevenir enfermedades, estas prácticas son distintas a las de los huicholes, donde el mara´akame es quien interviene entre los hombres y los espíritus, y se ve obligado a confluir con el mundo oscuro; ganarse a los santos de las religiones populares que utilizan cantos totalmente distintos.

Chamanismo de Artes de México
José Ángel Rodríguez. Atanasio, aprendiz de mara´akame, Cerro del Amanecer

El chamanismo en distintas zonas de México

En Tlacotepec los chamanes no aprenden con los libros, aprenden a través de los sueños. Ven, pero no con los ojos, ven a través de la capacidad vinculada con el conocer la forma genuina de los seres; perciben la noche como si fuera el día y aprenden a usar el tabaco y la cal con fines terapéuticos; los Tesifteros de Texcoco, Estado de México, también tienen una relación importante con los sueños, pues después del golpe de un rayo o la enfermedad, los sueños se vuelven el núcleo de su proceso de iniciación, tienen conexión con el agua y los ahuaques, o con dueños del agua que son los encargados de cuidar los manantiales y riachuelos.

En Tepetzintla, Puebla, está bien visto si uno tiene el don del chamán, pero en Cuacuila es motivo de miedo. En Cuacuila, por ejemplo, los nenenkame –los espíritus– reclaman a la gente como chamán y éste no puede rechazarlo, si lo hace morirá, pero al aceptarlo se verá obligado a entablar una conexión. Después de la aceptación, entra a una cueva que sirve como la morada de entidades no humanas para poder ejercer como mediador entre el mundo humano y el mundo espiritual.

Chamanismo de Artes de México
Iván Pérez. Pacientes que se dirigen a la cueva de Xochitepek.

Otros casos y los factores comunes

En Tepehua el chamán busca propiciar el movimiento de las cosas a través de rituales llamados Jalakilhtúntin – Costumbres en español–, estos rituales tienen dos funciones, una para solicitar la lluvia o claman su apaciguamiento, agradecer los frutos tiernos del maíz, o pueden estar dirigidos a recuperar el alma de un enfermo. Si el interés es colectivo se les llama Costumbres grandes, si es para agradecer se les llama Costumbres de promesa.

En Durango, los tepehuanos saben curar enfermedades que se originan cuando una persona transgrede las prescripciones rituales, como no ofrendar velas o comer sal. Uno de sus ritos más importantes es la corrida del alma, que se lleva a cabo cuando alguien ha fallecido. Este rito involucra a los miembros de la familia y lo hacen para despedir al difunto.

Los rituales chamánicos comparten una variedad de reglas y procesos rigurosos para volverse mediadores o curanderos. Deben saber lo que implica su papel en la sociedad humana y la espiritual, además, de usar el silencio para poder realizar sus procesos o el ruido para generar el silencio de los espíritus. Sin duda, lo que une a todos los chamanes de las distintas regiones de México es que todos aprenden a través de la experiencia y no con libros.

Artes de México

Lo dice el reportero