Fernando Delgadillo, el eslabón perdido de la nueva trova mexicana o cómo componer canciones los lunes

24/02/2013 - 1:00 am

Fernando Delgadillo. Foto: Especial

Ciudad de México, 24 feb (SinEmbargo).- En México ya no se escuchan las canciones de Silvio Rodríguez. Aman, eso sí, a Serrat y a Sabina, porque es imposible no quererlos, pero a poca gente le caen tan simpáticos como en otros sitios del continente los veteranos Ana Belén y Víctor Manuel.

Digamos que Pablo Milanés es un perfecto desconocido para las nuevas generaciones y si no fuera porque el grupo chileno Los Bunkers, que reside en el Distrito Federal, ha grabado un hermoso disco con canciones de Silvio, pocos jóvenes sabrían exactamente quién es el autor de “Sueño con serpientes”.

Hubo mejores épocas para la trova, claro. Y muy dignos exponentes, por caso Alejandro Filio, un verdadero baluarte del género.

Pero la trova, no, ya no es de estos tiempos, al menos en este país donde la proximidad con los Estados Unidos permite el arribo de casi todos los artistas vigentes en aquella nación poderosa y, donde va de suyo, el reggaeton, Lady Gaga y Calle 13 han hecho estragos en las nuevas (¿y sordas?) generaciones.

Sin embargo, la “canción de autor” se defiende en los rincones, en los pubs (cada vez más escasos), en las reuniones caseras donde no falta el que saque una guitarra y arremeta con “Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo”.

Y, en ese sentido, hay un caso extraordinario, digamos, el eslabón perdido de la trova mexicana:

Fernando Delgadillo es uno de esos artistas que en el México silencioso y poco dado a las noticias espectaculares, ha construido una sólida carrera profesional que en 2012 llegó a las bodas de plata.

Vestido y alborotado para la ocasión, en lo que cabe de alboroto en un hombre más bien introvertido y aficionado a las melancolías lánguidas que caen en las tardes de su Naucalpan querido, el trovador (anacronismo si los hay, pero nunca mejor definición si se la aplica al autor de, entre otras, “Hoy ten miedo de mí”), festejó en 2012 con un magno concierto en el Teatro Metropolitan, en el Centro Histórico, un escenario reservado sólo a los grandes.

Fue el 12 de noviembre, un día después de que cumpliera sus primeros 46 años, más de la mitad de los cuales los dedicó a un género inclasificable y no por ello menos potente que podríamos denominar nueva trova mexicana.

Allí cantó los temas de su reciente producción discográfica, Desde la isla del olvido, y calmó las ansiedades del personal interpretando sus clásicos como “Julieta”, "Entre pairos y derivas" y “No me pidas ser tu amigo”, entre ellas.

LOS NÚMEROS ESTRAMBÓTICOS DE UN ARTISTA INDEPENDIENTE

Sin mucho ruido aunque con muchas nueces, los números de Fernando Delgadillo dejan con la boca abierta: hablamos de un artista independiente, sin contratos ni exclusividades con disqueras ni con televisoras, que ha publicado 14 discos y ha escrito casi 150 canciones.

Se ha presentado en toda la República Mexicana, en Estados Unidos, en algunos países de habla hispana como Costa Rica, Guatemala, España, Cuba, Colombia, República Dominicana y hasta en China.

Con sus dos discos anteriores, realizó aproximadamente 90 presentaciones por todo el país, durante el lapso de un año, con gran éxito, situándose como el único artista independiente que ha logrado este impacto en México.

Su sitio oficial registra más de 2 millones 250 mil visitantes, cifra que crece diariamente. Además, cuenta con varios sitios no oficiales y su música se encuentra en foros de información sobre trova a nivel internacional.

Por mucho menos que eso, artistas de dudosa procedencia cantan en las competencias oficiales y ganan discos de oro dizque también de platino, una circunstancia que no parece afectar la seguridad en sí mismo de un cantautor cuyo premio mayor es la constancia y una enorme masa de gente que lo sigue y tararea de memoria muchas de sus canciones.

Dice que empezó a cantar porque nadie iba a querer entonar sus rolas; sus temas son la realidad, el amor, el desamor y la vida interior de un tipo sensible y sencillo que ha dedicado su vida a este oficio.

