Robert Trujillo no olvida a su héroe Jaco Pastorius y produce un documental en su homenaje

02/01/2015 - 12:02 am

Jaco Pastorius y su Fender Jazz Bass. Foto: Especial
Jaco Pastorius y su Fender Jazz Bass. Foto: Especial

Ciudad de México, 2 de enero (SinEmbargo).- El pasado 21 de septiembre se cumplieron 27  años de la muerte de Jaco Pastorius, el mejor bajista del mundo como a él le gustaba llamarse y, la verdad, poca gente se animaría a discutir.

Sin embargo, el aniversario no tuvo gran repercusión en las redes sociales ni en los medios periodísticos convencionales, imbuidos como estaban en los hechos de la actualidad vertiginosa.

Pero hay una persona que no olvida al ex integrante de Weather Report, salvajemente asesinado por Luc Havan, un guarura de un antro en Fort Lauderdale, cuya puerta destrozó Jaco al serle negada la entrada.

Se trata de Robert Trujillo, cuya admiración por Pastorius –uno de los más importantes músicos de jazz del siglo XX- lo ha llevado a estar al frente de un proyecto formidable cual es el documental Jaco: I Met My Hero, con producción del célebre bajista de Metallica.

Sting, Flea, Herbie Hancock y Joni Mitchell, entre otros, forman parte de la película que se estrenará el 6 de octubre en la próxima edición del Mill Valley Film Festival.

JACO, EL MEJOR EN TODO

Había nacido el 1 de diciembre de 1951 como John Francis Anthony Pastorius III en Norristown, Pensilvania y desde pequeño su energía resultó avasalladora e inagotable.

Llamado a ser un atleta prodigioso, también le interesaba la música. Una lesión en el futbol americano lo quitó de la práctica de la batería y lo mandó al bajo, un instrumento con el que llegó a tener gran destreza a edad muy temprana.

Se dice a menudo de un músico virtuoso que se trata de alguien que conoce todos los secretos de su instrumento. En el caso de Pastorius esa máxima se hizo literal el día en que tomó su Jazz Fender 62 y le sacó los trastes. Tenía 19 años, había inventado el bajo fretless e iba camino en convertirse, efectivamente, en el mejor bajista del mundo.

Una imagen clásica del gran Jaco Pastorius. Foto: Facebook
Una imagen clásica del gran Jaco Pastorius. Foto: Facebook

Un demo para cubrir el puesto vacante en Weather Report le dio presencia internacional y al grupo del legendario Joe Zawinul (1932-2007) un giro innovador que se ganó inmediatamente el beneplácito de públicos más allá del jazz.

“Con Alphonso (Johnson) al bajo, Weather Report era un grupo con mucha energía, pero Jaco era único. Era muy diferente del resto de bajistas del momento. Tenía un don casi mágico, lo mismo que Hendrix. Era un intérprete electrizante y un gran músico. Y podríamos decir que fue el responsable de que los chicos blancos se acercaran cada vez más a nuestros conciertos”, dijo Zawinul en la biografía de Pastorius escrita por Bill Milkowsky.

“Antes de la llegada de Jaco nos tenían como a una especie de grupo de jazz esotérico. Habíamos tenido éxito entre los estudiantes universitarios, pero cuando Jaco se unió a la banda empezamos a llenar grandes auditorios por doquier. Para esos muchachos, Jaco se convirtió en una especie de héroe folk americano”, agregaba.

Su incursión espectacular en la música, con una más que estruendosa performance en los escenarios le dieron fama de patán para los críticos y de genio irrefutable para los fans. Los segundos siempre fueron más que los primeros y más temprano que tarde Pastorius fue Pastorius.

“Durante el verano de 1976 y gracias al extraordinario fenómeno de su éxito a tres bandas con Bright Size Life, de Pat Metheny en ECM, Black Market, de Weather Report en Columbia y su propio debut en solitario en Epic, se empezaba a enarbolar a Jaco como la luz que iba a guiar a una nueva generación de músicos de jazz”, dice Bill Milkowsky.

“Poseedor de un tempo perfecto, una entonación impecable, una resistencia asombrosa, una facilidad impresionante, un asombroso sentido de invención melódica y una audacia armónica como improvisador, Jaco llevó el instrumento mucho más allá de lo que habían hecho el pionero del bajo eléctrico Monk Montgomery, los maestros del ritmo James Jamerson, Duck Dunn, Bernard Odum, Willie Weeks, Chuck Rainey o Jerry Jemmott o incluso contemporáneos del mundo del jazz de los setenta como Ralphe Armstrong (Mahavishnu Orchestra/Jean-Luc Ponty), Alphonso Johnson (Weather Re-port) y Stanley Clarke (Return to Forever)”, destaca el biógrafo.

