
Ciudad de México, 2 mar (SinEmbargo).- Nació como Michael Peter Balzary el 16 de octubre de 1962 en Melbourne, Australia.
Una biografía del conocido como Flea debería iniciar con el título que él mismo suele poner en entredichos: el mejor bajista del mundo. En este asunto, como es lógico, jamás nos pondremos de acuerdo.
De hecho, en una encuesta llevada en 2012 por la web Musicradar.com, ni Les Claypool, de Primus, ni el músico de Red Hot Chili Peppers fueron elegidos los mejores del mundo.
El título, según los fans que participaron en la encuesta, quedó en manos de Chris Wolstenholme (1978), el bajista de Muse, por su línea en “Hysteria”, el tema que aparece en el disco Absolution, publicado en 2003.
Como sea, ningún amante del rock que tenga como bajista preferido a Flea, podría equivocarse, sobre todo porque al mando de su instrumento (que toca en forma prodigiosa tanto en formato acústico como eléctrico) ha inspirado a más de una generación de adoradores de las cuatro cuerdas.
Artista inquieto, dueño de una personalidad enérgica y vital, el gran proveedor de alegría a su banda, uno de los músicos más queridos por sus colegas, toca la trompeta, practica surf, ha participado como actor en algunos filmes y no sólo toca con RCHP.

De hecho, la semana pasada salió el primer disco de Atoms for peace, Amok, la aventura de Flea junto al vocalista de Radiohead, Thom Yorke.
Fundador del conservatorio de Silverlake para fomentar el desarrollo musical entre los jóvenes, el ex estudiante de la Universidad de Southern en California, también tiene su disco en solitario, un trabajo titulado Helen Burns, que el propio bajista ha calificado de “raro y arty”.
En el disco, Flea toca también el piano y tiene como artista invitada a su amiga Patti Smith, impulsado por un deseo que enunció hace años: “Quiero ser mejor compositor y por eso, de vez en cuando, pongo menos énfasis en el bajo”, declaró.
“Fueron demasiados los elogios que recibí como bajista, quiero intentar otras cosas”, supo decir este practicante asiduo de la meditación trascendental, para quien la técnica musical (y es uno de los músicos de técnica más pulida que existan) siempre tiene que ubicarse un lugar más debajo de la expresión y el contenido del arte.
“No soy de los que disfrutan que el bajo esté en el centro del escenario. Quienes quieran eso de mí que vayan a escuchar a Michael Manring. Ese es su bajista”, dijo en una oportunidad.
IRA, MIEDO Y AMOR: LO QUE DEBE DAR LA MÚSICA
Para Flea, la música debe ser un proveedor de ira, miedo y amor, nunca la manifestación de la técnica perfecta. Los virtuosos que entregan set complejos, “pero que no te hacen sentir una sola emoción”, no son de su interés.

El australiano se considera por sobre todas las cosas un artista y como tal danza y se para de cabeza en el escenario, alimentado por la estética de Charlie Chaplin y motorizado por la energía de un género que, según su punto de vista, ya no existe.
“El punk rock cambió mi vida, pero no creo que exista ya esa música. Me gusta Green Day, por ejemplo, pero no lo llamaría un grupo de punk rock. La música divertida y pasar un buen rato son conceptos que están bien, no tengo nada en contra de ellos, pero eso no es punk”, dijo.
Amante del bebop, la mejor música que a su juicio ha dado Estados Unidos, ha contado en varias entrevistas que lo que cambió su vida para siempre fue conocer a Anthony Kiedis en la escuela secundaria.
“Fue el primer chico que conocí que no daba una mierda por ser como cualquier otra persona. La forma de hablar, de vestir y en que actuaba, tuvieron una gran influencia en mí.
Anthony y yo nos sentábamos a escuchar a Eric Dolphy tocar el clarinete en “God Bless the Child”. No hay nada más asombroso que un ser humano creando esa energía a través de un instrumento, nunca he llegado a ese nivel, porque no he estudiado suficientemente para llegar a ser como Eric Doplhy”, ha dicho Flea.
“Mi música se basa principalmente en la intuición y el instinto, pero podía ir más allá con una mejor comprensión de la teoría”, explicó el músico que el domingo, junto a Red Hot Chili Peppers, regresa a México para dar un concierto alrededor del reciente disco de la agrupación, I'm With You.

Se trata del décimo disco de estudio de la banda formada en 1983 y que en 2009 perdió a su mítico guitarrista, John Frusciante, quien prefirió dedicarse a su carrera en solitario.
John, el adorado John, para tristeza de la gran masa de seguidores que tiene RCHP en el mundo, ya no está sobre el escenario, aunque reina todavía en el espíritu, en la atmósfera del grupo, sin por ello quitar mérito a Josh Klinghoffer, el nuevo guitarrista.





