Ryan Dubé, reportero de The Wall Street Journal con sede en Lima, Perú, escribe que "Ecuador ha pasado en pocos años de ser uno de los países más seguros de la región a estar entre los más mortíferos del mundo". "Cinco de las 12 ciudades con mayor índice de homicidios del mundo se encuentran en Ecuador, y Durán ocupa el primer lugar, según el Instituto Igarapé, un centro de estudios brasileño especializado en violencia", añade.
Ciudad de México, 27 de agosto (SinEmbargo).– No es que el consumo de drogas de Estados Unidos (EU) se haya salido de control desde hace décadas. Tampoco es el enfoque de “guerra” que le da esa nación a la lucha contra las drogas. Es México. Su “incapacidad” para controlar a los cárteles de la droga.
O al menos ese es el enfoque de The Wall Street Journal en un amplio reportaje publicado hoy que titula: “Los cárteles de México están exportando su sangrienta rivalidad a Ecuador y más allá”, y con un sumario que agrega: “Las dos redes de narcotráfico más poderosas están enfrascadas en una disputa territorial por el control de una ruta clave de contrabando en Sudamérica. Los cadáveres se acumulan”.
Ryan Dubé, corresponsal del diario con base en Lima, Perú, inicia su reportaje dentro de la casa de seguridad de una pandilla a la que los agentes de policía de Ecuador le dan acceso. Encontraron un santuario dedicado a la Santa Muerte.
Como es sabido, Daniel Noboa, Presidente de Ecuador reelecto en 2025 entre acusaciones de fraude, es considerado criminal por México después de que asaltara la Embajada, el 5 de abril de 2024. Fuerzas de seguridad violaron territorio soberano por orden de Noboa para capturar al exvicepresidente, Jorge Glas, quien tenía estatus de refugiado en la Embajada.
El periodista de The Wall Street Journal agrega:
“La estatua de 1.5 metros estaba flanqueada por una imagen más pequeña de Jesús Malverde, un bandido bigotudo del siglo XX venerado por los narcotraficantes mexicanos. Sicarios ecuatorianos encendieron velas y rezaron a las estatuas pidiendo protección antes de salir a matar a su próxima víctima, dijo Roberto Santamaría, un policía que ayudó a descubrir el santuario en enero. Habían adoptado plenamente las prácticas de sus patrones de los cárteles extranjeros”.
Luego dice que los cárteles mexicanos Jalisco Nueva Generación y Sinaloa se han extendido a más de 40 países para satisfacer la creciente demanda de cocaína en Estados Unidos, Europa y Australia. “Su disputa territorial se extendió a Ecuador, que se convirtió en un objetivo prioritario gracias a su ubicación estratégica entre los dos mayores productores de cocaína, Colombia y Perú. Los cárteles operan a través de bandas locales que se han fortalecido y vuelto más peligrosas al adoptar las tácticas macabras de la guerra contra el narcotráfico en México. Ecuador ha pasado en pocos años de ser uno de los países más seguros de la región a estar entre los más mortíferos del mundo. Cinco de las 12 ciudades con mayor índice de homicidios del mundo se encuentran en Ecuador, y Durán ocupa el primer lugar, según el Instituto Igarapé, un centro de estudios brasileño especializado en violencia”.

Según Ryan Dubé, la influencia de los poderosos cárteles mexicanos y otros sindicatos del crimen internacional “hace que sea mucho más difícil contener la matanza para el Presidente Daniel Noboa, un aliado de la Administración Trump que fue reelegido en abril con promesas de frenar la violencia. Los homicidios aumentaron a la mitad en los primeros seis meses de este año, según cifras oficiales, y mayo fue el mes más sangriento registrado. La tasa de homicidios en Ecuador se acerca a un máximo de aproximadamente 50 por cada 100 mil habitantes en 2025, aproximadamente el doble que la de México. En 2018, la tasa de homicidios en Ecuador fue inferior a seis por cada 100 mil habitantes, similar a la de Estados Unidos”.
El mismo periodista asegura, en un texto de abril de este año, que “la estrategia de Noboa para combatir a las bandas de narcotraficantes locales vinculadas a organizaciones criminales colombianas, mexicanas y albanesas ha sido comparada con la del Presidente salvadoreño Nayib Bukele, quien ha realizado redadas masivas y encarcelado a miles de pandilleros. Esto ha reducido drásticamente los homicidios en el pequeño país centroamericano en más del 90 por ciento desde 2015”.
“Pero Noboa, un descendiente de centroderecha de 37 años de un magnate bananero que fue elegido por primera vez en octubre de 2023 para terminar el mandato de un Presidente que había renunciado, ha tenido dificultades para tomar el control de un país que pasó de ser uno de los más pacíficos de América Latina a uno de los más violentos del mundo", apunta el corresponsal de The Wall Street Journal en ese texto de abril.

En el que publica hoy, Ryan Dubé dice ahora que Noboa busca el apoyo de Estados Unidos, “donde el Presidente Trump ha ordenado al Pentágono que prepare opciones para usar la fuerza militar contra los cárteles mexicanos que ha designado como grupos terroristas. Noboa quiere reabrir una base militar estadounidense en Ecuador. Su Gobierno también colabora con Erik Prince, el mercenario estadounidense que fundó Blackwater, para entrenar a la policía y los soldados ecuatorianos”.
“El Cártel de Sinaloa envió emisarios a Ecuador desde 2003, según la policía. Ecuador contaba con buenas carreteras, pocos requisitos de visa y una economía dolarizada que facilitaba el lavado de dinero proveniente del narcotráfico. A medida que Colombia intensificaba las operaciones antinarcóticos con el apoyo de Estados Unidos, las rutas de tráfico se trasladaron a Ecuador, donde cientos de kilómetros de costa quedaron desprotegidos tras el cierre de una base aérea estadounidense en Manta en 2009”, se lee en el reportaje.
Y entonces, sostiene, la corrupción floreció a medida que los narcotraficantes sobornaban a jueces, políticos y funcionarios de seguridad del Estado. Según los fiscales, los narcos “se dieron cuenta de que el punto débil de la región era Ecuador", según Fausto Salinas, exjefe de la policía. Sinaloa se asoció con Telmo Castro, un capitán del ejército que utilizaba vehículos militares para transportar cocaína desde la frontera con Colombia hasta la costa, según la policía ecuatoriana. Pilotos mexicanos recogían la droga en pistas clandestinas”.

Castro ganaba unos 600 mil dólares por carga, según declaró Jorge Cifuentes, colombiano que fue uno de los principales proveedores de cocaína de Sinaloa, durante el juicio en Estados Unidos de 2018 contra el capo de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán. Castro fue asesinado en prisión en 2019, dice el diario.