“Además, la manera en que Jaco utilizaba sin precedentes los armónicos como dispositivo melódico, así como la inconfundible voz que sabía extraer del bajo sin trastes (un recurso muy a menudo copiado) lo convirtieron en un auténtico revolucionario”, agrega.

UNA VIDA TRÁGICA

A este virtuosismo nato, a este ser artista desde la cuna, la compensaba un lado B que en la personalidad de Jaco Pastorius se expresaba mediante un diagnóstico de maníaco depresivo, que se agravó cuando a mediados de los 70 comenzó a consumir alcohol y cocaína.

Hasta entonces, el músico extraordinario era también considerado un hombre de familia (se había casado con Tracy Sexton, con la que tuvo dos de sus cuatro hijos), pero no pudo sucumbir a la tentación de consumir lo que era visto como la droga del momento.

“El mayor problema de Jaco fue que tenía una personalidad tan magnética que la gente siempre quería estar con él y formar parte de su entorno. La gente le suministraba cocaína para poder codearse con él y así sentir que eran lo más. Pero detrás de esa arrolladora personalidad, se escondía un tipo básicamente muy inseguro”, recuerda el baterista canadiense Bob Economou en La extraordinaria y trágica vida del mejor bajista del mundo, del citado Bill Milkowsky.

“Recuerdo que en una de nuestras noches de borrachera ambos estábamos muy bebidos y entonces Jaco se puso a llorar. Se me abrazó sollozando como un bebé y me dijo: -¡Economou! ¿Qué hago aquí? ¡Todas las expectativas puestas sobre mí, toda esa responsabilidad! ¿Qué voy a hacer? Es obvio que estaba sintiendo la presión de estar en lo más alto”, agrega.

El documental en su homenaje se estrenará la semana que viene. Foto: Facebook
El documental en su homenaje se estrenará la semana que viene. Foto: Facebook

El consumo de drogas se convirtió en un infierno para Pastorius, quien encontró en la cocaína el modo de dar rienda suelta a su tendencia genética a la autodestrucción.

En 1982, durante una gira de conciertos con Weather Report en Italia, Jaco cayó desde un balcón del hotel y se fracturó el brazo izquierdo. Fue la época en que comenzó a trabajar por su cuenta en Nueva York.

“Con toda franqueza, no sabíamos lo que estaba pasando en ese momento”, supo decir luego su hermano Gregory Pastorius.

En 1984, un psiquiatra neoyorquino lo diagnosticó como maníaco depresivo y le recetó Tegretol, un medicamento que reemplazó por el alcohol, la sustancia que según la medicina no podía incorporar de ninguna manera a su organismo y que no haría más que empeorar su ya de por sí frágil condición mental.

Su vida comenzó a ir en picada y de pronto el mejor bajista del mundo era un vagabundo que mendigaba en los parques para poder comer y beber diariamente, hasta que por presión familiar ingresó en el Hospital Bellevue de Nueva York.

En enero de 1987, regresó a Fort Lauderdale, donde combinaba algunos breves periodos de sobriedad con borracheras colosales que duraban tres días. En esa época, aquellos centros nocturnos que antes hubieran pagado millones por tenerlo en sus shows, comenzaron a negarle la entrada.

Jaco era un hombre violento que entraba a los antros para saquear el estante de las bebidas y subirse al escenario interrumpiendo al músico de turno y exigiendo que lo dejaran tocar. Sus aventuras generalmente terminaban en forma exitosa, hasta que la estrategia falló el 21 de septiembre de 1987.

La vida trágica de un músico extraordinariamente virtuoso. Foto: Facebook
La vida trágica de un músico extraordinariamente virtuoso. Foto: Facebook

Cuando Jaco saltó al escenario durante un concierto de Carlos Santana, los guardias de seguridad lo escoltaron hacia la salida y le pidieron que no regresara. Tras dicho altercado, se encaminó hacia el Midnight Club, donde fue “recibido” por el portero Luc Havan. Poco tiempo después, Jaco Pastorius, destrozado, permanecía en coma en un hospital de Florida.

El músico murió 10 días después de ser internado. Tenía 35 años y su asesino fue condenado a cinco años de prisión.

Luc Havan estuvo apenas cuatro meses encarcelado y siempre justificó su acción en el hecho de que “sólo estaba haciendo mi trabajo”.

Mónica Maristain

Mónica Maristain

Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.

Lo dice el reportero