Ante la crisis hídrica que se vive en la región, La Calera, en Colombia, ha comenzado una batalla legal con Coca-Cola para tratar de retomar el control de los manantiales, sin embargo se han topado con una pared de corrupción que sostiene la empresa con su poder económico y se refuerza con las omisiones de las autoridades.
Ciudad de México, 12 de octubre (SinEmbargo).- La gigante transnacional Coca-Cola mantiene desde hace varios meses una disputa legal con los pobladores de La Calera, un municipio colombiano ubicado en la provincia de Guavio, en el departamento de Cundinamarca, debido a una concesión que tiene la refresquera para explotar los pozos, mientras la mayoría de la gente sufre por el desabasto de agua.
En 2024, La Calera sufrió por la falta de agua debido a las sequías generadas por el fenómeno de “El Niño”, pero también por las afectaciones generadas a lo largo de los años por un desmedido crecimiento urbano que ha provocado una excesiva dependencia de los embalses.
A esta situación se suma la concesión de aguas subterráneas para embotellar en La Calera que obtuvo Coca-Cola hace 42 años. La discusión se ha intensificado en las últimas semanas luego de que los pobladores exhibieran fotografías en donde se aprecia cómo manantiales ubicados en la vereda de Santa Helena fueron tapados con cemento supuestamente por parte del sistema de captación hídrica de Coca-Cola.

Un problema de varias décadas
La disputa por los manantiales en La Calera se remonta a los años setenta, cuando un ciudadano italiano que vivía en Colombia comenzó con la búsqueda de un yacimiento de agua para impulsar un negocio de agua embotellada, algo que para ese tiempo era novedoso. Fue hasta 1981 que dio con los pozos de La Calera y empezó el proceso legar para obtener una concesión que le permitiera extraer el agua para comercializarla. Así nació Agua Mineral Manantial y dos años mas tarde, en 1983, comentó su venta al público.
Ante el éxito del negocio, un grupo de embotelladoras autorizadas de Coca-Cola adquirieron Agua Mineral Manantial en 1983 y años mas tarde la empresa sería absorbida por la transaccional a través de una fusión en 1996. Desde entonces, la concesión, que debe renovarse cada diez años, ha sido adjudicada por autoridades colombianas a la refresquera.
Ahora, 43 años mas tarde y ante la crisis hídrica que se vive en la región, La Calera ha comenzado con una batalla legal con la refresquera para tratar de retomar el control de los manantiales, sin embargo se han topado con una pared de corrupción que sostiene la empresa con su poder económico y se refuerza con las omisiones de las autoridades.
Al respecto, la empresa se pronunció y publicó un comunicado en el que señaló que la captación de agua que hace del manantial de la vereda Santa Helena “no afecta, de ninguna manera, el suministro de agua de La Calera”.

Coca-Cola, que opera opera la embotelladora Manantial en La Calera, indicó que las autoridades han confirmado que la concesión de la planta Manantial no tiene relación con el suministro de agua de Bogotá.
“El abastecimiento de la capital depende exclusivamente de su sistema de acueducto”.
En cuanto a las denuncias por cubrir con cemento los manantiales, Coca-Cola afirmó que afirmó que “las cajas de mampostería cumplen con las especificaciones autorizadas por la autoridad, dentro del sistema de captación, y su objetivo es proteger la fuente hídrica”.
La refresquera agregó que “las imágenes difundidas recientemente no reflejan el estado actual de la infraestructura. Así mismo, se debe señalar que la compañía únicamente capta el caudal autorizado”.
Finalmente, la empresa aseguró que mantiene un compromiso con la comunidad de la Calera y su gente impulsando iniciativas de cuidado del agua.
“Nuestro compromiso es claro y medible: eficiencia hídrica en planta, monitoreo y reportes permanentes a la autoridad y acciones de conservación y restauración con aliados y comunidades que adelanta el Sistema Coca-Cola bajo su política de sostenibilidad. A través de iniciativas como Agua por el Futuro, contribuimos a la reforestación, restauración de cuencas y protección de bosques en más de 1.500 hectáreas de La Calera y municipios cercanos”





