Pro violencia en un mundo en guerra ¿paradójico?

06/07/2025 - 6:31 am

Recientemente se publicaron oficialmente las nuevas regulaciones a las corridas de toros en México. Estas establecen que los eventos taurinos deberán ser "espectáculos libres de violencia", con la intención de mantener la tradición, pero eliminando cualquier forma de maltrato o muerte del toro. Aunque esto no es del todo cierto, aún existiría un maltrato psicológico durante las corridas.

Las sanciones por lesionar o matar a un toro podrían alcanzar los 339 mil pesos mexicanos.

La reforma no prohíbe las corridas, pero las reconfigura por completo: sin sangre, sin heridas, sin muerte, ni antes, ni durante, ni después del evento.

Por supuesto, esto no es lo ideal. Ningún animal debería ser utilizado para entretener, con o sin violencia. Sin embargo, esta medida representa un avance enorme, un paso importante para los animales. Es la manifestación de un cambio cultural profundo: el mundo empieza a reconocerlos como seres sintientes, con derechos.

No todo el mundo está feliz con esta noticia, algunas reacciones han sido impactantes. La Plaza México, por ejemplo, declaró en un comunicado que sin violencia las corridas "no valen nada" y que dejarán de organizarse. Acusan que esto equivale a una prohibición encubierta que pone en riesgo la continuidad del toro de lidia, y sostienen que esta tradición debe preservarse.

¿En qué momento una tradición se vuelve más importante que la vida y la integridad de quienes participan sin haberlo elegido?

Ganaderos y criadores alegan que la raza del toro de lidia podría desaparecer, ya que su crianza pierde “sentido” si no es para ser torturado y asesinado en público. Algunos advierten que el 90 por ciento de estos toros serán enviados al matadero al no poder participar en espectáculos. Pero, si al final el destino es el mismo, ¿no es esta lógica profundamente contradictoria? Además, matar toros fuera del ruedo para “evitar” que mueran en él va en contra de la propia regulación.

Buscan justificar la crueldad

Citar a un taurino diciendo: “Sin la lidia tradicional no hay liberación de endorfinas” es, francamente, aterrador, buscan justificar esta crueldad alegando que el toro dejará de sentir dolor bajo esta lógica. Que la violencia y el sufrimiento de un ser vivo generen placer demuestra que el mundo tardó demasiado en actuar.

La preocupación por la posible extinción del toro de lidia es económica y cultural, no biológica. No es una especie silvestre que desaparecería de forma natural, sino un animal criado con el único fin de ser explotado y violentado.

Los ganaderos y criaderos de toros y gallos “de pelea” se reunieron para hacer una manifestación, defendiendo sus crueles tradiciones.

En un mundo en guerra, con tanto dolor y caos, ¿cómo es posible que haya protestas para exigir más violencia? ¿Cómo se atreven a pedir que continúe el sufrimiento innecesario? Todo esto resulta, simplemente, increíble.

Manifestantes apoyando las peleas de gallos
Protesta en CdMx contra la regulación de las corridas, apoyando a las peleas de gallos. Foto: Alejandro Santos

Este cambio en la legislación no es el final de la lucha, pero sí un momento clave en el despertar colectivo hacia una relación más ética con los animales.

La eliminación de la violencia en las corridas no borra el uso de los toros como entretenimiento, pero sí envía un mensaje contundente: la crueldad ya no es justificable bajo el disfraz de la tradición. El futuro que queremos construir es uno donde el respeto por la vida y la empatía sean más valiosos que cualquier espectáculo. Que esta sea una señal de que otro mundo es posible, incluso en las plazas donde antes solo había sangre.

Ximena Machete

Ximena Machete

Nacida en la Ciudad de México, a mis 29 años soy tatuadora, artista plástica y defensora de los derechos de los animales. Los últimos 6 años de mi vida los he dedicado a ser la encargada del bienestar de los animales del Santuario Libres al Fin en Monterrey, Nuevo León.

Lo dice el reportero