
No sólo se manifiestan en las calles. A través de las redes sociales han llamado a la juventud mexicana a participar como observadores electorales el 1 de julio. Hay también la intención de iniciar en los próximos días rutas de capacitación electoral para llevar la información que circula en las redes a lugares en los que no tienen acceso a Internet.
El problema es que parece que las marchas y las propuestas llegan muy tarde. La convocatoria para participar como observador electoral se lanzó el 28 de mayo, apenas cuatro días antes de que termine el período de registro en el IFE. Hasta donde sé, las rutas de capacitación electoral todavía no se concretan y tomará días, si no es que meses, llevar la información a los rincones más aislados del país. ¿Comenzaron muy tarde?
¿Qué va a pasar si Enrique Peña Nieto llega a la Presidencia? ¿Se manifestarán en su toma de protesta el próximo 1 de diciembre? ¿Y qué más? Hay algunos, los más aguerridos, que hablan de una posible lucha armada. En un foro con editores de El Universal, integrantes de #YoSoy132 aseguraron que el verdadero movimiento estudiantil comenzará después del 1 de julio.

Somos una generación acostumbrada a lo inmediato y los grandes cambios toman tiempo. ¿Seguirán luchando dentro de seis años, cuando, convertidos en padres de familia y empleados tengan otras obligaciones y otras necesidades? ¿Defenderán otras causas y buscarán que el movimiento crezca? ¿Podrán soportar la decepción de la derrota y seguir trabajando por el México que sueñan? Yo no los veo como héroes revolucionarios, pero sí les doy el beneficio de la duda.
@fhurias1