LO PASADO Y LO PENDIENTE PARA EL AUTOR DE “HOY TEN MIEDO DE MÍ”

-       ¿Es de hacer números y de contabilizar los años transcurridos?

-       Pues es algo que se va acumulando sin que uno lleve demasiado la cuenta, hasta que un buen día lo revisas…

-       ¿Y cómo se siente con el tiempo transcurrido?

-       Bien, me siento bien. Contento y satisfecho por muchas cosas y sediento por otras. Me falta cumplir con planes pendientes. Uno se involucra en el ir y venir de las circunstancias, de los conciertos en el interior o fuera del país, en las relaciones personales y muchas veces no hay tiempo para hacer ese disco que quieres.

-       ¿Qué hay en los pendientes?

-       Discos, pero sobre todo canciones. Muchas de ellas están por la mitad, de algunas tengo el final y esas son las más completas. En la composición lo malo es cuando no hay final.

-       ¿Tiene un método para componer?

-       Bueno, en esto de ser autodidacta, la verdad es que uno hace lo que puede y cuando puede, pero en estas semanas intento encontrar un método. Hacer un poco a diario, ponerle los acordes a las letras que ya están terminadas y luego aprenderlos, que es lo que me cuesta más trabajo. Regularmente compongo los lunes. Los lunes son esos días en que todo puede empezar otra vez, incluso las canciones abandonadas.

-       ¿Cómo se lleva con colegas como Alejandro Filio?

-       Bien, aunque él no es estrictamente de mi generación. Cuando empecé a cantar había muy pocas personas que escribían canciones. Tengo 46 años (N.d.R: Filio tiene 51) y conocí a Alejandro y a su hermano David en El Sapo Cancionero. Me entusiasmaba mucho la manera de tocar la guitarra de David y me emocionaban las canciones de Alejandro. Sus frases eran muy buenas, muy interesantes. En esos días yo descubría las canciones que se podían hacer, jamás había escrito ninguna. Cuando nos empezamos a juntar hubo entre nosotros una especie de competencia y al mismo tiempo formábamos una manada donde cada quien buscaba interpretar sus temas. Criticábamos alguna frase que no nos parecía, hacíamos como un taller de canciones. Luego la vida nos fue llevando por distintos caminos. Alejandro se fue a Guadalajara, David a Cuernavaca y yo me quedé en Satélite. Tuvimos nuestras diferencias, es cierto, pero en estos momentos me llevo muy bien con Alejandro y lo siento un autor vivo, siempre en la búsqueda y en el trabajo constante.

EL PÚBLICO, EL AMIGO MÁS FIEL DE FERNANDO DELGADILLO

A Fernando Delgadillo lo sigue un público cautivo que llena los locales de sus conciertos y canta sus temas a viva voz. Se trata de un caso extraordinario de fidelidad a un estilo y a una manera de narrar los hechos cotidianos de un hombre de la mediana edad que se anima a decir lo que siente.

Sin embargo, Fernando no cree que cante siempre para la misma gente.

- Hay poca gente de mi edad en los conciertos. Ahora son sus hijos los que disfrutan mis canciones. La gente de mi generación parece estar ocupada en sus quehaceres y va poco a los recitales.

- De lo que no se salva es de cantar “Hoy ten miedo de mí”, haya jóvenes o viejos entre el público…

-  Sí, es verdad. Esa canción ha sido muy “ayudadora”, muy buena carta de presentación.

- Es miembro activo de un género que podríamos denominar la canción de autor y, en ese aspecto, ¿no se siente a veces fuera de tiempo, de moda?

-  Lo que siento es que uno se inventa su moda. Creo, efectivamente, que la moda puede tener sus formas estéticas y éticas también. Si de repente lo que se usa es ser cínico ahí están todos practicando con el cinismo, pero no me interesa ese plan. Estar fuera de moda es estar en un lugar tranquilo, donde no me peleo ni me desespero por cumplir con ciertos mandatos de las olas que van y vienen. Mis intentos son siempre por ganar la próxima canción. Dicen por ahí que la canción es una sola y que luego uno la va repitiendo constantemente en otras, no lo sé; lo que creo es que no hay que dejar de escuchar la música que nos rodea, la que nos gusta, la que nos sorprende y nos emociona.

