La agresión de una médica del IMSS a la familia de un niño con cálculos renales exhibe varios problemas del sistema de salud público.
Ciudad de México, 17 de octubre (SinEmbargo).- Una médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) agredió a la familia de un niño de seis años, quien llevaba varias horas en el área de urgencias con un dolor insoportable debido a cálculos renales.
Fue en la madrugada del domingo 12 de octubre cuando llegaron a urgencias del Hospital General número 18 del IMSS, en Playa del Carmen, Quintana Roo. El pequeño estaba bajo tratamiento para una alergia. Pero el medicamento le causó un efecto secundario: se cristalizó y le provocó lo que se conoce como “piedras” en el tracto urinario.
La familia subió videos del niño, grabados en las instalaciones del IMSS, en los que se escucha cómo llora por los severos dolores que causa este padecimiento, mientras corren al baño. Otros de los síntomas es la necesidad constante de orinar.
De acuerdo con el relato de la familia a periodistas locales, al llegar a urgencias se les avisó que tardarían unas dos horas en atenderles. Pasó más tiempo y la única paciente que había, además del niño, ya había salido de la consulta. Así que la mamá y el papá del niño volvieron a pedir ayuda.
La doctora Cyndi, a quien vimos en el video, les dijo que esperaran más. Un rato después notaron que ella y sus colegas sí estaban "muy ocupados". Del consultorio salían carcajadas. Seguramente estaban atendiendo a Teo González.
Con molestia, fueron a reclamar y grabaron el momento. En el video, se escucha decir al papá que el personal médico no está trabajando y que sólo les hacen muecas cuando se lo exigen. Es en ese momento cuando la médica se abalanza contra la mamá del niño. Después, sólo se escuchan gritos y la siguiente imagen es de la doctora Cindy en el piso. Según la familia del niño ella misma se tiró. Lo que sí está grabado es cuando ella se levanta y vuelve a intentar golpearles.
El IMSS Quintana Roo emitió un comunicado que titula: “Se investiga altercado entre médica y familiares de paciente”. Puesto así parece que se trató de una discusión por el turno en la fila, y no de una médica agrediendo a la familia de un niño que debía ser ingresado inmediatamente. El IMSS indicó también: “el menor recibe atención médica”. Fue operado hasta el martes, aunque llegó la madrugada del domingo, y se encuentra estable, según la familia.
Desafortunadamente, las historias de negligencia, trato indolente, demoras excesivas e incluso agresiones por parte del personal del IMSS no son algo nuevo. Tampoco en otras unidades médicas del sistema público.
Veamos, la formación de estudiantes de medicina en México ha avanzado en incluir contenidos de derechos humanos y salud mental. Sin embargo, la educación que reciben en estos temas sigue siendo limitada e insuficiente.
Lo que sí es parte de su formación son la explotación y los abusos. En las pasantías se les somete a explotación laboral, la cual deben soportar como una especie de prueba de resistencia para demostrar que sí podrán ejercer. La privación del sueño y otras formas de violencia han sido normalizadas.
De esa manera, en poco tiempo, la templanza que deberían desarrollar para atender una emergencia es reemplazada por el tedio, el hastío y la deshumanización hacia los pacientes.
Quizá en este caso en particular habría que atender la salud mental de la médica, quien grabó un video antes de ser revisada por una médica legista. Cindy mostró varios moretones, algunos, dijo, se los causó la familia del paciente. Pero otros, según ella, fueron consecuencia de los golpes que le propinó su compañera de vivienda. Después, se hicieron virales imágenes de ella, tirada en la calle, aparentemente bajo los efectos de alguna sustancia.
Eso es en lo particular. Pero en lo general, existe en el sistema de salud una cultura elitista y clasista. Sobre todo en el sistema público. También desde su formación, el personal médico es socializado como portador del saber legítimo, lo que genera una relación vertical con los pacientes. Es decir, donde los doctores están por encima de la gente, especialmente de las personas empobrecidas, indígenas o con menor nivel educativo.
Esa cultura desvaloriza el conocimiento o la experiencia de quien atienden. Cuántas veces les ha pasado que le dicen “doctor, me duele aquí” y él: “no, no te duele”. O, siento tal síntoma y la doctora: no, no puedes sentir eso.
Afortunadamente, también existen profesionales que nos han salvado la vida, que han acompañado nuestros procesos de recuperación con dedicación y empatía, y que incluso han arriesgado o entregado su propia vida, como ocurrió durante la pandemia de Covid-19. Y muchas de estas personas también están en el IMSS y en otras instituciones públicas. ¡Saludos al personal del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez!
Pero, pues nunca falta gente así, que estudió años para convertirse en experto… en ignorar a quienes necesitan ayuda.






