
Ciudad de México, 31 de mayo (SinEmbargo).– La fascinación del ser humano por los autómatas provocó que a lo largo de los siglos se crearan máquinas que realizaran funciones cada vez más parecidas a las de las personas. Sin embargo, luego de conseguir que muchos de estos robots complementaran las actividades diarias de la gente e incluso que las realizaran por ellos mismos, una nueva obsesión salió a flote: la de lograr un aspecto humano lo más real posible.
Tomando esto en cuenta, la fotógrafa Luisa Whitton, dedicó varios meses a documentar los esfuerzos de los científicos que tratan a toda costa de crear robots que sean casi indistinguibles de los seres humanos. No obstante, a pesar de que los resultados son fascinantes, también resultan un tanto inquietantes.
Whitton dice que el objetivo de su proyecto es el de "subvertir la fórmula tradicional del retrato y seducir a la audiencia en un debate sobre los límites que determinan la dicotomía de lo que es humano y lo que no. Las fotografías se convierten en documentos de los objetos que se colocan entre la herramienta científica y el simulacro horrible".
Las imágenes de esta fotógrafa establecida en Londres suelen ir acompañadas de entrevistas transcritas entre ella y los científicos. De hecho, una de esas conversaciones fue la inspiración para el título de su proyecto. Mientras hablaba con el experto en robótica Hiroshi Ishiguro, de la Universidad de Osaka, sobre el significado de ser humano, ella le preguntó: "¿Qué pasa con el corazón?" Ishiguro tomó su pregunta metafórica de manera literal y respondió: "Esa es la parte más fácil, los corazones artificiales son muy populares ahora. El hígado es más difícil".
Las fotos de Whitton son inquietantes, y no sólo porque en ellas aparezcan retratadas, por ejemplo, rostros sin cuerpo sostenidos por unas manos, sino porque evoca a escenas que parecen sacadas de películas de ciencia ficción como Westworld (Oestelandia), que pocos creyeron ver alguna vez en la vida real.

De acuerdo con el sitio web de la artista, esta serie es un proyecto en curso a largo plazo, enfocado precisamente en un nicho de la industria de los autómatas en el que japoneses están desarrollando robótica humanoide como una herramienta de investigación para comprender qué significa ser humano mientras la tecnología avanza.
El proyecto fotográfico saca a la luz varias interrogantes para el espectador quien se introduce en otros temas relacionados con la "humanización" de los robots, tales como la transformación de las personas en cyborgs. Parte máquina, parte humano. Así, Whitton aborda temas como la utilización de órganos artificiales para utilizarlos en autómatas.
"La definición de seres humanos será más complicada, no hay definición absoluta. Utilizamos órganos artificiales cada vez más, y reemplazamos nuestros cuerpos con las máquinas", dijo Ishiguro al respecto.
Por otra parte, el trabajo de la fotógrafa también plantea las dudas espirituales que se le atribuyen siempre a los intentos por crear vida, incluso aunque esta sea parcialmente robótica.
"No somos tan serios acerca de la religión. En Estados Unidos, algunos estados se niegan a enseñar el darwinismo. Eso es muy extraño para mí", dijo el científico Minoru Asada. "Como científicos japoneses tenemos una libertad de este tipo de pensamiento. Pensamos sobre la tecnología y la filosofía libres de la religión".
Por otra parte, Asada cuenta otro tipo de anécdotas relacionadas, como cuando Honda diseñó los robots Asimo y P3, y decidió consultar al Vaticano para saber si estaba bien crear un humanoide. "El Vaticano dijo sí", contó el científico. "Les dijeron: Dios confía en la humanidad. No hay ningún problema".