-  A usted nunca se lo ve en fiestas o reuniones de la industria musical, ¿es una decisión personal?

-  Sí, por supuesto. He llegado a la conclusión de que lo más valioso que tengo es el tiempo y con él trato de hacer lo que se me antoje. Mis compromisos son casi todos de trabajo, prepararme para estar muy bien dispuesto y a tono para cumplir con todas esas personas que pagaron un boleto para escucharme. También es muy importante la vida personal y el domingo es día de hijos. Tengo tres…

- Los lunes hace canciones…

-  (risas) Exacto. Los martes ensayo y a partir del miércoles comienzan las presentaciones. Así que no sé, pero mi energía es muy pasiva y pacífica, no me da para andar por ahí en fiestas y cócteles.

-  ¿Y se siente usted un artista reconocido en su país?

- Pues me siento bastante cómodo al respecto. En cuanto a los fans, trato de firmar y sacarme la foto con todos aquellos que me lo piden en los conciertos, pero cuando no estoy dando shows más o menos hago lo que me da la gana. Como que no entiendo mucho eso de firmar en papeles. Aunque debo admitir que he pedido algunos autógrafos a lo largo de mi vida.

- ¿A quién le ha pedido autógrafos?

-   Bueno, le pedí a Rubén Schwartzman, a Leo Mashliah, creo que si viera a Juan Carlos Baglietto le pediría un autógrafo, pero no sé…no le encuentro mucho sentido a esa actividad.

-  Decía hace poco Armando Manzanero que el problema con los cantautores en México es el exceso de creatividad, que hay mucha gente que se dedica a hacer canciones, ¿coincide?

- Sí, la verdad que sí. Los espacios se reducen a diario. Cuando empecé a cantar había pocos lugares para hacerlo y 25 años después son “más pocos”. Se habla a menudo de abrir nuevos teatros, pero las peñas se cierran y casi ni existen.

-  ¿Siente nostalgias por aquellas peñas?

-  A veces sí. Son lugares de encuentros y de desencuentros, son puntos de reunión similares a las fuentes de la Edad Media. Para los buscadores de canciones, las peñas constituyen el sitio ideal.

LAS CANCIONES SON MÍAS, MÍAS, MÍAS…

Fernando Delgadillo ha recibido varias ofertas de las que son llamadas disqueras grandes. Se trató, dice el músico, del planteamiento de contratos que siempre le convenían a los sellos discográficos, pero que no resultaban ventajosos para el cantautor.

- Siempre he sido independiente. Trabajo con una distribuidora que se llama Difusora del Folklore, antes Discos Pueblo, pero ellos sólo colocan mis discos en las tiendas. Los álbumes los hago yo. Es un hecho que se ha dado por las circunstancias y que ha tenido indudablemente sus ventajas. Sobre todo, no tengo que estar cumpliendo con una agenda ajena. Hacer un disco cada determinado tiempo, el que marque la disquera, obliga al artista a sacar un primer material muy bueno, el segundo no tanto y luego tienes las compilaciones y todo eso que no ayuda mucho en la carrera.

-  ¿Por eso le dijo que no a los sellos grandes?

- Sí, pero sobre todo porque no se trataba de ofertas muy venturosas. Lo que ellos querían era comprarme todo el material. Iba a tener el dinero, pero me quedaba sin las canciones. Así, los temas son míos y de repente los transformo porque dicen cosas que ya no siento o los arreglo de un modo distinto, hago lo que quiero con ellas. Eso es importante para mí.

- ¿Está contento con los discos que ha hecho? ¿No pensó hacer por ejemplo un disco de dúos?

-  No, la verdad no. Mis canciones tienen mucho texto, están demasiado llena de palabras, no sé si otros las querrían cantar. Mis temas a veces parecen trabalenguas, son difíciles para los cantores. A veces siento que si no las canto yo, nadie lo va a hacer. Precisamente por eso me hice cantautor, para que existiera otra opción, otro estilo. Claro que hay gente como Anita Díaz, de Oaxaca, Mexicanto, Nicho Hinojosa, que cantan mis temas de vez en cuando. Y si me gustan como lo hacen los felicito y si no, no. (risas).

Mónica Maristain

Mónica Maristain

Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.

Lo dice el reportero