
Ciudad de México, 9 de junio (SinEmbargo).- Pese a que el descubrimiento de planetas potencialmente habitables sea una constante, lo cierto es que encontrar vida en el universo podría ser una rareza. A esta conclusión llegó un grupo de científicos de Estados Unidos que afirman que el viento solar podría disminuir las posibilidades de que se desarrolle vida en exoplanetas ubicados en zonas habitables.
De esta manera, expertos del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (CfA) dicen que las enanas rojas -las estrellas más comunes en la galaxia- están irradiando con vientos estelares potencialmente mortales a planetas en sus zonas habitables, un hallazgo que podría tener un impacto en la búsqueda de vida más allá de la Tierra.
Lo anterior representa un problema para la vida, al menos tal como la conocemos en la Tierra, dijo el físico Ofer Cohen,del CfA.
Cohen y sus colegas usaron un modelo informático basado en datos del viento del Sol -un flujo continuo de partículas cargadas que impregna y define el sistema solar- con el fin de estimar el entorno espacial alrededor de enanas rojas.
"Encontramos que las condiciones son muy extremas. Si mueves planetas muy cerca de la estrella, la fuerza de este flujo es muy, muy fuerte. Esencialmente, puede despojar al planeta de su atmósfera a menos que el planeta tenga un campo magnético fuerte o una atmósfera gruesa para empezar", dijo Cohen durante la presentación de este estudio en la Sociedad Astronómica Americana.
Alrededor del 70 por ciento de las estrellas en el universo son enanas rojas o de tipo M, que son más frías y más pequeñas que nuestro Sol. Por lo tanto, cualquier planeta adecuado para el agua líquida que se encuentre alrededor de este tipo de estrellas tendría que orbitar mucho más cerca de esta, en comparación con la distancia entre la Tierra y el Sol.

Para tener la temperatura de superficie adecuada para agua, un planeta tendría que estar de entre 14 millones 900 mil hasta 29 millones 900 mil kilómetros de su estrella enana roja anfitriona. La estimación, por otra lado, se hace clara si se compara con Mercurio, por ejemplo, que está a unos 58 millones de kilómetros del Sol y nuestro mismo planeta que se encuentra a más de 149 millones de kilómetros de distancia.
Sin embargo, la presión de la radiación solar aplica casi de igual manera para las estrellas similares al Sol y las enanas rojas.
"Tienes un flujo más fuerte a medida que te acercas cada vez más", dijo Cohen. "Aplica una fuerza de extracción en el planeta. Es más que nada por el hecho de que están cerca, y no depende tanto de la propia estrella".
Las estrellas enanas rojas son también magnéticamente más activas que el Sol y emiten más rayos X y luz ultravioleta, factores que pueden aumentar los efectos del clima espacial. "Los planetas pueden perder sus atmósferas mucho más rápido", debido a las erupciones estelares y otras tormentas de tipo solar, agregó el especialista.
Si bien, la investigación pinta un panorama oscuro para la vida en planetas que orbitan enanas rojas, existe también la posibilidad de que la vida no necesite una atmósfera o un campo magnético a surgir.
"Encontramos vida en ambientes sin oxígeno, con un exceso de oxígeno. Encontramos a bacterias que le gusta vivir en el centro de los reactores nucleares. Les gusta toda la radiación. Nadie espera que la vida esté allí, pero nos encontramos con ella", dijo Cohen. "Tal vez no deberíamos asumir que la vida debe ser exactamente como lo conocemos".




