“¡Marlon Brando en mi cocina!”: Sara Montiel, la diva española que reinó en Hollywood

10/04/2013 - 1:00 am
Con Alaska grabó a finales del 2009 el tema "Absolutamente" (Foto: EFE)
Con Alaska grabó a finales del 2009 el tema “Absolutamente” (Foto: EFE)

Ciudad de México, 10 abr (SinEmbargo).- “Un día, en mi casa de Los Ángeles, vino la chica que me ayudaba para decirme: Señora, Marlon Brando está en la cocina. Eran las cinco y media de la mañana y él venía a desayunar mis huevos fritos con ajo, a la manchega. ¡He comido huevos manchegos, huevos de la tierra de Don Quijote!, solía decir”, contó Sara Montiel, la diva española fallecida este lunes, a los 85 años, en su piso del aristocrático y madrileño barrio de Salamanca.

España llora la partida de una de las figuras señeras en una industria del espectáculo que nunca se caracterizó por la apertura hacia otros mercados, una situación que está cambiando merced, entre otras cosas, a la internacionalización de figuras como Penélope Cruz y Javier Bardem.

“En España sólo hubo tres divas: Lola Flores, Sara Montiel y Concha Piquer”, dijo este lunes a la TVE la cantante Concha Piquer, dando sin querer testimonio de una época en la que la modestia era sinónimo de mal gusto.

No por nada, los caprichos del destino hicieron coincidir la fecha de la muerte de “Saritísima” con la del nacimiento y deceso de María Félix, la gran diva del cine mexicano.

A México, precisamente, le debe Sara Montiel (1928-2013) gran parte de su incursión en Hollywood, donde no sólo se casó con un director poderoso como Anthony Mann, sino que también enamoró a Gary Cooper, y al citado Brando, quien al no poder conquistarla se conformó con sus célebres desayunos.

En México, Sara fue amiga de Dolores del Río, de Pedro Infante (con el protagonizó tres filmes), de Miroslava y completó una filmografía integrada por 10 películas, entre 1950 y 1956, que constituyeron su base para ser tomada en cuenta en Hollywood.

“¡Ay, qué país México! Qué sitios, qué comida, qué gente. Una industria cinematográfica muy profesional, en plena época de oro. ¡Y la gente se podía divorciar! Una realidad que contrastaba con la España cutre que teníamos. Al instante me hice famosa. Cómo no, si me pusieron al lado de Pedro Infante. Hice tres películas con él. Y me hice mexicana, claro. Todavía tengo mi carta de nacionalidad en la caja fuerte. Cuando me casé con Tony Mann, en Los Ángeles, me casé con mi otro pasaporte, el mexicano”, contó el año pasado al periódico El País.

En una de sus últimas entrevistas, dijo con voz firme: “Primero ha sido el cine, luego el cine y al final el cine. En el medio los hombres, los amantes, pero siempre, por sobre todas las cosas: el cine”, como ejemplo de una fidelidad que mantuvo hasta su inesperada muerte, un suceso del que hablan casi en forma excluyente todos los medios españoles en estos días.

Nacida como  María Antonia Abad Fernández en Campo de Criptana (Ciudad Real), su origen fue humilde, estudió en un colegio de monjas en Orihuela y de pequeña tuvo claro que quería ser artista.

Lo tuvo todo: fama, dinero, hombres que lo hicieron todo para gozar de sus favores y amistad, como el novio eterno, el actor italiano Giancarlo Viola, quien visiblemente afectado dijo este lunes a la TVE que “no habrá nunca una mujer igual”.

Veracruz (1954), de Robert Aldrich, junto a Burt Lancaster y Gary Cooper, Serenade (1956), con Mario Lanza y Joan Fontaine y Yuma (1957), con Charles Bronson y Brian Keith, sellaron su paso por Hollywood, un territorio que abandonó luego de rechazar un contrato millonario de la Warner y volverse a su país y hacer historia, entre otras cosas, por El último cuplé, un filme que produjo merced a un préstamo bancario.

Se hizo rica cobrando 1 millón de dólares por película y construyendo al mismo tiempo una carrera de cantante si bien no prodigiosa, muy convincente y seductora en su media voz ya clásica e inolvidable.

LOS AMORES DE SARA MONTIEL

Estuvo muy unida a su única hermana, Elpidia (17 años mayor), quien murió a los 93 años en 2006, sumiendo a la artista en un profundo desconsuelo.

Aunque en los últimos tiempos llegó a visitar los platós televisivos contando algunos desencuentros con sus hijos Zeus y Thais, adoptados cuando ella tenía 51 años y estaba casada con el empresario mallorquín José Tous, murió reconciliada con sus retoños, a quienes consintió en todo.

Los problemas con sus hijos iniciaron cuando Sara se casó con el cubano Tony Hernández, 38 años más joven, un hombre que sentía pasión fetichista por la estrella desde que era un niño y se convirtió en el cuarto marido de Montiel, para separarse, apenas un año después, en medio de un escándalo mediático que hizo las delicias de la prensa rosa española.

Fueron precisamente sus hijos y el citado Giancarlo Viola quienes más la lloraron en su último paseo por Madrid, rumbo al cementerio de San Isidro, donde sus restos descansarán, por voluntad propia, junto a los de su amada hermana Elpidia.

El poeta León Felipe le enseñó a leer y a escribir. Conoció a Frida Kahlo, a Diego Rivera, a Pablo Neruda, a Alfonso Reyes…Ernest Hemigway le enseñó a fumar puros, un hábito que nunca abandonó.

Foto: EFE
Foto: EFE

“Era la estrella que parecía siempre estar fumando un puro, aun cuando no estuviera fumando un puro”, evocó este martes una periodista española.

Con Sara Montiel se va una diva irrepetible, una reina de aquellos tiempos en que las estrellas no iban al supermercado con la cara lavada y en pantalones de mezclilla, baluarte de una época tal vez ingenua, con un sentido del glamour que ya no existe y un valor misterioso adjudicado a todas las estrellas de su raigambre.

El próximo 11 de mayo se realizará un concierto en Madrid para recordarla y una de las calles de la capital española llevará su nombre.

 

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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