Ciudad de México, 24 abr (Sin Embargo).- No es tarea fácil entrevistar a la locutora, productora de música y dueña de un bar en la Zona Rosa, el Scary Witches, Clauzzen Hernández.
No porque este experimentado animal mediático y profesional apasionada e independiente sea alguien reticente a las charlas públicas, sino porque todo lo que hace –y es mucho- la deja sin tiempo para otros menesteres.
No obstante, conversar con esta muchacha oscura, fumadora compulsiva, vegetariana sin fanatismos, guapa sin desesperación, resulta delicioso. Es de esas mujeres que ha ido por lo que es suyo sin pedir permiso y sin abandonar sus ideales “dark”, sin dejar de mostrarse nunca adscripta a una estética que pudiere resultar un tanto extravagante en ambientes donde suelen triunfar damas con otro estereotipo.
Clauzzen, que en sus escasos tiempos libres oficia de DJ y produce por ejemplo las giras del español Enrique Bunbury en nuestro país, ha aceptado, luego de mucho pensarlo, el desafío de conducir una nueva serie para Cosmopolitan TV.
Se trata de Chicas salvajes, que se estrenará el próximo 26 de mayo, por medio del cual Hernández llega al drama de la anorexia, la obesidad, la prisión o el sexo como herramienta de éxito, síntomas y diagnósticos aplicados a una gran cantidad de mujeres en nuestro tiempo.
El programa, grabado entre México y Argentina, cuenta en cada episodio las experiencias de mujeres que desafían las problemáticas actuales del género y que afrontan las nuevas reglas del mundo de hoy con más desventajas que medios, pero sin tirar la toalla.
“Chicas que ante la exigencia de la mirada del otro dejan de comer hasta la inanición. Jóvenes que en una noche de antro beben sin límite y pierden el control de sus vidas. Mujeres sexys que hacen de su cuerpo una empresa. Y otras, que reconstruyen su vida desde una cárcel”, dice el boletín de prensa distribuido por Cosmopolitan.
“NO ES UN PROGRAMA SÓLO PARA MUJERES”
“No es un programa sólo para mujeres”, se apresura a aclarar Clauzzen en entrevista exclusiva con SinEmbargo.
Amante de la cultura dark, conductora en Reactor del programa Hexen El Libro Negro, recibió la propuesta a finales del año pasado y muy pronto se mostró interesada, “a pesar de que mis anteriores trabajos en televisión siempre fueron relacionados con la música y por una cuestión de tiempo bastante rápidas y fugaces”, dice.
– Este tipo de proyectos suelen cambiar la visión del mundo propio, ¿fue así en tu caso?
– Bueno, siempre me han interesado mucho las problemáticas sociales. La bulimia, la anorexia, la prisión, son situaciones extremas que pintan el lado oscuro de la vida que siempre me resultó atractivo. ¿Qué pasa por la mente de las personas que padecen esas situaciones? ¿A qué se enfrentan? ¿Cómo viven? Incluso en el ambiente musical, no sólo me ha interesado la música extrema, sino la vida de quienes la realizan.
– ¿Cómo influyó este programa en tu vida personal?
– Uno de los episodios que más me pegó fue el de chavitas que estaban embarazadas, muy chicas. La anorexia también es un tema que me toca de cerca y enfrentarme a todo ese mundo me movió mucho. Al otro día te despiertas y te dices: Estoy aquí y aquellas niñas siguen en la clínica…es algo fuerte. Se trata de personas reales, no de actores, por los que sus dramas siempre te van a tocar alguna fibra personal. Uno también saca sus propias conclusiones. Hablas con las mujeres en la cárcel, escuchas sus historias, pero no dejas por ello de pensar la razón por la que están prisioneras. Digamos que psicológicamente hablando, no te dejas enganchar tan fácil.
– Y tener que dejar claro, además, que eres un comunicador, no un portador de soluciones…
– Efectivamente. Como bien lo mencionas, yo era un tipo de vehículo para contar determinadas situaciones. Defino mi papel en la serie, sobre todo pensando que los personajes principales son las chicas que cuentan sus historias, como una undercover, como alguien que mira desde afuera y se transforma en una especie de canal emisor. De ninguna manera estaba ahí para dar lecciones morales o juzgar.
– ¿Qué crees que logra un programa como este, si es que logra algo?
– La idea de esta serie no es dictaminar lo que está bien o lo que está mal. Tampoco hay un intento moral ni es una serie que va a profundizar de una manera estadística determinada problemática. De lo que se trata es de reflejar las vivencias de esas personas y que muchas veces nos negamos a ver. Por otro lado, la serie brinda la oportunidad de entrar a sitios que a lo mejor y afortunadamente nunca en tu vida vas a entrar, y hacerlo en forma directa, libre, fresca, sin guión, sin buscar la nota amarilla para conseguir rating.
– Sobre todo porque en la rueda fascinante de la vida todo te puede tocar alguna vez…
– Exacto. Ojalá nadie tuviera que pasar por ninguna de las situaciones que se verán en la serie, pero lo cierto es que lo más probable que mucha gente se sienta identificada.
